martes, 15 de octubre de 2019

El cardenismo posterior a 1940 o Aviesa 4T

Hay muchos especialistas en Cárdenas, según parece, y no sé cuánto advierten lo que un cualquiera como yo cree apreciar al acercarse al tema: el espíritu de cambio madurado entre 1934 y 1940, continúa décadas después. Cómo y hasta cuándo son meras interrogantes para este novato que a cambio conoce más o menos bien al movimiento social posterior, con quien está comprometido hoy.
Ayer escuché un intercambio de ideas muy interesante, cuyo motivo era vincular ese pasado con la 4T. Lo posibilitaba la académica que estudió a Múgica. 
Por desgracia no leí aún el libro, reeditado ahora por el Fondó de Cultura Económica con un sugestivo título: Francisco J. Múgica. El presidente que no tuvimos. Busco entonces su reseña y encuentro las que hicieron antes. Véase la siguiente: "La expropiación petrolera de 1938, colofón del proceso de reformas del cardenismo, tuvo un alto costo. A partir de ella, y como consecuencia de las presiones económicas originadas en el exterior, hubo una crisis económica y política que obligó a hacer más lento el programa de cambios. El presidente Lázaro Cárdenas tuvo que conciliar incluso con sectores de su propio partido que pedían poner freno al radicalismo. Las fuerzas contrarias al proyecto cardenista iban en ascenso dentro y fuera del país, y para finales de 1940 se encontraba a la defensiva"*.
Según deducimos y puede comprenderse perfectamente, los historiadores de carrera no coincidían con las inquietudes manifiestas ayer, cuando se dio por supuesto que don Lázaro y su candidato a sucederlo continuaron activos, evolucionando a veces hasta factibles propuestas socialistas. 
Se dibuja así a ambos personajes como vanguardia que deja atrás al partido comunista y sus corrientes más avanzadas -José Revueltas, por ejemplo, al escindirse en los años 1960-. En consecuencia, decía la mesa sin atreverse del todo a explicitarlo, Obrador es el nuevo Tata y debe cuidarse de los nuevos Avila Camacho. 
Sobre el movimiento social que yo amateur destaca como agente central durante aquélla etapa, ni palabra. La jugada es obvia, ¿no? ¿Dé que manera ajusta en dicho cuadro ese desastre llamado Morena? debería preguntarse, entre otras muchas cosas.  
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Compré el libro y confirmo: quienes cardenizan la historia a favor de la 4T obran con dolo.
Cuando queda descartado como candidato, Múgica marcha a casa sin alharacas, aceptando de tanto en tanto un cargo periférico. Don Lázaro, por su parte, si bien contribuye al enriquizmo que para 1946 enfrenta electoralmente a Miguel Alemán y forma el Movimiento de Liberación Nacional en apoyo y con pretexto de la revolución cubana, no reta nunca a quienes le sucedieron. Y aunque lo hiciera. El revolucionario régimen que dirigió estaba muy por encima suyo.
Sigo creyendo, sí, que nacieron entonces impulsos muy poderosos, activos durante muchas décadas, capaces de dar nuevos saltos. 
En cuanto a los símiles con el obradorismo, insisto: pura patraña. Bueno, excepto uno: ambos personajes son mesiánicos, por delirios propios y necesidades populares.             
      


* https://www.estudioshistoricos.inah.gob.mx/revistaHistorias/?p=611