Hermosa idea, desafortunada palabra. Utopía es el reino de Utopo, que Santo Tomás Moro ubica en un Nuevo Mundo cuya asombrosa existencia empieza a revelarse para los europeos. Queriéndolo o no, el religioso siente las bases para una conciencia inglesa sobre la colonización: expropiar para su
mundo el concepto de cultura -pan y vino, cerdos y caballos, arados y carretas,
ciudades y libros-, sustentando el derecho para que los “civilizados” tomen cuanto quieran a los “salvajes”:
“Los nuevos colonos guerrean contra
quienes ofrezcan resistencia, porque tienen por justa causa de guerra que un
pueblo mantenga yermo, inútil y desierto su suelo y prohíba su uso y posesión a
los que, por ley natural, deben hallar en él su alimento.”