miércoles, 22 de noviembre de 2017

San Ecatepec de los Obreros

Así, San Ecatepec de los Obreros, se llama el libro cuyo pdf está a disposición en está página: http://brigadaparaleerenlibertad.com/programas/san-ecatepec-de-los-obreros/.
No es una reconstrucción histórica sino viñetas sueltas como acto de "cálida memoria".
Doy allí algunos datos fríos sobre el municipio, muy generales y nada más.
Ahora una joven me hace preguntas y aprovecho para otras aclaraciones.
Yo pertenecía a la Cooperativa de Cine Marginal, afortunada experiencia poco común, que nació en 1972 tras un festival de cine independiente. 
Paco Ignacio Taibo II pasaba malos tiempos y poco antes se le ocurrió hacer una película artesanal con sus amigos fraccionados de la Liga Comunista Espartaco. Quedó bien y para el evento aquél produjo otra. No tenía aspiraciones como cineasta y a cambio vio allí la oportunidad de seguir militando.
Siempre muy ingenioso y en combinación con las perspectivas hetedoxas de Paco V, como lo llamábamos, y otros cercanos, salió del festival formando un grupo que se reclamaba marginal por presunto radicalismo y compromiso social. Sumo a él a cuantos pudo, novatos universitarios o cálidos detritus, como yo, y luego del fallido intento por registrar el 10 de junio (estamos en 1971, pues) y con buenos materiales producidos por quienes serían o eran ya profesionales (Enrique Escalona, Eduardo Carrasco Zanini y su primo Víctor; más brevemente Ignacio Retes), invirtió la lógica: poner el acento en la distribución, lanzándonos a cuanto punto demandaran las casi episódicas luchas sociales contemporáneas, con un estupendo proyector Súper 8. 
El proyecto no habría avanzado gran cosa sin la Insurgencia Obrera (IO), movimiento que en noviembre formó el sindicato democrático de CFE (STERM), resistiendo al devorador SUTERM cetemista; el Frente Sindical Ferrocarrilero a cuyo frente estaba Demetrio Vallejo, recién salido de la cárcel que con entera justicia lo convirtió en ícono nacional, y el Frente Auténtico del Trabajo, nacido entre un nuevo, vivificador impulso del socialismo cristiano.
No me perderé en detalles, para vernos agregados desde el inicio a la IO, con carácter formal, mientras la izquierda, revolucionaria toda ella por entonces, no volteaba a ver aquéllo o lo despreciaba calificándolo de reformista. Se producían marchas simultáneas en docena y a su amparo el movimiento obrero despertó, para por primera vez durante la posrevolución concentrarse en el sector privado -hay quien no atiende a este significativo aspecto y da por terminada la cosa cuando los electricistas debieron pactar, en 1974.
Una reunión al ahí te va, según debían ser todas apelando al sentido común, terminó por definir el camino de la Coope. Los Carlos, dos carnales simpáticos sino se trataban cuestiones políticas, tronaron contra el primer Comunicado en la serie que haríamos sobre las jornadas que el movimiento convocaba. 
-Es pésimo en factura y no tira línea -reproduzcamos al livitum su choro.
-A tomar por el culo la factura y la línea. Somos hormigas recorriendo el país como difusores. 
Fuéronse los futuros fundadores de una oscura organización que se presumiría financiada por la CIA, y los cineastas desaparecieron o guardaron prudente distancia.
Ese 72 fue el año de encontrar la luz y para el siguiente ya no mucho nos servía el cinito y nos concentramos en la ciudad de México entera -dejarse de mamadas con el área connurbada-, como acompañantes en un espléndido auge.
Prácticamente no hubo fermento de inquietud al que desatendiéramos, pronto junto a Compañero, una secta maoísta entrañable. Xalostoc, antiguo pueblo y zona fabril y de habitación obrera, en Ecatepec, nos capturó a algunos como algo singular entre lo demás.
Hicimos una sólida cueva allí, pues el resto del cordón industrial sobre la Vía Morelos y la autopista a Pachuca nos desbordaba, hasta que aparecieron la General Electric y Spicer. 
Cuando en los 2000 me dieron cuatro meses para hacer el libro, descubrí que hubo trabajo de otros compas desde 1960 o antes, muy sólido alguno y a veces férreamente clandestino. Es el caso del propio Spicer, donde creímos empezar de cero; de Vidriera y Alumex o de la Kelvinator. 
La verdadera historia está por contar y conduce por intrincados caminos que a ratos llevan a las montañas de Guerrero.
Misael Núñez Acosta, el dirigente magisterial asesinado, tendría mucho que contarnos al respecto, desde su reducto en La Loma.
Y tan tán. Cuanto más quería decir está en el propio San Ecate.
El libro tiene una prosa espantofrénica.