martes, 27 de octubre de 2015

FAT 50 años. 2da. parte

León
Como ya dije, yo y mis amigos de la Cooperativa de Cine Marginal conocimos al FAT
durante la Insurgencia Obrera (IO) y el atractivo que sentimos por él fue inmediato.
Lo topaba por todas las partes del país a las que iba y en particular en el Bajío, donde
se concentraba mi trabajo de modesto acompañante de las luchas
Allí y en la medida en que nuestro grupo era un reconocido apéndice de la IO, empecé
a ligarme a secciones del STERM y el MSF; los electricistas tenían el comando
del movimiento, por la fuerza su sindicato, su infraestructura y cierto prestigió social.
Sus salarios y prestaciones eran muy buenos y al menos un porcentaje considerables
de los compañeros(as) vivía como las clases medias. Las autoridades los trataban con
respeto, sus centros de recreación no tenían rival y en ellos se celebraban algunas de
las mejores bodas y quince años.
Sin duda por ello, a pesar de ser a toda prueba en el combate al charrismo, su participación
en la Insurgencia tenía un toque muy al estilo del establecido por el PRI del
cual era sido miembro, partido que lo llevó al senado de la república (1964 – 1970).
En las marchas, por ejemplo, llevaban bastoneras y bandas de música correctamente
uniformadas, como sus estrados y mantas, que mandaban confeccionar. Nadie faltaba
a los actos públicos, pero en general lo hacían en estricto orden, sin excesos en las
consignas ni las intervenciones.
Recuerdo perfectamente la tarde en que, en los meses iniciales de 1972, se citó a un
mitin en una pequeña ciudad que no ubico ahora, en los límites de Guanajuato y Michoacán.
Los primeros en presentarse fueron, los electricistas, con un pequeño ejército
para acondicionar la plaza mayor, imponiendo su autoridad al abultado contingente
de fuerzas públicas reunidas para el efecto.
Al poco llegaron los vallejista, cuyos choques con el charrismo eran a golpe limpio, con
asalto a locales y enfrentamientos con el ejército, y que en consecuencia venían en un
tono mucho más beligerante. No bastaba, sin embargo, para romper el que imponían
los electricistas y el mitin inició de manera más o menos apagada.
De pronto aparecieron los grupos del FAT de Irapuato y León, y las sombras que iban
haciéndose densas ya cerca de la noche, adquirieron un hermoso aíre, a un mismo tiempo
festivo y dramático, con las duras consignas y las sonrisas de las compañeras(os).
Mis ojos se hicieron grandes y por la memoria empezó a circularme el poema Masa,
de Cesar Vallejo:
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Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar…
Hasta entonces me parecía simples palabras hermosamente enlazadas. Ahora cobraban
vida.
Algo semejante sucedía ante mí, como parte de ese gran fenómeno que son los movimientos
de masas, en los cuales se juntan hombres y mujeres de disímbolas procedencias
y costumbres, no sólo para hacerse más fuertes sino a la vez, para en la suma
de sus pensamientos transformarse en un maravilloso, único ente.
El poema fue siendo cada vez más real aquél día, al agregarse un contingente de colonos
y luego uno de campesinos. No importó pues que se reforzara a los policías
municipales con elementos del ejército y un buen número de agentes de los servicios
de seguridad nacional. Nada podían contra la decisión de los manifestantes, incluidos
los del STERM, que se contagiaron con el ánimo de los demás.
Los momentos finales de la jornada los compartí con la gente del FAT de León, a quienes
desde entonces dediqué todo el tiempo posible. Por eso en octubre del mismo
año me invitaron a seguir los preparativos y la huelga de Cristina, una pequeña fábrica
de calzado.
Nunca antes fui tan feliz, instalado de manera permanente en el local del barrio del
Coecillo, haciendo amistad con Filiberto Sánchez, Patrocinio, José Luís Caudillo y
Víctor Quiroga hijo. Participaba en cuanta actividad se producía y hacía una especie de
hermandad con los 40 obreros y obreras que recién se organizaban.
FAT
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Éstos eran una mezcla de todas las edades y aunque prevalecían los hombres había
un buen número de mujeres. Sometidos por muchos años a un patrón muy rudo,
que los controlaba de manera directa; con ingresos bajísimos y sin seguridad social ni
vacaciones pagadas, ni ninguna otra cosa, les costaba un gigantesco esfuerzo decidirse
a plantear la huelga.
Huelga debía ser, a lo seguro, pues el dueño de la pequeña empresa acondicionada en
una casa habitación, no daba el brazo a torcer en la firma del contrato de una sección
sindical cuyo reconocimiento tragó a última hora, confiando en los abogados del Centro
Patronal, que lo ayudaban para convertir el caso en un castigo ejemplar.
Pero ante las vacilaciones de los trabajadores(as), tenían a su lado a un grupo de
cuadros más optimista y atrevido, el más audaz que yo había visto. “La imaginación al
poder”, había dicho el movimiento de 1968, y los militantes del FAT creían plenamente
en la frase y encaraban las luchas como una suerte de bien coordinada fiesta.
No es que desestimaran los riesgos ni se lanzaran a la aventura. Simplemente habían
acumulado una enorme experiencia y recibían con una espléndida sonrisa de satisfacción
el aliento del sindicalismo democrático en auge, que caracterizaba a la época.
Los cristinos, según les decíamos, cada tarde antes de que comenzarán las asambleas, se
divertían, animosos, en el patio, las oficinas, el auditorio, del local donde respiraban los
aires de una segunda, alegre casa. Pero apenas se acomodaban para discutir la estrategia,
se apesadumbraban, convencidos de que no podrían con el paquete.
Entonces entre Patrocinio y Filiberto concibieron una inusitada forma de estallar la
huelga, que habían comprobado cabía en los márgenes de una Ley Federal del Trabajo
en ese sentido muy burda. Los compañeros(as) no se veían a sí mismos siguiendo el
cauce usual, de abandonar el trabajo a la hora establecida, conminar al patrón a dejar
las instalaciones y demás.
Tampoco se concebían aguantando afuera la cargada que sin duda recibirían de la policía.
Así que les propusieron declarar y sostener el formal y legal alto al trabajo, dentro
de las instalaciones, sorprendiendo al actuario de la Junta, los abogados empresariales
y la policía.
Aunque de entrada la idea les pareció sin sentido, bastó un cuarto de hora de explicaciones
de Patrocinio para no sólo convencerlos, sino emocionarlos. Y es que el
asunto se había diseñado de forma que la totalidad de los 40 tuviera una participación
protagónica, a través de una serie de actos que no los exponía al bruto aquél y que
parecían tomados de una película.
De modo que a las 11:55 en puntísimo, medida la hora no por los inexistentes relojes
de pulseras de los compañeros y compañeras, sino por los de la improvisada planta; en
ese justo momento, pues, uno bajaba el switch de la luz, otra llamaba por teléfono, un
tercero cerraba con llave el despacho del tipo, dos más la de la calle, y así cada uno(a)
tenía una responsabilidad.
Una decena de operaciones debían realizarse en cinco minutos, al cabo de los cuales
los de fuera pondríamos las banderas, con Víctor Quiroga hijo al frente, en su calidad
de asesor legal. Para entonces, Alfredo Domínguez, quien vendría exprofeso para ello,
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desde la ciudad de México, habría comenzado a calentar el ambiente en la calle y las
contra esquinas, dentro de un barrio de familias obreras.
Todo salió a pedir de boca y por la mirilla del portón veíamos asomar los rostros resplandecientes
de las compañeras(os). Gran momento resultó también en del asombro
de los leguleyos del Centro Patronal, el actuario y el jefe policiaco a su servicio, al
presentarse en el lugar.
Lo que no se previó, porque resultaba una violación extraordinaria de la legislación,
fue la orden de deshacer la cerradura con ayuda de un soldador. Sin embargo, el espectáculo
en su conjunto había atraído la atención del barrio y decenas de personas
se apretaban en la calle. Convenientemente animadas por Domínguez y los demás
cuadros, se pusieron a soltar gritos sueltos en los cuales se traducía una indignación
preparada a estallar.
De modo que, lo que en un instante se parecía un rotundo éxito del movimiento,
parecía convertirse en un triunfo de la patronal pues la cerradura cedió y al grito de
los representantes de la autoridad –Ya se metieron en un lío, señores, y la pequeña huelga
se les va a hacer un asunto de armas tomar-, cayó la cerradura, se jalaron con rabia las
puertas, y los(as) huelguistas aparecieron apelotonados detrás de ella; una docena de
policías se les fue encima para detenerlos. Tomaron a cinco o seis a quienes, de nuevo
inmovilizó el peso de los años de sometimiento, y el asunto se estaba dando ya por
perdido.
Entonces una joven que llevaba el mismo nombre de la fábrica, uso las agallas con las
cuales desde niña se abrió paso en la vida, y forcejeó rudamente con los uniformados.
No había ocasión más propicia para echar toda la carne en el azadón, y los militantes
del FAT conminaron al vecindario a salir en ayuda de los huelguistas.
A gloria supo la huída de los leguleyos y sus acompañantes; la triunfal vuelta a la
manzana para festejar, y la marcha triunfal hasta más o menos distante centro de la
ciudad, donde la jornada se coronó con un mitin. Esto es apenas el principio, dijeron
los oradores, y no mentían.
Para este libro escogí la lucha de Calzado Cristina, no por ser la más importante del
FAT en León durante los años 1970. Me decidió llanamente el haberla vivido, al menos
parcialmente.7
Como en el resto de las zonas donde el Frente está implantado, pero en particular
Chihuahua e Irapuato la principal acción que lleva a la gente a luchar con posibilidades
de triunfo, son los talleres de formación sindical, tanto en su aspecto de capacitación
meramente técnica, alfabetización, derechos laborales, legislación y tratados internacionales
en materia laboral, derechos humanos y equidad de género, como por el enfoque
político social que permite realizar análisis de correlación de fuerzas, de ubicar
la lucha en su contexto político, social y económico, se aprende también a elaborar
planes de trabajo y su seguimiento en base a una táctica y estrategia determinada.
7 Cuando se produzcan los blogs o cuadernos de Internet de los que hemos hablado, se referirán con el mayor detalle posible
muchos otros trabajos de la organización en la ciudad.
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Es decir, por un lado, se ofrecen los instrumentos que permiten entender por qué se
padecen terribles condiciones de trabajo y de vida en general, y que dan armas para
combatirlas. Y por otro, despejar el pequeño horizonte de conocimientos al cual están
condenadas las mayorías, visualizando al mismo tiempo su hermandad con otros
pueblos, en todo el mundo.
La formación va aun más allá, al preocuparse por el brutal rezago educativo del pueblo
en su conjunto, y proponer el camino hacia una nueva sociedad.
De ese modo el FAT es, junto con otras organizaciones sociales, aunque quizás de una
manera subrayada, una suerte de oasis en un país aplastado por la información que el
régimen dispara sin parar, empezando por la escuela y terminando con los medios de
comunicación.
Y en conjunto sirve de laboratorio del cambio en sus múltiples e interconectados
niveles: la cotidianeidad laboral, la social, y la, llamémosla así, histórica.
Por lo demás, los progresos en la ciudad en las ramas relacionadas con el hierro y el
acero, con los de Irapuato ponen los cimientos del primer sindicato nacional de industria
que en breve logrará registrar el Frente.
Poco antes y poco después, los sindicatos de la industria zapatera agremian a nuevas
secciones: CID, Vinky, Fénix, Calzado Villegas, Claudi…
IRAPUATO
La mejor manera para ilustrar el empuje del FAT en la localidad en estos momentos,
es Irapuato mi amor, el relato de Paco Ignacio Taibo II, quien como un cuadro externo
que acompaña las luchas, estuvo presente en los hechos que narra.
“Ramón se acercó al lugar donde estaba sentado en el suelo, enfrente de la puerta
de la fábrica.
-¿Entonces, no hay huelga? Yo creí que había huelga - le dije.
-No, estamos inaugurando un nuevo estilo. Las guardias de prehuelga.
-¿Las mujeres trabajan de día y hacen guardias tardes y noches? - Así es.
-Puta, qué chinga.
-Llevamos así tres días, desde que hizo un intento de despedir a todas las sindicalizadas.
- ¿y la huelga para cuándo?
-El día 2 de junio tiene que estallar.
-Faltan dos semanas.
-Dos semanotas. Pero si dejamos que caigan las guardias nos hunden. Todo está prendido
con alfileres.
(…)
El planteamiento táctico de Ramón, del Comité de Huelga y la Intersindical de Irapuato
(formada por los comités de otras seis secciones de sindicatos de empresas
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del vestido), era mantener las guardias durante trece días más antes de la fecha del
estallido
de la huelga. Legalmente no podían hacer nada, había un emplazamiento por
firma de contrato colectivo
con el sindicato independiente para el 2 de junio y las
guardias no tenían nada que ver con la legalidad, servían para mantener la presión
psicológica sobre el Pelacas Armenta y para evitar que se autosaqueara la fábrica (una
historia conocida ya en Irapuato), y sobre todo, para consolidar la sección sindical,
darle reciedumbre y fuerza para sostenerse frente a las inevitables agresiones de la
empresa y los intentos de atemorizar a las compañeras.
La sección del Sindicato 15 de Agosto había crecido en Estrella de Oro penosamente.
Un pequeño grupo al principio, conversaciones en los baños entre
las más jóvenes,
dificultades tremendas para que las trabajadoras de más edad le perdieran el miedo
al patrón y sobre todo al despido. Mucho trabajo de formación sindical del grupo en
el local del FAT. Y al final con 46 firmas de 60 trabajadores que había
en la empresa, se
forma la sección y se elabora un proyecto de contrato. No se pide gran cosa: salarios
mínimos, salarios mínimos profesionales, pago
justo de vacaciones, pago de séptimo
día, seguro social, permisos sindicales, pago de horas extras. La mayoría de las cosas,
obligatorias para la patronal dentro de la Ley Federal del Trabajo. El sindicato nacía
para imponer con la organización la legalidad violada.
Aun así, el día en que se formuló el contrato, la mayoría de los rostros de las compañeras
preguntaban
en silencio: ¿A eso tenemos derecho?
Cuando e1 14 de mayo se depositó el contrato en la Junta de Conciliación de Guanajuato,
se destapó la lucha. Al día siguiente el patrón fue notificado y su primera medida
fue reunir a las compañeras para asustarlas y luego poner a sus cuijes a correr
el rumor de que las iba a despedir y a cerrar la fábrica.
(…)
En Estrella de Oro los salarios son de 90 pesos semanales, casi un tercio de lo que
les correspondería si se pagara el salario mínimo a que tienen derecho las costureras
en la zona económica 54, según se lee en cualquier manoseado ejemplar de la Ley
Federal del Trabajo de los que circulan de mano en mano por las guardias y que obligan
a que los leídos se la pasen explicando el “qué querían decir cuando dicen... ” Los
legisladores mexicanos. Lo jodido, es que por ese dinero, podía encontrar Armenta
toda la mano de obra de Irapuato. Eso, si acababa con la organización.
El lunes, el patrón hizo la primera oferta: un mes de sueldo de indemnización y a la
calle. Nadie aceptó esa miseria. Las compañeras de Estrella comenzaban
a sentir su
fuerza. Esa noche, una compañera
chaparrita, en su media lengua me contaba cómo
la fábrica por dentro era muy diferente.
-Entonces él nos mira gacho. Y nosotras nos miramos primero unas a otras sin dejar
de trabajar, y luego lo miramos gacho a él. Y él dice: “Quiero hablar con ustedes una
por una”. Y nosotras gritamos:
“Todas, todas juntas.”
Y así sostenía la cosa mientras esperábamos la manifestación.
El martes a la cinco de la tarde, comenzaron a juntarse. Estaban las compañeras de
Estrella, todas, puntualitas; también las de Delta y Tauro, las de Roble, Titán y Holliday.
FAT
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Habían ido los electricistas y los compañeros del MSF con don Tomás Bárcenas al
frente. Y había además gente a la que no conocíamos: familiares de obreras, chavas
de otros talleres, un grupo de estudiantes de Celaya. Como 800 personas. Antes de
arrancar, ya era la manifestación más grande que se había hecho en Irapuato. Mucho
más grande que las de apoyo a Blanco unos meses atrás.
Quedaban once días antes del estallido de la huelga y el Comité decidió apretar las
clavijas de Armenta. El miércoles 23 de mayo se hizo dentro de la empresa un paro
de quince minutos, en la tarde salieron brigadas con electricistas y compañeras de
Estrella a repartir propaganda por los barrios. El jueves faltaron las compañeras más
productivas de cada línea, de manera que se descagaló la producción
y no se trabajó
apenas en la fábrica. Y el viernes
25, Armenta contraatacó.
A las tres de la tarde, cuando la guardia era más chica por la hora de la comida, se
paró enfrente de la fábrica un camión con un licenciado, un actuario y tres matacuaces;
con ellos estaba el hermano del patrón. Querían sacar algunas máquinas que
dizque eran del hermano y toda la producción que estaba en el almacén. Ahí se vio
bien Agustina. Se puso enfrente del portón y dijo que como se estaba en periodo de
prehuelga no salía nada. Otra compañera comenzó a tocar las puertas de los vecinos
de la calle Lerdo de Tejada y otra más se fue al teléfono a llamar al sindicato, a las
fábricas donde había organización
del FAT Y a la subestación de los electricistas.
El
licenciado se las hacía de inteligente y mientras
le daba a la lengua, ordenó a los del
camión que comenzaran a sacar las cosas.
Yo estaba comiendo en el mercado y de repente una camioneta de la Comisión Federal
de Electricidad se paró enfrente y unos cuates comenzaron a gritarme:
El secretario de la sección había mandado a Estrella de Oro tres camionetas con
todos los de líneas aéreas, que eran los que podían salir de la planta sin permiso.
Cuando llegamos, la calle estaba llena de gente.
Había delegados de las fábricas del vestido, y en la entrada, la señora de la lonchería
mantenía al licenciado
a raya con un picahielo.
-Voy a traer a la policía, señora, me esta amenazando con un arma blanca.
La raza de la colonia comenzó a chotearlo. Los niños les aventaban piedritas a los
del camión. Nos abrimos paso entre la gente. Ramón llegaba desde el otro extremo
de la cuadra.
-Pero qué le pasa, licenciado, ¿ que no ha leído usted nunca la Ley Federal del Trabajo?
-le dijo llegando.
Con eso terminó de cuartearse el tipo. Al fondo de la cuadra había dos patrullas,
nomás por eso la raza no hizo mierda el camión con todo y el hermano
de Armenta
dentro.
Mientras los del camión huían, la raza bailaba en la calle. Alguien sacó el sonido y
celebramos con música de la Sonora Santanera la derrota del grupo motorizado de
Armenta. Ahí nació también uno de los gritos que se hicieron famosos en Irapuato
en aquellos días:
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-¡Armenta, Armenta, todo el mundo te la mienta
En la mañana, el jefe de policía había visitado la guardia frente a la fábrica. Que si teníamos
permiso,
que podía haber provocaciones, que si no podíamos
hacer escándalo
... Una compañera le recordó que él iba seguido a la fábrica a comprar pantalones y a
tomar café con el patrón, pero que nunca había ido a las guardias. Que tan de Irapuato
y tan mexicano
era el patrón como ellas. Que si quería meter en la cárcel a alguien,
que metiera a Armenta que no pagaba el sueldo mínimo.
Yo no sé si sirvió para algo, pero la policía no dio lata durante la manifestación.
Al llegar a la plaza, se habían juntado como 1,500 personas. Íbamos de gane.
Catita se subió al camión de redil as, se acercó al micrófono sin atreverse a ver a la
raza. Abajo estábamos
en silencio. Ella estaba vestida de negro, el pelo gris apretado
en una trenza.
-Los ricos siempre ganan porque somos muy mensos. Nosotros somos más que ellos
y queremos justicia -dijo gritando.
Y entonces comenzamos a sonar los botes con piedras y a gritar ¡Justicia, justicia,
justicia!
El día dos, Armenta se dobló y firmó el contrato colectivo con la sección Estrella de
Oro del FAT.
(…)
¿Qué pues? -dijo alguno de nosotros que habíamos adoptado giros locales en la semana
que llevábamos por allá.
-No, que las locas de Berta y Malena se encerraron con su patrón y no lo dejan salir
de la fábrica.
-¿En Tauro?
-Ahí mero, dejen los catres y vámonos para allá. El FAT tenía en aquella época en
la ciudad dos sindicatos de industria con seis secciones: Delta, donde hacíamos las
guardias; Acero, una sección de 140 trabajadores que estaba emplazada a huelga
para
la semana siguiente; Holliday, donde tenía 200 sindicalizadas; Maquilas del Bajío, donde
tenía afiliadas a 90 compañeras de 180, en una situación de tensión tremenda por
la presión de los Tomé; y dos talleres chicos: Roble con treinta trabajadoras y Tauro
con 35. Allí, dirigían la lucha en mancuerna dos compañeras hiperactivas que le tenían
tomado la medida al patrón: la Malena y la Berta. Eran uno de esos equipos que se
dan tanto en la lucha sindical:
una le daba fuerza a la otra, se compensaban, perdían el
control por riguroso turno, se polarizaban
por turno y hacían los papeles de agresiva
y conciliadora en la negociación, siguiendo una orden inconsciente, de manera que ni
siquiera a la hora de negociar sabía el patrón cómo enfrentarlas.
La fábrica estaba en la entrada de Irapuato, tras una fachada blanca de las que habitualmente
escondían las empresas y las igualaba con doscientas casas
de clase media. Este
mimetismo de la industria con la ciudad familiar, no es accidental, la empresa se oculta
y evade impuestos; es fábrica pero podía ser almacén de granos si el asunto va mal; es
FAT
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taller, pero fue casa-habitación y podría ser sala de fiestas o cantina. Todo colabora a
reforzar el carácter efímero
de los talleres del vestido.
Toño se acerca a la puerta y toca, por una mirilla aparece el rostro congestionado del
patrón.
-Oiga, dígale a sus locas que me dejen abrir.
-¿Qué pasa, mano? -dice Toña que trata de tú a los patrones como una manera de
igualar alturas, de bajarlos del cielo y traerlos al terreno de los madrazos.
-Están locas, así no se puede. En cuanto me abran cierro todo.
-¿Entonces para qué quieres que abran si vas a cerrar?
-Ustedes están llevando a la quiebra la empresa.
El tipo se retira de la mirilla
-Estas dos... -dice Toño.
-¿Qué pasó?, no andes de misterioso -pregunto.
-Que el patrón amenazó con cerrar el taller y correrlas a todas y estas cerraron el
taller por dentro
con candado y tiraron la llave al baño.
-Son secuestradoras -dice el rostro del patrón asomado nuevamente por la ventanita.
-¿Puedo hablar con Berta y con Malena?
-No, no puedes hablar con nadie, estamos en horas de trabajo -dice el patrón-o Además,
vaya llamar a la policía y acusarlas de secuestro.
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Toño nos hace una seña y caminamos hacia una casa lateral.
-Oiga, ¿nos da permiso de subir a la azotea? -le pregunta Toña a una señora que había
asistido interesadísima a todo el diálogo anterior.
-¿Tienen problemas las muchachas otra vez?
-Sí, caray, ya ve cómo es este señor -dice Toño sonriendo a la vecina.
Desde la azotea se ve la parte de atrás de un patio
que se prolonga en el taller. Tirados
en el suelo recubiertos por el borde de ladrillo, llamamos la atención de una de las
muchachas que está cortando
pantalones.
-Psst, háblale a Berta y a Malena.
-¿Qué hacen ahí?
-El patrón no nos deja hablarles por la puerta.
Al rato aparecen las dos dirigentes de la sección Tauro muy ufanas, y el patrón tras
ellas.
-¿Qué pasó, Toño?
- ¿Qué pues, con ustedes?
-Aquí nuestro patrón, que amenazó con despedir a la mitad y luego perdió la llave de
la fábrica.
-Están muy amenazadoras, Toño, me están amenazando.
-Contigo no quiero hablar, quiero hablar con las representantes del sindicato -dice
Antonio en la azotea, mirando de arriba para abajo.
-Ya ve, yo le dije que con usted no querían hablar
-le dice Malena al patrón que se va
poniendo color cenizo del coraje.
-Ya nos dijo secuestradoras, Toño -dice Berta sonriente.
-Voy a llamar a la policía.
-Como llame a la policía, va a quedar en ridículo -le dice Antonio.
El patrón iracundo se mete en el taller.
-¿Qué, pues?
-¿Qué hacemos? ¿Seguimos presionando?
-¿Y la llave?
-No, por ahí la tiene la Sole.
-Uh, si llama a la policía vamos a salir esta y yo en los periódicos de secuestradoras. Ya
decía mi mamá que no me metiera de sindicalista -dice la Malena sonriente.
En la noche del viernes, las Hormiguitas de Delta estaban bien Contentas porque el
patrón había cedido y firmado la revisión del contrato, y las secuestradoras de Tauro
habían encontrado la llave después de que su patrón dio marcha atrás y firmó un
acuerdo de producción.
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Olga en Acero
(Marzo 1975)
Olga salió de las negociaciones trabada, con los ojos fijos. Se echó la melena para atrás
y dijo:
-Hijo, qué aguante hay que tener con esta gente. Un día de estos me desato y les pico
los ojos.
Volvió a quitarse la melena de la cara y sonrió.
-Se echaron para atrás- dijo.
Se luchaba en la fábrica Ropa Acero contra un intento de reajuste combinado con
una amenaza de cierre patronal. Los trabajadores habían descargado un camión ante
el aullido del patrón y sus cuijes, y soliviantado a los vecinos de toda la cuadra (entre
los que se encontraba don Tomás, el ferrocarrilero, y sus hijos) de Avenida del Trabajo.
La conversación entre el patrón y Olga reconstruida después, gracias a un testigo,
había sido más o menos así:
-Haga el favor de volver a meter los pantalones de donde los sacó.
-¿Usted qué se mete?, son míos, han sido producidos por mi empresa.
-Pero estamos en periodo de prehuelga y no se puede sacar nada.
-La fábrica es mía.
- Y nuestra, ¿a poco cree que se pueden producir todos esos pantalones sin nosotras?
-En esta empresa los pantalones los tengo yo.
-Y yo, pues qué no me está viendo.
OIga se quitó el pelo de la cara y nos dijo:
-Qué tipo mi patrón, no aprende.
Luego sonrió a todos los que estábamos allí y se fue para su casa.
OIga peleaba en dos frentes en aquélla época: el frente sindical y el familiar. Hasta
donde recuerdo, el marido era un empleado que no quería que su esposa trabajara y
menos que «estuviera metida en esos líos». OIga tenía una hija. Hacía desayuno para
tres, dejaba a la niña, se iba a trabajar, cumplía su jornada de ocho horas, participaba en
su sindicato, trabajaba en la organización de otros grupos sindicales,
llegaba a su casa
y hacía la cena de tres, cosía un botón, lavaba los trastes, discutía en las noches con su
marido y se agarraba a trancazos en las mañanas
con el patrón.
(…)
Las niñas, Rafic y su mustang
(Mayo 1975)
Si las había visto antes, solo podía recordarlas como uno más de los pequeños grupos
que sesionaban en la parte de atrás del local mientras nosotros pasábamos
en chinga
por ahí. Podían ser diez o doce muchachitas muy jóvenes que estudiaban primaria, o
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uno de aquellos grupos de capacitación de enfermería
o de labores, que la FESAG había
organizado con despedidas o hijas de trabajadores. Pero era uno de los proyectos
de expansión que Toño guardaba en el bolsillo y que saltó de repente.
-¡Las tiene encerradas en la oficina y no las deja salir! -dijo OIga aullándome en el oído.
Salté del catre donde había estado leyendo una novela policíaca mientras me arrullaba
con el mimeógrafo, donde se estaba imprimiendo Lucha Popular.
-¿Quién las secuestró?
-Rafic, Rafic.
-¿A quién secuestró Rafic?
Pero era tarde, OIga había salido corriendo del cuartito.
En la parte de atrás había una asamblea conjunta de las compañeras de Acero y las
de Delta. Eran como 150 compañeras. Se habían puesto de pie. Toño, calmado como
siempre, se me acercó.
-Vamos, maestro, ahora va a poder ver de cerca a un patrón de Irapuato.
-¿Qué pasa, chingá?
-Que secuestraron a veinte compañeras nuestras en Maquilas Populares.
-Vamos, vamos -gritaban unas compañeras a mi lado.
El día 29 de abril del presente año, aproximadamente
a las once horas, se celebró
una reunión de todos los trabajadores que prestan sus servicios en la negociación
Maquilas Populares de Irapuato y en la cual estuvimos también presentes nosotras;
teniendo
lugar dicha reunión en el interior de dicha factoría que se encuentra ubicada
en el callejón San Roque s/n en esta ciudad. La reunión de referencia fue precedida y
celebrada a instancias del patrón Rafic Iraní, quien durante el desarrollo de la misma
preguntó al personal quiénes eran del Sindicato,
sin precisar cuál. Al término de la reunión
nos separó de todo el personal a las siguientes personas: Leticia Valadez, Yolanda
Herrera, María Candelaria
Gutiérrez, María Asunción Gutiérrez y Berta Gutiérrez
Acosta, mayores de edad solo las dos últimas, y nos dijo que subiéramos a las oficinas.”
Chihuahua
En cada historia de vida de cada militante, de cada obrera, de cada trabajador, por no
hablar de cada lucha, podríamos descubrir una epopeya tan o más rica y apasionante
que cualquiera de las que podamos narrar.
Previne antes, que el libro corre un grave peligro al distribuir el espacio de las regiones
y las luchas en particular, porque al darle muchas páginas a unas, por fuerza se deja la
impresión de que tienen una importancia mayor que las demás, cuando esto no es así,
pues el resultado está determinado por los tiempos de edición, los avances de investigación
y al tamaño del libro que tienes en las manos.
Infelizmente no disponemos por ahora, de documentos que hagan posible extendernos
como se debiera en lo realizado en la zona. El propio movimiento de Pepsi Cola
FAT
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al que nos referimos en el capítulo anterior, está tratado de manera muy pobre en
relación a otros.
La temprana vinculación del movimiento sindical y el campesino, al que se suman
grupos estudiantes, de colonias populares, cooperativistas, dice Bertha Lujan, hace
que nuestra organización sea “desde sus orígenes, un movimiento muy político, muy
integral”. Y eso empieza a producirse en este estado y en ningún otro adquiere luego
las mismas dimensiones.
Ni qué decir de la labor formativa con trabajadores(as) y campesinas(os), e incluso de
estudiantes, que en este lugar se incorporan a las actividades del FAT y a su estructura,
de una manera sin comparación en el país.
Otro tanto puede afirmarse del papel en la construcción de frentes populares, que se
adelantan a los del conjunto de la república y significan un importante ángulo más de
esa perspectiva integral, “muy política”, de la que habla Bertha.
No es extraño, entonces, que del Congreso nacional del FAT de mediados de la
década de 1960 hasta el periodo que estamos abordando, para la secretaría general
de la organización se elija a un representante de Chihuahua. Ni que sean chihuahuense
quienes colaboran en la mayoría de las grandes acciones que referimos en detalle: las
del mismo Spicer, CINSA-CIFUNSA, Alumex y Vidriera.
Tampoco sorprende que el despacho laboral creado por jóvenes profesionales, que
por estos años cada vez más se encarga de la asesoría general, provenga de esa entidad
norteña, con Arturo Alcalde al frente. O que de la Unión de Ejidos constituida en el
sur de ella, provenga la iniciativa de transformar la antigua organización del sector, en
una Federación Nacional Campesina del FAT, que por primera vez define un real, viable
proyecto, partiendo de los 50 ejidos y sindicatos rurales de la comarca.
Antes de que la Federación nazca y en una muestra de lo profundamente relacionados
que en la región están las diversas clases populares, la labor entre el campesinado sin
tierras del resto de Chihuahua recae, no el cuadros del sector rural, sino en los sindicalistas
de la ciudad capital.
¿Cómo reflejar con justeza la gran y compleja actividad a la cual se entrega el FAT
chihuahuense? Para empezar hagámonos una idea a través de la cronología de Jorge
Robles y Luis Ángel Gómez:
1972. Como respuesta a la despiadada represión militar a trabajadores y estudiantes,
bajo el pretexto de combatir a la guerrilla, se forma el Comité de Defensa Popular
(CDP), con la participación del STERM, FAT, secciones democráticas del SNTE, MSF,
Sindicato de la Universidad Autónoma de Chihuahua, grupos campesinos y estudiantiles.
Uno de sus principales triunfos es la remoción del jefe de la policía y del procurador
del estado.
Al calor del CDP, el FAT organiza cuatro sindicatos en Chihuahua; la Junta Municipal
de Agua, la fábrica de escobas La Nacional, aserradero Las Palomas y mineros de La
Perla. A esta última le fue negado el registro, pero funcionó legalmente como coalición,
estallando una huelga victoriosa para mejorar las condiciones de trabajo.
50 AÑOS
113
La CTM y las autoridades del municipio, usando la represión directa a los trabajadores
organizados, impiden que el contrato pase a manos del sindicato independiente.
1973. Es reprimida por el ejército una huelga en la mina La Perla, en Chihuahua.
1977. El jefe de la policía del estado pretende apresar a Ramón Ramírez Contreras,
acusándolo de pertenecer a organizaciones terroristas e instigar “hechos delictuosos”;
al no lograrlo, se extiende la orden de aprehensión a sus familiares. Esta persecución
se debe a la participación del dirigente en el proceso electoral del municipio Ejido
Villa López, donde apoya al candidato Héctor Meléndez propuesto por habitantes del
Ejido, y opuesto al del PRI, Néstor Modesto Luján.
1979. Estallan huelga los trabajadores de la compañía minera La Perla, unidad “La Guadalupana”
en Potrero de Bojórquez, afiliados al SNTIHA, por revisión de contrato colectivo
y en contra del cierre de la empresa. Obreros y familiares organizan la “Asamblea
Popular Permanente”, para realizar actividades en apoyo al movimiento. Seis meses de
lucha concluyen con la firma del convenio, lográndose la indemnización de los obreros
conforme a la ley, 50% de salarios caídos, pago de incapacidad por enfermedad
profesional y gastos generados por la huelga; asimismo, el gobierno federal a través
del Consejo de Recursos no Renovables de la Secretaría de Patrimonio y Fomento
Industrial, se compromete a reabrir la compañía, con el fin de garantizar la supervivencia
de los pobladores, ya que la mina es una de las fuentes de trabajo más importante
en esta zona rica en minerales.
1982. El FAT asiste a los predios denominados Peñitas, Ojo de Puerco y Ex-Hacienda de
Chávez, del municipio de Gómez Farías; acompaña a los campesinos de la región que
celebran una asamblea, para reafirmar la posesión de los terrenos que habían sido
tomados por ellos, sustentados en la Ley de Fomento Agropecuario, pero principalmente,
debido a la necesidad de trabajar las tierras.
Recogemos tres testimonios que, confiamos, completen una imagen mínimamente
justa de lo sucedido en el estado:
Como se obtiene un registro sindical en el culo del diablo8
“Las palomas es un aserradero situado en plena sierra, a cientos de Kilómetros de la
ciudad de Chihuahua. En 1972, era apenas un poblado con unos quinientos habitantes
y casas de madera, por donde no había pasado la revolución ni el cardenismo… ni la
historia. La vida del poblado eran los 140 trabajadores del aserradero y sus familias.
Antonio Villalba, viejo militante sindical, nos narra con todo detalle cómo fue que se
obtuvo el registro del sindicato del aserradero, donde hasta un caballo fue defendido
como un trabajador con plenos derechos laborales.
El sindicato de Las Palomas se alió entonces al Frente Auténtico del Trabajo (FAT), organización
que en ese mismo año consiguió el registro ante las autoridades laborales
de otros dos sindicatos independientes de las estructuras oficiales: el de la compañía
Minera La Perla y el de Escobas La Nacional. Nueve años antes, el FAT había obtenido,
de manera sorpresiva, dada la estructura sindical en Chihuahua, el registro del sindicato
de la Pepsi-Cola.
8 Como se obtiene un registro sindical en el culo del diablo. Janette Góngora, entrevista con Antonio Villalba.
FAT
114
Fuimos por enésima vez a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Chihuahua a
registrar al sindicato del aserradero. No había sido fácil, y tal como nos lo imaginamos,
nos volvieron a poner miles de trabas.
-Hay una serie de problemas para registrar a ese sindicato -dijo el presidente de la
Junta- Ustedes saben que es necesario realizar una inspección en el centro de trabajo
y está muy lejos; las vías terrestres son horribles y sólo se puede llegar por avioneta.
Yo, francamente, no puedo ir, pero tengo un ayudante que… Bueno, si ustedes insisten
y corren con todos los gastos… pues… tal vez podría enviarlo-.
-Totalmente de acuerdo- respondí, Si la inspección es lo único que falta para darnos el
registro, adelante, nosotros asumimos todos los gastos.
-Entonces, andando. Les voy a presentar a la persona que hará la inspección para que
se pongan de acuerdo-.
Era un joven estudiante de leyes y, al parecer, todavía no tenía experiencia en estas
cosas. Pero eso no me importaba, si se atrevía a ir al “culo del diablo”, ya era ganancia.
-Vamos a irnos en tren- le dije. Ahora que, si tú prefieres, nos vamos en avioneta; pero
si viajamos en avioneta, nos van a dejar en una pista de aterrizaje lejísimos, como a
siete horas del aserradero y de ahí hay que atravesar las montañas caminando toda la
noche. La otra opción es irnos en tren, llegar a El fuerte de Sinaloa, y de ahí irnos en
algún camión.
El inspector no daba crédito. Abrió los ojos y quedó mudo un instante.
-Mejor nos vamos en tren, porque las avionetas me dan miedo-.
-Hecho- respondí. Nos vamos hoy mismo a las diez de la noche. Arregla tus cosas y
paso por ti a las nueve y media. ¿De acuerdo?.
Ese mismo día nos fuimos en el tren pollero que salía de la ciudad de Chihuahua. Se
veía entusiasmado y toda la noche platicamos sobre los problemas sindicales, los trámites
legales, etcétera. Le comenté que allá, en el aserradero, a los trabajadores no les
pagaban en efectivo sino con puros vales hechos en papel estraza, sin sello, sin nada.
Para cambiarlos, tenían que ir a la tienda del cacique del pueblo y éste aceptaba el vale
porque llevaba la firma del superintendente. Si la gente lo cambiaba por alimentos, les
rebajaban 10% del vale, y si querían dinero en efectivo, les descontaba 20%.
En pocas palabras -le dije-, se asemeja a una tienda de raya de la época colonia.
La compañía se negaba a pagarles en efectivo porque decía que había muchos asaltantes.
Y el cacique, como tenía mucha feria –porque además era narcotraficante- se
llevaba los vales en su avioneta a Chihuahua y allá la compañía se los hacía efectivos.
En fin, platicamos de muchas cosas, y cuando llegamos a las barrancas del cobre, como
a eso de las seis de la mañana, empezó a pegar un calorcito cabrón y el hombre aquél
empezó a estornudar y a estornudar.
-Nada más falta que éste se me enferme- pensé. No, no puede enfermarse ahora que
vamos a la inspección. Pero si se enferma, ¿qué hago? No me importa, enfermo o no,
me lo llevo al aserradero a practicar la inspección.
50 AÑOS
115
-¿Qué le pasa inspector, le quiere dar gripe?
-No, no se preocupe. Soy alérgico al calor, pero ahora que baje tantito el sol, se me
quita el estornudo.
-¡Ahora que baje tantito el sol! –pensé-. Pero si apenas son las seis de la mañana, para
mediodía éste se va a morir cuando estemos a cuarenta y cinco grados.
Estornudo tras estornudo, llegamos a El Fuerte de Sinaloa a las tres de la tarde. Se suponía
que un camioncito hacía el recorrido hasta el aserradero dos veces por semana,
pero ese día, precisamente ese día, se había descompuesto.
-¡Yo me regreso! Si no hay manera de llegar, no es mi culpa-.
-Nada de que te regresas, ahorita vemos cómo, pero llegamos a güevo-
Mientras el inspector se detuvo a tomar un refresco, yo anduve preguntando cómo le
podríamos hacer para llegar a Las Palomas, hasta que alguien me dio una pista.
-¡Inspector, inspector! Hay una persona que tal vez pueda llevarnos al aserradero.
-Y, ¿quién es?
-El Chamorro
-¿Quiééén?
-El Chamorro.
Ni tardo ni perezoso fui a buscarlo. Era todo un personaje el tal Chamorro. Tenía un
puesto en el mercado y una camioneta toda destartalada en la que transportaba su
mercancía.
-Sí, yo puedo llevarlos, pero será otro día. Ha llovido bastante y los caminos están
intransitables. Además, no tengo a quien dejar en el puesto y la mercancía se me va a
echar a perder.
Se nos estaba echando pa’trás. Insistía en que había muchos asaltantes en el camino
y que sería muy peligroso porque, como había estado lloviendo, la camioneta podría
desbarrancarse.
Pues si no hay quien nos lleve, yo me regreso- insistió el inspector.
-Ya te dije que aquí nadie se raja. Ahora llegamos porque llegamos.
El Chamorro, nada tonto, aprovechó la situación y nos condicionó el viaje.
-Bueno si me pagan dos mil pesos, me lanzo a llevarlos-.
-¿Dos mil pesos? ¡Es un dineral!-
-Pues sí, pero es muy peligroso. Lo toman o lo dejan.
El inspector se estaba medio frunciendo. Así que, en caliente, acepté pagarle lo que
pedía.
-Está bien Chamorro, te pago los dos mil pesos, pero salimos ahora mismo.
-Trato hecho. Le aviso a mi familia, le pongo gasolina a la troca y listo, nos vamos
tendidos.
FAT
116
Mientras que el Chamorro hacia sus arreglos, nosotros fuimos a comer. Escogí un
lugar con sombra, donde no pegara el sol directo, pero el inspector seguía estornudando.
Yo nomás cerraba los ojitos y doblaba la cabeza.
-Coma bien inspector, porque todavía falta lo mero bueno.
-Si, sí. Aaaachú. Ya voy, aaaachú.
Salimos de El Fuerte con el Chamorro y dos parientes más que trajo por si la camioneta
se atascaba o nos asaltaban en el camino.
-Entre cinco- dijo, nos iría menos mal.
Y ahí vamos, llevando al inspector con su credencial, que nadie sabía que cosa era,
pero, en fin, ahí llevábamos a una autoridad. Llegó la noche y nosotros subiendo y bajando
montañas con unos precipicios altísimos. Al circundar una montaña por el lado
derecho, la lluvia arreció y la camioneta se patinaba de un lado a otro chisporroteando
agua.
-¡Párate Chamorro!, yo me bajo.
-¿Y a donde va a ir caminando, inspector? Aquí no vive nadie.
-Me voy para atrás con tus parientes
-Pero se va a mojar. No ve que está lloviendo
-Si pero no me importa, porque si la camioneta se cae para un lado, yo brinco para el
otro. Así es que párate.
El inspector realmente estaba asustado, y así, asustado, se fue rápidamente para atrás.
Iba mojándose y batiéndose de lodo, pero creía que salvaría su vida si la camioneta se
volcaba.
Al cruzar los ríos, los cables de la camioneta se mojaban y el motor se paraba. Entonces,
con el agua hasta el pecho, la empujábamos para sacarla del atolladero.
-¡Ay, mamá! Mira nada más dónde anda tu licenciadito. ¿Qué van a hacer mis hijos si
yo muero aquí? ¡Ay, mamá! Tú que querías que yo estudiara leyes. Cuándo me iba a
imaginar que terminaría en esto.
El hombre aquél iba encabronadísimo, no dejaba de gritar, respingar y estornudar.
Como a eso de las doce de la noche llegamos a un lugar donde vendían comida.
Despertamos a la señora y nos preparó de comer bien sabroso. Con el espíritu fortalecido
por la botana, continuamos el camino. Total, fuimos a dar al aserradero al día
siguiente a las siete de la mañana. En cuanto llegamos a Las Palomas, el inspector me
dijo:
-Junta inmediatamente a la gente porque vamos a hacer una inspección rápida. Yo
tengo prisa por regresar a Chihuahua.
Pero da la casualidad que el día anterior habían tenido una boda en el pueblo y todos
estaban pedos, toda la gente hasta la madre. Al secretario general del sindicato, ni con
agua lo podíamos mover. Tocábamos las puertas y las señoras abrían diciendo que se
acababan de acostar.
50 AÑOS
117
-Anoche hubo bailongo y tomaron mucha lechuguilla, ya sabrá señor que pega re duro
y ahora ni quién los pueda levantar.
Yo les había advertido que iría con el inspector de trabajo a levantar un acta para
conseguir el registro sindical. Entonces las señoras comenzaron a despertar a gritos y
cubetazos de agua a sus maridos.
A las once de la mañana logramos juntar a la gente en la escuela; todos cayéndose
de borrachos y hablando incoherencias. Ahí estaba el inspector sin creer lo que veía.
-Quieres ir inspeccionando uno por uno, preguntándoles sus nombres, su voluntad,
¿quieres que se identifiquen? Aquí están todos y queremos el registro.
-No, no, rápido, que respondan juntos.
-¿Todos son trabajadores del aserradero?- les preguntó.
-Sí, sí-, contestó la gente.
Rájatelas, ya estuvo la inspección. Se supone que él tenía que inspeccionar a uno por
uno, pedirles que se identificaran y pedirles su opinión, pero el hombre llevaba prisa y
continuaba estornudando.
-Ahora sólo necesito que el superintendente de la empresa me ratifique que todos
éstos son sus trabajadores.
Y ahí vamos a la casa del superintendente. Era un gángster gordo que trataba muy mal
a los trabajadores. Sólo que el día anterior también se había emborrachado con ellos.
Lo despertamos como pudimos y en cuanto abrió los ojos, el inspector se presentó.
-Vengo de la ciudad de Chihuahua. Soy la autoridad del trabajo y quiero hacerle unas
preguntas. ¿Toda la gente que hay aquí trabaja en la Compañía?
-¿Dónde más? No me moleste, déjeme dormir- respondió el superintendente.
Al mismo inspector le parecía una pregunta estúpida, en cientos de kilómetros no
habíamos pasado por ningún otro poblado en el que pudieran trabajar, pero no quería
pasar por alto esta formalidad.
-Bueno inspector, ¿ahora que falta?
-Nada, nada. Pero ya sabes, ahora tienes que ponerte a mano.
-Claro que nos vamos a poner a mano, inspector, pero cuando nos den el registro.
Mientras tanto, ¿por qué no se echa un sueñito? Ya lleva más de cuarenta y ocho horas
sin dormir.
-No, no. Ahora mismo nos regresamos.
-Oiga, pero El Chamorro tampoco ha dormido y él necesita manejar.
-Pues que le ayuden sus parientes, pero yo me regreso hoy mismo.
-Bueno inspector, yo me quedo por acá. Tengo pendientes algunos asuntos que quiero
arreglar, Nos vemos en Chihuahua.
Le pagué a El Chamorro sus dos mil pesotes y me despedí de sus parientes. Yo tuve
que ir a La Perla, una mina que estaba todavía más adelante, en donde asesorábamos a
FAT
118
otro sindicato. Después regresé a Chihuahua para hablar con el presidente de la junta
y todavía seguía poniendo trabas al registro.
-A ver- redije, llame al inspector para que me explique qué falta.
El inspector entró a la oficina. Aún tenía ojeras y una cara muy pálida.
-Oye, licenciado, pues aquí el presidente quiere que nos echemos otro viajecito. ¿Tú
qué opinas? ¿Falta algo?
-No, no- respondió inmediatamente. Toda está bien, ya le di mi informe y no falta nada.
Todo está en regla, yo no vuelvo a ir.
Así sacamos el registro del Aserradero Las Palomas en 1972. Pero el asunto no terminó
ahí. Luego demandamos la firma del contrato colectivo y exigimos que el pago fuera
en efectivo, como lo establece la ley. Para ello conseguimos que unos policías rurales
hicieran una escolta y trasladaran el dinero desde Chihuahua al aserradero. De esta
manera, se evitaría la excusa de los asaltos.
Cuando exigimos la firma del contrato, hubo algunas amenazas a los trabajadores. Les
decían que los iban a despedir, pero como era la misma gente que habitaba el pueblo,
pues de dónde agarraban otra gente para que entrara a trabajar al aserradero.
Una vez que logramos la titularidad del contrato colectivo, que a la gente le pagaran
en efectivo, que les dieran las mínimas prestaciones de la ley, nos dimos a la tarea de
organizar a los trabajadores por departamentos. Y ahí empezó el jale.
En uno de los departamentos se concentraban grandes cantidades de aserrín, y los
tenían que ir a depositar a unas tolvas. No tenían cadenas o bandas para transportarlo,
así qué, cómo podían, lo cargaban y lo sacaban de ahí. Pero un trabajador, nada tonto,
llevaba a su caballo y con la ayuda del animal trasladaba el aserrín rápidamente.
Prontamente aprendió que: “a trabajo igual, salario igual” y comenzó a protestar por
el atropello que se cometía con él.
-Yo acarreo tres veces más aserrín que los demás y me pagan igual. Eso no es justo,
debo ganar otros dos salarios más.
-Pero entiende- le decíamos, tú no trabajas más, al contrario, trabajas menos que los
otros.
-No sé si trabajo menos, pero lo que sí sé es que produzco el triple…
Y tenía razón, pero qué solución le dábamos a su caso. El traía a su caballo por cuenta
propia, nadie lo obligaba. Los compañeros, entonces, propusieron una reunión sindical
para tratar el asunto del caballo.
-Yo propongo- dijo alguien, -que al caballo se le consiga un salario por el trabajo que
realiza-.
-Pero ¿cómo le vamos a decir al superintendente que queremos un salario para el
caballo?
50 AÑOS
119
-Así tal cual: “superintendente, si este caballo trabaja aquí, pues que tenga también
algunos derechos mínimos como el salario. O, ¿acaso no tiene derechos como trabajador
que es?”
-No, no es posible plantear eso- les dije.
-Pero se va a morir mi caballo de tanto trabajar y después que hago sin él. Usted ha
dicho que el trabajo tiene ciertos derechos, entonces, ¿cuáles son sus derechos?
-Bueno, bueno, pues que se vote a ver si estamos de acuerdo.
Francamente no sabíamos que cara iba a poner el superintendente. Yo había defendido
los derechos de los trabajadores, pero de un caballo… que yo me acuerde nunca.
No sé si agarramos borracho al superintendente, o se le hizo algo natural, el caso es
que hasta un convenio con la empresa tuvimos que firmar, y en él se estipuló el salario
y la jornada de trabajo del caballo.
Pero ahí no paró el asunto. Alguien dijo que si defendíamos los derechos de un caballo,
éste tenía obligaciones con el sindicato, y que su primera obligación, era precisamente
la de afiliarse y pagar sus cuotas.
-O qué, ¿queremos un esquirol en el aserradero?”
Más adelante damos una mirada al trabajo campesino del FAT, concentrándonos en la
Unión de Ejidos del Distrito de Jiménez, Chihuahua, al cual nos referimos ya.
Ahora nos limitamos a observar que la etapa en la cual estamos, es la de mayor actividad
en la Unión. Ésta, vimos ya, abarca al vasto distrito que el régimen establece a
partir de los sistemas de riego, y que alcanza así varios municipios, donde se crean o
se amplían las dotaciones de unas seis decenas de ejidos. Hablamos entonces de miles
de campesinos(as) que, “reivindicaban la figura del colectivismo, de la cooperación, en
la producción”.9
“Era un trabajo muy integral No era solamente la cuestión de la asesoría para el desarrollo
de la agricultura y la ganadería, sino también el despertar de la conciencia. El
hecho de que la organización perteneciera al FAT le daba una perspectiva de unidad
con los obreros. El hecho de que estuviéramos involucrados estudiantes, ampliaba ese
sentido.”
La organización ha sido levantada por Jesús Levario y Ramón Martínez. Ambos tienen
dotes naturales de líderes y debe reconocerse al primero la iniciativa para crear ésa
figura de Unión, que las leyes agrarias no contemplan y que luego se extenderá por el
país, con obligando al reconocimiento gubernamental.
Levario, venido de fuera de la región y con mayor experiencia, lleva por ello la voz
cantante en el primer periodo del trabajo. Pero le gana el apetito de poder y, como
observaremos, abandona al FAT para convertirse, ni más ni menos, en el dirigente en
el estado de la Confederación Nacional Campesina, el descomunal organismo creado por
el régimen para controlar al sector.
9 Entrevista a Bertha Luján. Archivo del FAT.
FAT
120
Por el contrario, don Ramón se confirma en sus ideas. Dijimos ya que desarrolla excepcionales
capacidades para el litigio, y pusimos como ejemplo la labor desarrollada
para obtener la firma que valida la ampliación de tierras de su ejido, el de Villa López,
en el municipio del mismo nombre.
Lo ha logrado con la razón en la mano, y ganando la partida a los ricos propietarios
agrícolas que sin autorización tomaron las superficies destinadas a la ampliación.
Si seguimos el caso, en estos años nos topamos con una serie de sucesos muy ilustrativos.
Inician con la súbita noticia de que el funcionario del cual se obtuvo la firma, se
ha hecho presente en la capital del estado, para resolver cuestiones pendientes.
Don Ramón corre a la ciudad con un compañero, y escuchando alarmantes rumores
exige ver al tipo. Cuando entra en la oficina que corresponde, se encuentra con los
ricos propietarios aquéllos y al personaje, quien le dice:
-Lo siento. Pero, la razón está del lado de estos señores, a quienes acabó de firmar la
resolución que les reconoce las hectáreas demandadas por ustedes.
Durante la perorata don Ramón sonríe. Parsimoniosamente saca unos documentos,
se levanta y los pone en manos del funcionario, ayudándose con unas cuantas palabras:
-Fíjese usted en la firma y la fecha.
Al hombre le regresa de súbito la memoria y voltea hacia los empresarios:
-Deben disculparme, pero ha habido un error.
Aunque todo está claro, el poder es el poder y le tiene reservada una buena sorpresa
a los ejidatarios. Con ayuda de estudiantes de la universidad de Chihuahua, que don
Ramón contacta a través de sus compañeros del FAT, durante más de tres semanas 60
campesinos de Villa López a caballo acompañan del amanecer a la noche, a los ingenieros
enviados por el gobierno, para precisar los terrenos que los “colonos” deben
restituir.
Se levantan planos detallados hasta el último extremo, y no queda ya sino dar cumplimiento
a lo firmado. Nuestro comisariado amigo hace nuevos viajes al Distrito
Federal, hasta terminar encontrándose con que la documentación del ejido, planos
incluidos, mágicamente han desaparecido.
El pueblo, pues, puede ser todo lo inteligente y acucioso que se necesite, doblar a
la autoridad y, sin embargo, ésta insiste en burlarse de él. Al menos, por otro buen
tiempo.
La breve historia nos permite tocar un aspecto de enorme importancia. La presencia
de los universitarios representa la labor de nuestra organización en la entidad. Se trata
del grupo de jóvenes al cual en el capítulo anterior del libro se ha referido Bertha
Luján, quien a estas alturas se incorporó ya al Frente.
La siguiente es una entrevista a Domingo Mascorro10:
Cuando voy a la ciudad de Chihuahua, en 1966, me empleo en una empresa que se
llamaba Aceros de Chihuahua, donde había 1,200 trabajadores de planta, como 400
10 Entrevista a Domingo Mascorro. Archivo del FAT.
50 AÑOS
121
de confianza y como unos 200 eventuales. Producían varilla, alambre, alambrón, para
construcción, y en mi departamento producían la palanca de velocidades para la Chrysler
y piezas para la General Motors.
Y la primera incongruencia con que me topo es que, al año hay revisión del contrato
colectivo de trabajo en vigor. En la primera asamblea que hubo, en la sección del
sindicato minero nacional de la CROC al que pertenecíamos, les reclamé que no era
correcto que establecieran dos categorías especiales de electricista y les dieran la
mejor a los más antiguos de la empresa. Porque a uno de los señores que le dieron
el puesto era mi ayudante, y así iba a seguir, de ayudante, pero iba a ganar más que yo.
Ahí fue donde me metieron en la dinámica sindical, porque al salir de la asamblea unos
viejecitos me entrevistaron diciéndome que yo tenía razón. Que la ley decía que para
dar las categorías se toma en cuenta antigüedad y competencia, y que nos tenían que
hacer una prueba y quien la ganara debía ganar el ascenso.
Vino la siguiente asamblea, yo iba todo preparado y volví a insistir en el asunto. Y eso
logró que el ingeniero de la planta me mandara llamar:
-Oye, ¿por qué andas levantando polvadera?
Ya le expliqué y me apaciguaron con un aumento simbólico, parecido al del señor ese
que era mi ayudante. Pero la mecha ya estaba prendida y la gente se me aceraba a
consultarme sus problemas, y cada vez eran más. Y ya empecé a prepararme, primero
revisando el contrato colectivo.
FAT
122
Las siguientes elecciones que hubo me nombraron secretario de organización suplente,
pero como al mes renunció el secretario propietario. Ahí, en 1968, conocí a
los compañeros del Frente Auténtico del Trabajo. Me fueron a visitar Alfredo Domínguez
y Antonio Villalba, que ya falleció y que para mí era un hermano.
Empezamos a tener pláticas y cursos con ellos, y nos preparamos para llegar a las
siguientes elecciones con mucha gente, y ganamos la secretaría de previsión social; es
decir, defender ante el Seguro Social a los trabajadores.
Y empecé a tomar cursos en el FAT sobre capacitación sindical, y luego se formó la
escuela sindical en el STERM, el sindicato nacional electricista de Rafael Galván, que
mantenía su autonomía frente a los charros, que en Chihuahua representaba Héctor
Morales Otero, el hermano de Juan, también del FAT. Ahí conocí a la maestra Bertha
Luján, que daba clases en la universidad.
Entonces luchamos para sacar al sindicato de la CROC, para crear un sindicato independiente.
Al medio año se logró, con un recuento en el que arrasamos: unos mil
votos contra 50.”
Cinsa-Cifunsa. Saltillo
Habla Neli Herrera Rodríguez:
“En 1974 esta huelga, en los hechos, es una disputa no sólo por la democracia sindical
en dos enormes plantas, sino por la ciudad misma de Saltillo. Tiene contenidos
múltiples, como observamos en el resumen que hicieron algunos de sus grandes
participantes:
Hace 35 años, las empresas CINSA Y CIFUNSA, eran los centros de trabajo más
grandes y más importantes de la localidad.
Casi no existía familia, persona, profesionista, ni sectores que no tuvieran algo que
ver y en muchos casos depender de alguna manera, de esas empresas y sus dueños.
El sindicato tenía 34 años de creado, la empresa tenía 50 y sólo se había dado una
huelga en 1952 que duró muy poco tiempo y la perdieron los obreros, continuando
el férreo control sobre los trabajadores y su sindicato.
Cada dos años que se revisaba el contrato, muchos decían que ahora si, tumbarían a
la directiva, no se animaban y las cosas continuaban igual.
Gaspar Valdez, el líder de la CTM hasta su muerte, era famoso entre la raza de CINSA
CIFUNSA por haber firmado el aumento de salario más bajo, cinco por ciento
cuando fue secretario general del sindicato CINSA, de donde saltó a la CTM.
Hasta que ese 3 de abril de 1974, se escuchó el gigantesco ¡basta! y cayó Margarito.
Fue la chispa que encendió el gran movimiento, la fuerza, la inteligencia y la capacidad
de organización se hizo presente en las calles de saltillo.
Con orden y en forma completamente pacífica, pero con enorme alegría y dignidad
se manifestó la lucha obrera que envolvió primero a todo saltillo En seguida los
50 AÑOS
123
lugares circunvecinos y luego a todo el estado, para después extenderse a distintos
lugares del país.
El movimiento crecía todos los días. Todo mundo tomó partido. La mayor parte de
los obreros de la ciudad, de manera independiente al sindicato al que pertenecían,
CTM o CROC, formaron la Intersindical para opinar, organizar y apoyar las acciones
de los huelguistas.
Las bases obreras de CTM y CROC, llevaban directamente su apoyo al local del sindicato
CINSA porque no confiaban en los charros que regenteaban sus sindicatos.
Las amas de casa, los trabajadores no sindicalizados, los campesinos, los estudiantes,
de casi todos los sectores llegaba solidaridad.
Del lado de los patrones, sólo estaban los organismos empresariales, el gobierno con
algunas excepciones y los líderes charros.
La asamblea de marzo aprobó el pliego petitorio y ratificó el acuerdo: que los representantes
no deberían aceptar ni firmar nada sin consultar a las bases.
El 3 de abril paran las tres plantas y los obreros(as) acuden masivamente a la asamblea
para destituir a Margarito Carranza por haber traicionado el acuerdo de la
asamblea y haber firmando por un 12 por ciento de aumento salarial; Tomaron una
estación de radio y convocaban a los que estaban en sus domicilios.
El 4, el segundo turno acude a registrar al nuevo comité, las calles de saltillo se
estremecen con miles de obreros manifestándose y la junta de conciliación ante la
presencia masiva entrega de inmediato el registro.
El 5, el nuevo comité, acompañado de sus asesores. Se presenta en las oficinas del GIS
Intentando dialogar con los empresarios. Jamás los recibieron e impugnaron el registro
obtenido aunque no tenían base legal para hacerlo.
El 7, convencidos que la soberbia de los empresarios no cedería, se interpuso el emplazamiento
a huelga único camino que dejó la intransigencia patronal!!
El 16 estalló la huelga a las 12 horas. Con una gran sincronización, todas las máquinas
se paralizaron, el presidente de la junta certificó el estallamiento perfecto! Las banderas
rojinegras ondearon en las entradas de las tres plantas.
“Este día, paramos los tornos, las fresadoras, cepillos, hornos y troqueles, ¡inmovilizamos
todo! Sin nuestra fuerza, las fábricas no trabajan! Así demostramos que cuando dejamos
de trabajar, las fábricas no producen nada!. En el momento que volvemos a trabajar, las
fábricas cobran vida ¡todo se mueve! ¡Nosotros las hacemos producir!
Se organizaron las grandes movilizaciones y eventos:
El primero de mayo marchan 30 mil trabajadores en la celebración del día del trabajo
más libre que ha tenido saltillo.
El 5 de mayo: la plaza de armas que estuvo tomada durante los dos meses de huelga,
se la rentaron por cinco mil pesos al presidente municipal para que realizara la
ceremonia de esa fecha.
FAT
124
El 10 de mayo, en una misa y en la alegría en el festejo del sindicato, se expresó la
dignidad de las esposas y madres obreras que rechazaron dejando tiradas por el suelo
las despensas con las que las quisieron comprar y engañar y donde la Cruz Roja jugó
un triste papel.
El 13 de mayo, parte la gran caravana a la capital del país, pero en San Luis Potosí, el
presidente de la república los encuentra y se entrevista dos veces con los obreros(as).
Las comisiones obreras se organizaron para conseguir solidaridad, viajando a todo el
estado y a distintas ciudades del país, viviendo experiencias inolvidables, muchos nunca
habían salido de saltillo, ahora se presentaban en grandes asambleas sindicales que los
interpelaban y vitoreaban.
El 28 de mayo, la asamblea multitudinaria ratificó la decisión de seguir adelante en la
lucha.
Durante los dos meses por única y exclusiva vez en la historia, se respetó completamente
la ley, los patrones se quejaban por todo el país diciendo lo contrario, el gobernador
Eulalio Gutiérrez Treviño se convirtió en el intermediario entre patrones y
trabajadores; calificaba al movimiento como un gran conflicto social, permitiendo que
de los balcones de palacio se difundiera la información a la base obrera que esperaba
en la plaza de armas!
Los medios de comunicación: es el movimiento del cual se ha escrito más por la prensa,
diariamente los tres periódicos locales le dedicaron sus primeras planas y ocho
columnas, también la prensa nacional le dedicó importantes espacios además de los
desplegados patronales!!
El gran apoyo estudiantil y de la propia universidad, por ejemplo, el ing. Armando de la
peña desde extensión universitaria.
Los estudiantes de la UADEC y la Narro apoyaban en las marchas, los mítines, el volanteo,
sobre todo en las colectas, las comisiones con igual número de estudiantes y
obreros, llegaban casa por casa y recibían la generosidad de los saltillenses, con el kilo
de fríjol, de arroz, de azúcar, el litro de aceite y dinero en efectivo, etc.
El sindicato, como todos los de la CTM, no contaba con fondo de resistencia, pero la
solidaridad hizo que los dos meses que duró la huelga, semanalmente recibieran las
familias una despensa completa, y el sindicato gestionó créditos para el pago de gas y
de luz. El transporte urbano no les cobraba!
Los maestros del Ateneo Fuente, acordaron en asamblea donar un día de salario para
apoyar a los obreros.
En conjunto, las escuelas y facultades se pronunciaban: la Preparatoria Popular, Economía,
Ciencias Químicas, Ingeniería Civil, Trabajo Social, Enfermería, Psicología y la
Preparatoria Agrícola de San Pedro.
El rector, Lic. Melchor de los Santos, se pronunció y publicó un desplegado a nombre
de toda la universidad. El consejo universitario en pleno se pronunció formalmente
“en apoyo de la autonomía sindical y en pro del movimiento de huelga que en defensa de sus
intereses llevan a cabo los trabajadores de CINSA Y CIFUNSA.”
50 AÑOS
125
Ahí hablaron el Lic. Armando Fuentes Aguirre, Joel Ramírez, Pablo Reyes Dávalos,
Rafael Luna Peña, Mario Arizpe, Anselmo Pineda, Walter Escobar y el Rector Melchor
de los Santos.
La iglesia: también tomó partido a favor de los obreros: el presbiterio en pleno escuchó
los argumentos legales de la lucha y decidió hacer el llamado en las misas, con
oraciones para que se arreglara y se apoyara con artículos de despensa; el obispo
Francisco Villalobos rechazó invitación de los patrones a condición de hacerlo con los
obreros, solo los sacerdotes aguilera se quedaron con los López.
Cultura: se presentaron obras de teatro en apoyo del movimiento como Santa María
de Iquique, a las guardias llegaban artistas y cantantes en grupo y en forma individual,
todos para apoyar y amenizar la lucha.
La huelga terminó con logros importantes: 20% de aumento salarial, 50% de salarios
caídos y fin a la categoría ilegal de los extras de planta.
Pero nuevamente acechó y se presentó la traición, el nuevo secretario general salvador
alcázar firmó a espaldas de los trabajadores comprometiendo la autonomía del
sindicato.
La noche del 2 de junio la comisión de obreros infiltrada por esquiroles y el comité
ejecutivo, supuestamente sin asesores ambas partes, encerrados en palacio de gobierno,
en la madrugada, conocieron el documento ya firmado donde se reconocía a la
CTM como la legal representante de los(as) huelguistas… algunas(os) lograron escapar
de la reunión para acudir al sindicato a denunciar, pero por las calles ya circulaba
la prensa anunciando que la huelga había terminado.
Pero la lucha continuó porque se había perdido lo más importante: la libertad.
Durante todo ese año, la resistencia se sostuvo al interior de las plantas hasta tumbar
al nuevo charro.
La CTM trajo golpeadores de Monterrey a provocar y la violencia hizo presencia. Fue
el pretexto para que el ejército tomara el local sindical y se instauraran situaciones
carcelarias en el trabajo.
Empezaron los despidos masivos y se levantaron las listas negras que circularon a
¡todas las fábricas de la república!
Además del trabajo doméstico, la CINSA era casi el único lugar de trabajo para las
mujeres de nivel popular. Esmaltes que producía la loza de peltre, era el departamento
que más mujeres ocupaba, tenía de 500 a 600 trabajadores el 40% mujeres. Empaques,
departamento con 200 trabajadores, también el 40% mujeres.
Estos eran los turnos de trabajo: el primero, de 6.00 a 14.30 horas, de 14.30 – a 23.00
y el tercero de 23.00 a 6.00 de la mañana.
Se trabaja entre mucho calor por los hornos donde se fundía el peltre, muchas
mujeres tomaban Coca Cola y aspirinas para poder aguantar. Mucho ruido. Se tenía
que hablar a gritos. Las ocho horas había que estar de pie, en pocos casos sentadas,
pero permaneciendo en la misma posición. El tedio que volvía mecánico cualquier
FAT
126
movimiento, por la rutina de realizar la misma actividad o proceso durante todo el
turno.
En esa etapa, las mujeres fueron obligadas a trabajar en el turno tercero, es decir toda
la noche. Algunas se opusieron y levantan firmas en contra, pero la mayoría prefirió
aceptar porque significaba conservar el trabajo.
Los sanitarios, estaban en muy malas condiciones y muchas lonchaban ahí porque
la actividad que realizaban y el poco tiempo para hacerlo no les permitía acudir al
comedor.
Había que pedirle al supervisor el papel y las tollas sanitarias, a pesar de la vergüenza
y atentado a la intimidad que eso significaba
Las mujeres que trabajaban en CINSA tenían muy mala fama en la ciudad, como mujeres
fáciles. Eran muy pocas las que daban pie a esa reputación pero lo pagaban todas.
El trato en general era muy poco respetuoso entre hombres y mujeres. Al paso de
las trabajadoras, los hombres en grupo además de piropos les decían groserías y las
hacían apenarse. Ver a una mujer hablando con un hombre, y ya no se podía quitar la
sospecha de que tenía una relación de pareja.
En el sindicato, era muy escasa la participación de las mujeres, no asistían por supuesto
a las asambleas, sólo las lideresas como Cucota y Noemí, que llegó a ser regidora. La
causa principal: el trato grosero de los hombres.
Durante la huelga todo cambió. El trato se tornó respetuoso y cordial, los hombres
ya no les silbaban ni decían groserías, hombres y mujeres entraban y salían juntos,
participando codo con codo en todas las actividades, la lucha también transformó el
machismo de ese tiempo.
Los empresarios culparon a dos mujeres, de haber provocado el gran movimiento
¿qué tan cierto fue?
Desde 1968 se intentó crear una organización auténtica. Primero fue la, Organización
Social Obrera (OSO), con liderazgos como el de Gabriel Salas Ramírez que apoyados
por los trabajadores sociales trataron de aplicar un programa educativo con temas
como relaciones humanas, nutrición y noviazgo entre otros. Con la aceptación inicial
de la empresa.
Pero cuando se trató el tema sindical, con problemas como el de las faltas de asistencia
que las rebajaban del sueldo primero y después también las deducían de las
vacaciones.
La empresa reaccionó con represión, salieron primero despedidos los trabajadores
sociales, más tarde los obreros, a pesar de la promesa a los primeros que no los tocarían.
Pero siguieron las reuniones en el domicilio de una de las obreras y se organizaron en
grupos por departamentos.
En ese domicilio se elaboró el volante que informó sobre la traición de Margarito
Carranza y se llamó a realizar la asamblea general que lo destituyó. El detonante fue el
50 AÑOS
127
accidente que Socorro Castañeda, una jovencita, sufrió al mover un carro de producción
que le afectó la columna.
Fueron meses de luchar contra el propio sindicato de la CTM para que se le reconociera
como accidente de trabajo, llevando su problema a la asamblea general, donde
fue conocida por muchos trabajadores.
Cuando estalló el movimiento, ella estaba al frente, se convirtió en el centro de unión
y de confianza, por teléfono se comunicaba con la compañera del domicilio de reunión
para planear las acciones.
Propuso la presencia de los asesores del FAT, que fue aceptado por unanimidad, estos
llegaron, todos los conocieron y les entregaron su confianza.
Pero fue en Socorro que todos depositaron su confianza. También fue ella junto con
Lupe y Julia, las que descubrieron la maniobra, la nueva traición de Salvador Alcázar en
palacio de gobierno.
Como pudieron, burlaron a los guardias, escaparon y avisaron, pero la traición ya estaba
consumada. Alcázar había firmado. Lo que se ganó no estuvo mal, pero se perdió
lo más grande, la libertad sindical.
Es cierto, dos mujeres: una al frente del movimiento acompañada de muchas más; la
otra, orientando desde su escondite involuntario y apoyados todos por los asesores
del FAT venidos de la ciudad de México.
Durante la huelga, los patrones llevaron a cabo varios intentos para terminar el movimiento
violentamente, pero la responsabilidad, organización y disciplina que el FAT
imprimió al movimiento, impidió que se desbordara y cediera a las provocaciones, aún
cuando la base obrera rechazó la carta que firmó Alcázar y exigía la presencia del FAT.
Sin embargo, Filiberto Sánchez militante del FAT en León Guanajuato fue detenido
y encarcelado por varios días sin motivo ni explicación. Mi padre para ese entonces
velador de la escuela María de Jesús Cabello, una madrugada fue sacado violentamente
del interior de la escuela por policías que rompieron la cerradura de la entrada y
como se resistía a abandonar su lugar de trabajo, lo golpearon con la culata del fusil
rompiéndole una costilla, permaneció dos días encarcelado sin registro de detenido y
fue la propia directora de la escuela la que logró que lo soltaran, pero no hubo ninguna
explicación de la arbitrariedad.
Cuando en el mes de octubre del mismo año de 1974 se destituye a Salvador Alcázar
y se nombra a Arnulfo Ramírez, la CTM trajo golpeadores de Monterrey que llegaron
a provocar apedreando el local sindical, dándose un connato de violencia que fue
aprovechado para la intervención del ejército que tomó el local sindical.
La vigilancia y presión era constante, no se podía ni platicar entre los obreros porque
inmediatamente los amonestaban, permaneciendo condiciones carcelarias al interior
de las plantas con militares trabajando como obreros
Sin embargo, la resistencia se mantuvo por más de ocho años al interior de las plantas.”
FAT
128
EL SNTIHA y Spicer
Si en su fundación en 1960, el FAT se propone como gran estrategia de lucha la formación
de sindicatos nacionales de industria, el control del régimen corporativo impoide
la formación de sindicatos de industria independientes y no es sino hasta 1973 en que
se consigue, por medio de la lucha y la presencia real del FAT, formar el primero: el Sindicato
Nacional de la Industria del Hierro y el Acero (SNTIHA). Lo funda con sindicatos ya
organizados en KBS Mexicana, de León, Cortinas Excélsior y Canceles Mare, de Irapuato,
MATOSA, del Estado de México, y Estructuras y Techos de Celaya.
Según comprobaremos el resto de la historia, trata de un momento de la mayor
trascendencia. Lo es, nuevamente, en varios sentidos. De entrada se encuentra la tortuosa
ruta legal para obtener este tipo de preciados registros, y con ello se enriquece
de manera sustantiva el conocimiento del aparato de la mal llamada justicia laboral
mexicana.
Lo en verdad valioso, claro, es a lo que ello da acceso. Por un lado, contar con organizaciones
que aglutinen a trabajadores(as) de plantas y regiones diversas, en la cuales
los intercambios de experiencia se vuelven una norma.
Por otro, disponer de un recurso extra cuando se niega el registro de un sindicato
de empresa, como un año después sucede con la minera La Perla, de Chihuahua. O
con Mexicana de Envases en el Distrito Federal, parte de un consorcio sobre el cual se
espera avanzar. O, en 1974, con Spicer.
A estas alturas el FAT se ha implantando realmente en el Valle de México, y está en
condiciones de amparar, asesorar y contribuir a la dirección del movimiento que más
impacta a la ciudad en la época y que más pasa a su memoria colectiva. Con él se esparce
la noción del Poder Obrero: la lucha directa para destruir el poder de los patrones,
para vencer su fuerza y destruir su organización; la lucha directa para ganarles la
dirección de la producción y hacerles pedazos sus ideas, su seguridad, su orgullo y sus
órdenes, e imponer a cambio nuestra fuerza, nuestra organización, nuestra dirección,
nuestras ideas.11
La organización había entrado en contacto con los trabajadores de Spicer en 1969,
cuando hicieron el primer intento por quitar al sindicato charro por uno democrático.
Puede reconstruirse esta historia y la que la continuó en 1972, con más intentos fallidos
pero fundamentales para el estallido de dos años después. De ese modo entraríamos
en la intimidad de un largo proceso organizativo como los que suelen acompañar
a las en apariencias súbitas demostraciones de inconformidad popular.
No lo hacemos considerando que otras muchas luchas se asomaron ya a ello. A cambio,
tomamos grandes fragmentos del extenso documento que los propios compañeros
publicaron poco después de los hechos. El propósito es recoger la emoción del
día a día, con sus aleccionadores detalles. Por eso, y gracias desde luego a la vitalidad
del relato, único en su especie, creo, me permito ocupar un número inusual de páginas.
Aunque los intentos previos podían desanimar a los compañeros de Spicer resultaron
una escuela y ante la situación laboral, la lucha era lo menos que podían intentar:
11 Poder Obrero significó entonces lo que la tradición sindicalista llamó Acción Directa.
50 AÑOS
129
intensidad de los ritmos de trabajo, bajos salarios, gran número de eventuales y
maltrato por parte de jefes y supervisores, al que viene a agregarse la creación de
un cuarto turno, con el cual la empresa evita el pago de horas extras. Las jornadas
se vuelven combinadas, de manera que unas pueden ser diurnas y otras nocturnas, y
alcanzan los domingos.
Hay protestas y la gerencia hace un despido como escarmiento. Escoge mal y don
José, el elegido, no ceja. Espera a la salida a quienes le dan confianza y los convence de
reunirse con el objetivo de formar una sección del SNTIHA. La tarea no resulta fácil:
los patrones y los charros de la Federación de Agrupaciones Obreras (FAO) vigilan,
hay que cambiar de lugar, el grupo se descompone cada poco. A cambio los arropan el
FAT y otras organizaciones independientes.
Once meses tardan en preparar las condiciones para meter la solicitud de registro.
En esta guerra, celebran la primera asamblea formal cuando aparece la policía y toma
preso a don José. El seguimiento que hacen los asesores del FAT y las organizaciones
hermanas obligan a soltarlo por falta de pruebas. Eso activa la participación y con ella
un proceso que no tiene marcha atrás.
No importan, pues, las artimañas convenidas por la empresa con la Secretaría del Trabajo
y Previsión Social, siendo Porfirio Muñoz Ledo el Secretario del Trabajo. La primer
maña se da cuando convoca a un una audiencia en vacaciones; después, se instala
una inspectora del trabajo en la planta para certificar las firmas de los trabajadores
que quieren su sindicato independiente y por supuesto se esfuerza por amedrentar y
disuadir a los firmantes para que abandonen la lucha.
Después, ante la incapacidad de la FAO de enfrentar a la organización independiente,
la Secretaria del Trabajo decide suplantar a los charros por un sindicato, también
charro, pero con más fuerza y recursos: imponen al Sindicato Minero de Napoleón
Gómez Sada. El objetivo es romper el movimiento desde el interior de la planta, introduciendo
esquiroles.
-Nosotros contestamos anulándolos –recuerda un compañero. –Hablamos con ellos
y algunos los convencimos… Otros siguieron tercos. Entonces les rompíamos los
volantes, hacíamos bola alrededor de ellos y les metíamos miedo.
Los trabajadores, lejos de dividirse, inician en una serie de acciones directas dentro
de la fábrica, que significan el inicio de la instauración del Poder Obrero. Presuntos
halcones que participaron en las represiones del 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio
de 1971, suplen a la policía industrial que usualmente hacía labores de seguridad en la
planta. Esculcan a los obreros a la salida para eventualmente sembrarles piezas robadas
para acúsalos de robo. Los compañeros se resisten al cateo e imponen la expulsión
del nuevo jefe de seguridad. El movimiento va creciendo de manera significativa
y ante la negativa del gobierno de reconocer al SNTHIA y la negativa de la empresa
para iniciar negociaciones con ellos, la huelga de hecho se vuelve una exigencia generalizada.
Pero por su carácter “extra legal”, aun apelando al derecho constitucional, se
decidió estallarla pero tenía que ser un estallamiento que tomara por sorpresa a la
empresa y a las autoridades.
FAT
130
Después de una encerrona de los organizadores del FAT, los comités de huelga y
ejecutivo del sindicato, donde se decidió el momento preciso del estallamiento del
paro, y bajo el acuerdo de base de que todos los trabajadores debían esperar una
señal para tomar la planta y seguir adelante con la huelga.
Dejamos la palabra al folleto con que los trabajadores conmemoraron los 121 de
movimiento12:
“…al amanecer, cuando llegamos a la fábrica, las puertas ya se veían cubiertas con las
banderas rojinegras. Ya había estallado fiesta.
De repente nos dimos cuenta lo que teníamos entre las manos. Ahí estábamos, 500
o más de nosotros, sin saber qué hacer. Y comenzó la organización: Las guardias de
las 5 puertas. Se hicieron guardias de 12 horas, dos turnos al día repartidos en tres
puertas. Sirvió para que pudiéramos mantener grupos fuertes permanentemente ante
la fábrica y que asistiéramos todos.
Luego, las comisiones: Solidaridad, buscar el apoyo, una de información a la prensa. Los
encargados de cada puerta, los cajeros, la distribución de la comida, la preparación
de los botes y la organización de las brigadas que salían a buscar colectas, los que se
fueron de comisión de información a los encargados de conseguir cartones.
Al rato aquello era un hervidero de trabajo y comenzaron a llegar las primeras mantas
de apoyo que eran colgadas en las rejas: colonos de La Presa, Martín Carrera, y el Ajusco;
trabajadores de Vidriera, Alumex, Vidrio Plano, MATOSA, SUTERM- Tendencia Democrática,
Tesorería, la Intersindical del Valle de México, Tecnomaya, Colonia.
Y salió el primer desplegado:
“Estamos en una huelga libre exigiendo: Reconocimiento de la titularidad del Contrato para
nuestro sindicato independiente.”
Y fuimos a nuestra primera manifestación, organizada por la Tendencia Democrática
del SUTERM en el DF, el sindicato Independiente de Trailmobile y los grupos sindicales
de lucha de Xalostoc. Allí se escucharon nuestros gritos por primera vez: “¡SPICER…
SPICER... SPICER...! ¡Pueblo, escucha, SPICER en la lucha!”
Fueron días muy duros. Nos tuvimos que lanzar así nomás, a lo loco, como quien dice.
No teníamos caja de resistencia, sólo algo que habíamos podido ahorrar en lo personal,
pero muy poco. No esperábamos que fuera a durar tanto.
Un error grave que se cometió fue no habernos preparado para una lucha larga. Nos
confiamos mucho en el rumor que se corría de: “esto no dura una semana, no pueden
aguantar”. Era parte de una visión exclusivamente económica de la lucha. La empresa
lógicamente no podía aguantar una semana en huelga después del tortuguismo que se
le había hecho desde un mes antes.
Pero no fue la lógica económica, sino la lógica de un enfrentamiento político entre dos
clases, obreros y patrones, la que dirigió toda la huelga. La empresa estaba dispuesta a
perder millones, y los perdió.
12 El folleto se llamo, precisamente, Poder obrero. Testimonio de los 121 días de lucha de los trabajadores de Spicer.
50 AÑOS
131
Este error nos costó caro, fue una de las fuentes de desgaste más grande que padecimos.
Hizo necesario un gran trabajo de pláticas en las puertas para que todos, todos,
hiciéramos una reflexión sobre lo que estaba pasando, y nos preparáramos para una
lucha larga que podría terminar en represión.
Así surgió la teoría de la resistencia, que fue la que permitió resistir días de huelga, la
que fue haciendo de nosotros combatientes de una lucha larga y no de un combate
de una semana.
La resistencia se pensó, se creyó y se preparó. Con frecuencia nos poníamos a imaginar
quiénes vendrían a reprimirnos, por dónde llegarían, cuántos serían, nos enfrentaríamos
o saldríamos corriendo. Si eran cien, les dábamos en la madre, si venían
quinientos armados, correríamos como venados. ¿Correr? ¿Adónde? Para La Presa.
La Presa estaba dispuesta a recibirnos. La Presa estaba dispuesta a rajarse la madre
junto con nosotros. Los cuetones estaban listos; si se venía la represión tronaríamos
cuetes y La Presa se dejaría venir, o bien, subiríamos corriendo al cine Guevara y ahí
empezaríamos a organizar el brigadeo.
Las resorteras también estaban listas.
Para ello, hablamos con cientos de colonos, volanteamos, hicimos festivales gigantes y
mítines. La gente de La Presa rápido supo que éramos parte de la misma cosa; SPICER
empezó a ser parte de la vida de La Presa. Teníamos pensado empezar a luchar por La
Presa: agua, drenaje, basureros, escuelas.
No tuvimos tiempo. Estamos en deuda con ellos.
Al principio pensamos que la empresa no iba a resistir mucho. Las automotrices se
quedaron rápido sin ejes. Hasta empezaron a salir noticias en el periódico y la radio.
Imagínense: las automotrices teniendo que disminuir y hasta parar la producción por
falta de una pieza que sólo nosotros producíamos. Los teníamos bien agarrados.
Pero el gobierno entonces abrió las fronteras para que pudieran importar ejes. A
nosotros no nos extrañó mucho, porque desde hace mucho sabemos que las autoridades
están con los patrones. Con esa medida, lo que hicieron fue permitir que la
empresa resistiera más tiempo.
No les sirvió del todo, porque los ejes extranjeros no se adaptaban bien a las necesidades
de aquí, y les costaba más adaptarlos.
Pero a las automotrices no pareció importarles mucho. Además, la transnacional decidió
pagar la diferencia en el costo. El resultado fue que todos los patrones, los de
SPICER, los de las cámaras y los de las automotrices, se unieron en contra nuestra y se
hicieron mucho más fuertes.
(…)
Ya esperábamos de un momento a otro que las autoridades declararan inexistente la
huelga y nos aventaran a la policía montada para obligarnos a trabajar.
Pero de nuestro lado la cosa también se estaba poniendo bien. Formamos comisiones
que fueron a informar de nuestro problema y a pedir apoyo a muchos lugares, aquí
mismo en la capital y a provincia. La gente respondió a todo dar.
FAT
132
De todos lados nos llegaron cartas de solidaridad y apoyo económico. De Campeche,
Puebla, Tlaxcala, Guanajuato, de muchos lados. Hasta de Centroamérica y Europa.
Fue una respuesta muy a todo dar, porque no solamente nos mandaban cartas y
dinero los dirigentes, sino que la misma gente, los trabajadores, los colonos y los
estudiantes, se venían aquí a platicar con nosotros y a demostrarnos su apoyo. Algunos
hasta se pasaban aquí la noche haciendo guardia, y entonces discutíamos los
problemas de todos.
Suena muy bonito eso de la solidaridad. Pero la solidaridad no se levantó del aire. Fue
producto de un trabajo duro, de hormigas. Sólo Vidrio Plano, Martín Carrera y Mexicana
respondieron a la solidaridad rápido, y eso porque había información constante entre
los grupos.
(…)
La solidaridad no sólo se construyó pidiendo. Se construyó dando, yendo a ayudar en
la medida de nuestras posibilidades. A pesar de estar en lucha hicimos tantos actos
de apoyo como pudimos. Y ahí fue donde se construyó la solidaridad con SPICER, en
nuestra solidaridad con los que luchaban.
(…)
Ahí fue que las autoridades se tuvieron que agachar. Ya estaban contra los obreros de
muchas fábricas y de muchos países, apoyados por colonos y estudiantes. La cosa ya
estaba pareja, aunque les doliera. No se atrevieron a declarar inexistente la huelga y
decidieron darle largas al asunto, esperando que nos desinfláramos.
(…)
El corazón y la columna Vertebral de la huelga
En las guardias de doce horas, que hacíamos divididos en dos turnos, construimos
la organización real de nuestro sindicato: las pláticas sobre el poder obrero fueron
creando su motor y dirección; la organización departamental se convirtió en la transmisión,
los ejes y el diferencial.
Para mí el Poder Obrero es la lucha directa para destruir el poder de los patrones, para
vencer su fuerza y destruir su organización; la lucha directa para ganarles la dirección
de la producción y hacerles pedazos sus ideas, su seguridad, su orgullo y sus órdenes,
e imponer a cambio nuestra fuerza, nuestra organización, nuestra dirección, nuestras
ideas. Así entiendo el poder obrero, así lo entendimos todos en las pláticas, y así lo
llevaremos allá dentro.
Además, las pláticas fueron sacando a la luz ideas que teníamos desde hace tiempo
en la cabeza sobre quiénes son los patrones, quién la clase obrera, qué es el gobierno,
qué es la explotación, cuál es la historia de las luchas obreras.
La plática que se dio en todas las puertas sobre el poder obrero fue sencilla: explicaba
los mecanismos mediante los cuales los patrones dirigen la fábrica y el mundo, y
cómo estos mecanismos podían ser rotos. Ante los patrones que dirigen la producción:
Poder Obrero.
50 AÑOS
133
Ante el poder patronal que marca los ritmos de producción y los turnos: poder
obrero. Ante el poder patronal que establece quiénes son los que dan las órdenes y
que éstas deben ser siempre obedecidas: Poder Obrero.
Ante el poder patronal que decide quién tiene trabajo y quién no, cuánto se cobra
y cuánto no: Poder Obrero. Ante el poder patronal que nos desune, nos felicita o nos
regaña, nos asciende o nos castiga: poder obrero. Ante la ideología patronal: Poder
Obrero. Ante la mentalidad patronal de esto es bueno, esto es malo: Poder Obrero.
(…)
También organizamos festivales los domingos. Algunos dicen que los festivales ayudan;
nosotros no estábamos del todo convencidos, pero la verdad es que sí ayudaron...
En cien días de lucha escuchamos miles de canciones revolucionarias, algunas medio
pesadas, otras buena onda; vimos hartos teatreros y hasta un mago solidario con la
huelga.
(…)
Aumentó mucho la unión y la participación entre todos nosotros, a pesar de los
rumores y chismes que metían los perros de oreja, porque todos podíamos hablar
claro delante de todos y los problemas se discutían de frente.
Lo hacíamos en las departamentales. Primero creíamos que eran algo así como reuniones
nomás pa’ variarle. En las puertas más organizadas no fue difícil armarlas,
porque sólo tenían dos o tres departamentos revueltos. La puerta uno, famosa por
su eterno desmadre, a la que iban y venían comisiones, visitantes, con veinte departamentos
ahí revueltos, juegos (de dominó eternos, cantantes, magos, teatreros,
grillos turistas, cineastas fantasmas, policías)... en esa puerta fue un desmadre armar
la departamental, pero se consiguió.
Ya luego entendimos de qué se trataba: organizarnos de la misma forma en que estábamos
divididos a la hora de estar trabajando, por departamento de producción. Los
de engranes con engranes, los de mantenimiento con mantenimiento, los de ensambles
con ensambles, y así hasta los veintiocho grupos en donde todos conocieran a
todos, donde se pudiera discutir más a fondo que en la asamblea y de donde salieran
proposiciones a la asamblea general.
Ahí podíamos discutir problemas personales como criticar a los derrotistas, a los
desmoralizados… y también a los huevones, ¿cómo no? También en esas asambleas
departamentales se podía controlar el trabajo diario y repartirlo, cosas que es necesario
hacer, pero que en la asamblea se armaría un relajo quererlas resolver.
También en las departamentales podíamos discutir con más cuidado problemas más
serios, como qué es un sindicato revolucionario, qué es el charrismo, por qué nuestro
sindicato es diferente.
Y ahí preparamos la resistencia en el interior de la fábrica, formamos comisiones de
control obrero sobre la dirección, las finanzas y los errores de la huelga y un chingo
de cosas que salían de todos, porque a nadie le daba pena decir esta boca es mía. Nos
enseñamos a adueñarnos de las decisiones.
(…)
FAT
134
La empresa, mientras tanto, se dedicó a su viejo juego de utilizar a los del sindicato
minero para querer asustarnos o comprarnos. Los mandaron por acá, a veces hasta
armados, y nos agarraban cuando andábamos solos. Entonces nos recitaban las canciones
que les habían enseñado los charros para crearnos desconfianza o darnos miedo.
Algunos llegaron a provocarnos, pero siempre los dejábamos igual que a los charros:
hablando solos.
Contraatacamos al minero haciendo marchas en la noche frente a su local. Una vez los
colonos los amenazaron con tumbarles su letrero a pedradas. Al día siguiente, cuando
nadie los veía, los mineros lo quitaron.
Las mujeres
Nuestras esposas y mamás reaccionaron al revés de cómo ellos pensaron. Le entraron
con más ganas al movimiento. Desde el principio nos apoyaron mucho. Hasta se organizaron
entre ellas y trabajaron duro. Formaron brigadas que organizaron la ayuda de
los de La Presa, Martín Carrera,
San Agustín, Providencia, Ticomán, Zacatenco. Consiguieron varias entrevistas para presionar
a Muñoz Ledo, Zertuche, Hernández, López Mestre, y si no las querían recibir,
le entraban por la fuerza.
“A mí no me dejaba participar mi marido. Decía: ‘Esto es cosa de hombres’, el muy
macho. No fue sino hasta las primeras acciones que realizamos, que comprendió que
era una lucha de todos. Lo que nunca nos dejaron hacer era las guardias. En todo
50 AÑOS
135
momento nos tuvimos que ganar a pulso el derecho a participar en nuestro lugar en
la lucha de SPICER.”
La verdad es que jugaron un papel decisivo. Se convirtieron en la columna fundamental
de apoyo y aliento para todos nosotros.
Muchos grupos políticos de izquierda se acercaron a nuestra lucha. Lamentamos decir
que de la mayoría no guardamos buenos recuerdos. Llegaron a ver qué sacaban, a
criticar desde las sombras, a dividir. O a ver los toros desde la barrera. Pocos llegaron
a servir y a sumarse. Muchas veces les dijimos que si querían criticar lo hicieran en la
asamblea. En la mayoría de los casos no se aparecieron.
Otras veces, las menos, lo hicieron, pero sólo para insultar. Para explicarnos que nuestros
dirigentes eran “reformistas”, “oportunistas”, “economicistas” y quién sabe cuántas
chingaderas más. Siempre les respondimos lo mismo: “Si no les gusta la lucha de
la clase obrera y no están dispuestos a compartirla: a la chingada”. Las “sectas” se
negaban a reconocer que la lucha obrera, así como suena, éramos nosotros, y ellos los
espectadores, los mirones.
(…)
Contra el desgaste usamos dos recursos: sentarnos a discutir qué seguía, echar imaginación,
planear nuevas acciones, o lanzarnos en campañas de autoagitación. Una noche
los de la puerta tres discutimos qué era eso del desgaste, del cansancio, y decidimos
hacer una manifestación hasta la puerta uno para decirle a los compañeros que estábamos
firmes.
La manifestación, de unos cincuenta compañeros, se fue gritando todo el camino, en
descampados, en una vía del tren solitaria, en una carretera vacía. Ahí tronamos la
garganta para oírnos solos. Pero qué sabroso, carajo. Nuestro nuevo grito fue: “Ante
el desgaste: ¡poder obrero!”
Los de la puerta dos contestaron con otra manifestación. Nos pasamos la noche de
manifestación en manifestación. Pueden decir que estamos locos, pero nos sentíamos
mucho mejor; y de pasada espantamos a los del minero al pasar frente a su local y
agitar un poco a los terceros turnos de las fábricas de al lado y a los trasnochadores
de la colonia La Presa.
(…)
Sí, ya para cuando llevábamos casi un mes de huelga, todos sabíamos perfectamente
cómo responder a las agresiones y provocaciones de la empresa a la hora de estar
trabajando, y estábamos seguros de que iban a ser respuestas parejas de todos los
compañeros. Ya nadie iba a estar solo allá dentro.
Por esas fechas la empresa quiso dar el golpe decisivo a nuestro movimiento. Los
charros de la FAO ya estaban derrotados desde antes de la huelga. Para inclinar la
balanza a su favor, a la empresa sólo le quedaba atraerse a unos charros más pesados.
Entonces hizo que la FAO le pasara el contrato colectivo a los del sindicato minero.
Hasta sacaron grandes desplegados en los periódicos anunciando el “traspaso”. Pero
ni así pudieron.
FAT
136
El 5 de agosto les contestamos con una marcha a la que asistieron siete mil compañeros,
pero siete mil compañeros que asistieron por sus propias pistolas, sabiendo lo
que querían y apoyándonos auténticamente.
Dos días después, a la empresa no le quedó otra que sentarse a firmar el convenio y
concedernos lo principal.
Se levanta la huelga
Así, la presión a las autoridades le fue llegando a la empresa, que además estaba agarrada
económicamente. Por eso le impusimos que se sentara a dialogar. Y se logró el
esquema de un convenio.
¿Nos equivocamos al levantar la huelga?
¿Quién sabe? En aquel momento, la posibilidad de la represión se veía cerca. Con la
huelga declarada inexistente las autoridades se lavaban las manos del conflicto y la
empresa podía presionar a las autoridades del Estado de México para que nos echaran
a la policía. Por otro lado, el entrar a trabajar ponía la lucha en otros términos que
a nosotros nos convenían. Permitía que recibiéramos algún dinero, y nos lanzáramos
a probar, ante las agresiones que sabríamos vendrían de la empresa, el poder obrero
que habíamos estado ensayando en las reuniones departamentales. Por eso se aceptó
el convenio. Porque nos parecía que era un buen punto de partida para seguir en la
lucha por el sindicato independiente.
“El convenio no era tan bueno como hubiéramos querido, pero detenía una represión
que cada día veíamos más cerca y garantizaba algunos de los puntos de lucha que más
nos habían preocupado: que la inspección se hiciera de inmediato, que no entraran
nuevos trabajadores a laborar, la reinstalación de los despedidos, el veinticinco por
ciento de salarios caídos, el reconocimiento en las negociaciones de nuestro comité,
así como un compromiso de no represalias y prolongación de contratos individuales
por cuatro y seis meses más. Si cumplían el convenio, con lo ganado en la lucha, con
lo aprendido y con lo organizados que nos encontrábamos, podríamos derrotar a la
empresa en el interior de la fábrica.”
Pero no nos hacíamos ilusiones. “Estábamos conscientes del que los papeles firmados
sólo se respetarían si eran hechos valer por medio de la fuerza organizada de los
trabajadores”.
La semana del Poder Obrero
“Se entró a trabajar con la clara conciencia que íbamos a la guerra. Los pocos de nosotros
que no lo entendían así, y que guardaban esperanzas en el convenio pronto la
realidad les dio de cachetadas.
“Dos ejércitos entraban a la fábrica el viernes, uno, el patronal entraba dispuesto a
pasarse por debajo de los huevos el convenio. Sus fuerzas: capataces, supervisores
(salvo honrosas excepciones), ingenieros, y perros (FAO) y charros (mineros); con la
ayuda más o menos disimulada de las autoridades, que se supone deberían hacer la
inspección en un día o dos y fijar fecha de recuento.
50 AÑOS
137
Nosotros éramos 750, fogueados por la huelga; con ideas claras de lo que teníamos
enfrente y una buena conciencia, táctica y organización.
El plan de la empresa consistía en meter esquiroles poco a poco para que los fuéramos
entrenando, posponer la inspección al infinito e imponer su poder sobre nosotros
a través de la presión, las amenazas, los gritos, las órdenes, el tenor...
El viernes trataron de meter esquiroles y los sacamos donde los descubríamos. Metieron
5 en un carro y hubo un paro general hasta que salieron corriendo de la planta.
La producción no se normalizaba ni se normalizaría mientras siguieran agrediendo.
Tuvimos que organizar la resistencia con una velocidad enorme Los primeros choques
fueron en el segundo turno. En el departamento de calabazos se trató de imponer a
Rangel que entrenara a un esquirol. Este se negó. El supervisor que no reconocía a
nuestros delegados no quiso hablar con ellos y entonces el departamento detuvo la
producción. Corrió la voz por la planta. Llegó un ingeniero, la raza se le hizo bola y el
ingeniero retrocedió. Tuvieron que llevarse al esquirol.
Las autoridades inspeccionaban 6 ó 7 por día y los capataces y supervisores recorrían
la línea amenazando. Entonces chocaron dentro de nosotros dos posiciones que se
hicieron muy claras en las asambleas de turno del martes: la mayoría sostenía que
además de los paros generales de turno, dirigidos por el Comité de Lucha, cada departamento
tenía autonomía para dirigir sus propias acciones contra las agresiones
de la empresa. Así se decidió, y por eso la guerra que se desató en la planta era una
guerra constante, sin frentes de batalla, que estallaba y se detenía inesperadamente,
volviendo loca a la empresa, que sentía como su poder se caía en pedazos y cada vez
era menos dueña de la planta.
Los charros del minero se presentaban todos los días a las entradas y las salidas de
los turnos y presionaban con su actitud. La policía hacía también acto de presencia.
La primera provocación se armó en la mañana en el departamento de ensamble; un
esquirol le rompió un pómulo a Lucas con un fierro. Todo ensamble paró y se lanzó
sobre el agresor que huyó corriendo, fue perseguido por toda la planta hasta que se
escapó. El paro de ensamble se prolongó hasta garantizar que la empresa despedía al
minero.
En el segundo turno continuaron las agresiones y las respuestas. Un compañero acusado
de tortuguismo en flechas fue reportado y se respondió con el paro. Además
se impuso que la negociación fuera a través de nuestros delegados. En otros departamentos
nos negamos a recibir los reportes. Los ritmos de producción y la forma de
realizar las operaciones las decidíamos nosotros. De turno a turno se corría la voz
para igualar la producción.
Mantuvimos sobre los esquiroles y los capataces una guerra ideológica permanente.
Ley del hielo, desobediencia, respuesta firme. A veces todos nos quedábamos mirando
a uno hasta que no sabía dónde meterse, quería que se lo tragara el suelo.
Los grandes cacas de la fábrica adoptaron dos posiciones: o sonrientes y zalameros o
déspotas y agresivos, pero las dos actitudes nos resbalaban. Sabíamos quienes eran, y
sus pinches gestos sólo nos servían para ver el calibre moral de estos perros de presa
FAT
138
del capitalismo. Sosa era de los segundos y así le fue. El departamento de relaciones
industriales había sido centro permanente de represión y venganza antiobrera. Así le
fue a Sosa.
Uno de aquellos días estaba gritándole a la raza y volteó para ver en el buzón de “sugerencias”
una pinta; “Sosa, chinga a tu madre”.
Los baños estaban llenos de pintas y poco a poco éstas se fueron extendiendo a los
talleres. La empresa nunca pudo durante aquellos 10 días controlar las paredes y cada
vez que pegaba un comunicado éste era despegado o manchado con aceite.
La empresa despidió a Lucas con el pretexto de que había provocado la pelea y el
martes adoptamos el método de meterlo a fuerzas. “Reinstalación a huevo” se llamó
la operación. En la mañana lo metimos dentro de la bola y los vigilantes que intentaron
despedirlo fueron barridos por la ola. Lo pusimos en su máquina y durante tres días
lo hicimos. Como no lo quisieron reinstalar, cambiamos de táctica.
En otros departamentos comenzó la guerra psicológica. A los perros se les ladraba
todo el día: “gua gua” y cantábamos una de las canciones del movimiento: “No nos
moverán”.
El martes, a la salida del primer turno y entrada del segundo, los mineros, cerca de
150, se acercaron a provocar y tratar de entrar a trabajar. Los del segundo turno se
colocaron tras las rejas y comenzó un mitin: “No pasan, no pasan”. “Fuera charros del
minero” “Obreros sí, charros no”. Nos negamos a entrar a trabajar hasta que se retiraron
los charros. Entre nosotros y los mineros quedaron 6 compañeros de los asesores
del Sindicato Nacional del Hierro. Bien pegados a la reja porque si los trataban
de agredir los charros, los metíamos a la fábrica. Llegó la policía y se desplegó. Patrullas
y montados, policías con escopetas. Uno de los asesores se acercó a un policía y le
preguntó: Quién dirige la operación?” —Aquí, todos— contestó el policía. Ah carajo,
que policías tan democráticos. Aquello olía muy feo. Menos mal que los del primer
turno se dieron cuenta y empezaron a salir en bola.
Al ver que éramos muchos, los mineros se retiraron y el primer turno salió a su
asamblea en marcha.
El miércoles, el departamento de ensamble comenzó a realizar paros exigiendo la
reinstalación de Lucas. Media hora trabajaban y luego paro. Todo el primer turno se
sumó a los paros. Se hicieron tres paros generales de 15 minutos.
En los primeros paros de ensamble se gritaba: “Lucas, escucha, tus cuates en la lucha” y
se oía el grito por toda la planta. La primera vez que Lucas lo oyó, lloró de la emoción.
Cruces iba caminando por el patio cuando tocó la hora de paro. Miró su reloj y ahí se
detuvo. A su lado se detuvo un montacargas con otro compañero, y ahí se quedaron
platicando mientras duraban los quince minutos. Ahí llegó el supervisor a echarles la
bronca, pero lo tiraron de a loco hasta que el paro acabó. Luego le dijeron: “Ahora
sí, ¿dígame?” ¿Van a seguir haciendo paros?, gritó el supervisor. “Algunos”, contestó el
compañero.
50 AÑOS
139
En el departamento de Salustiano el supervisor invitó a los perros a tomar café y
el departamento paró la producción porque estaba prohibido tomar café según el
reglamento interno. “O todos o ninguno” dijeron a coro, y le quitaron la cafetera al
supervisor... Y se lo bebieron.
Después de los primeros días, empezamos a romper los reportes que nos entregaban
los supervisores. Otra medida que se tomó en algunos departamentos fue pedir que
cuando reportaban a uno, reportaran a todos. Esto unido a que se acosaba a las autoridades
laborales para que desarrollara rápidamente la inspección. Al principio tener
ahí a los inspectores de la Secretaria del Trabajo nos frenaba, luego, cuando vimos la
calaña de esos cabrones, ya no nos frenaba nada. Cada vez que se paraba se asomaban
desde los ventanales de las oficinas a ver qué estábamos haciendo.
(…)
El miércoles, la asamblea del segundo turno salió en marcha desde el local del cine
Guevara en La Presa y llegó cantando hasta las puertas de la fábrica. Cuando los
vigilantes esperaban que nos paráramos para checar tarjetas y entrar, seguimos en
marcha hasta el interior de la empresa. Llegamos hasta donde estaban los inspectores
que habían trabajado un chingo ese día (habían inspeccionado a ocho compañeros en
8 horas) y los presionamos con un mitin.
A partir de ese momento, las marchas se sucedieron en el interior de la fábrica, manifestaciones
de 10 a l00 compañeros a cada rato. Cada grupo que terminaba su trabajo
salía hacia el comedor en manifestación, se regresaba de comer en manifestación, Y
todas ellas coreando consignas.
El segundo turno hizo tres paros el miércoles para imponer que se hiciera más rápido
la inspección. Cada uno de esos paros de quince minutos fue acompañado de gritos
y cantos. Era tan contagioso, que la mayoría de los esquiroles comenzaban a jalar con
nosotros en los paros.
La estructura patronal estaba destruida, Muchos supervisores querían renunciar (presentaron
sus renuncias como 15), los gerentes de producción ya no bajaban a las
líneas. Mestre, el gerente general, una vez que se asomó y le chiflaron, ya nunca volvió
a aparecer. Éramos los verdaderos dueños de 1a empresa.
La presión los obligó a que aceleraran la inspección y el jueves inspeccionaron a 80.
Ese día suspendimos los paros generales y sólo sostuvimos el tortuguismo para obligar
a la empresa a que no obstaculizara la inspección con artimañas como había venido
haciendo. Jueves y viernes fueron días de tortuguismo solamente. La producción bajó
al 10%. Éramos como un reloj que caminaba al revés, y no había capataz que pudiera
enderezarlo.
El viernes rematarnos la semana del poder obrero con una presión tremenda al tomar
la oficina de nóminas (…) Quizá lo más importante es que obligamos a la empresa a
que le pagara a Lucas su semana. Todos los días que lo habíamos metido a huevo se los
pagaron. Ahí si doblaron las manitas.
(…)
FAT
140
Para el sábado, todos los restos del poder patronal habían quedado quebrados en SPICER.
Seguíamos fabricando ejes porque las máquinas no servían para otra cosa, pero
si nos lo hubiéramos propuesto, hubiéramos hecho triciclos para nuestros chavos o
tractores para los compañeros campesinos.. El poder obrero había triunfado. El poder
patronal estaba tronado, Los supervisores y el gerente se fueron a llorar a sus casas.
El todo por el todo
La empresa no pudo soportar el fracaso de su plan y quedarse sin su poder dentro
de la fábrica. Violó nuevamente los acuerdos respaldada por las autoridades. El lunes
18, al llegar a trabajar, nos estaban esperando: afuera, la policía; adentro unos gorilas
dizque trabajadores de SPICER que nunca habíamos visto por ahí; y en la puerta Sosa
con una lista en donde aparecían los nombres de 150 compañeros a los que se les
impedía entrar.
Entonces todos nos negamos a trabajar y nos fuimos formados de 4 en 4 al cine Guevara,
halla en La Presa, para discutir qué hacíamos. Decidimos irnos a la Secretaria del
Trabajo donde estuvimos todo el día.
Luego nos instalamos en el Poli, donde quedamos acampados hasta el 29 de septiembre.
Teníamos que volver a organizar todo el apoyo popular que tuvimos durante la
huelga para lanzarnos nuevamente a la ofensiva.
En Zacatenco pasamos más de 40 días. Sin embargo, no pudimos conmover gran cosa
a un estudiantado apático y frío. No en balde parece que ahí se están formando los
nuevos capataces de muchas fábricas. Es feo decirlo, pero muchas mañanas al acabar
nuestras asambleas, hicimos marchas por Zacatenco, y lo más que logramos es un
poco de apoyo económico y que se sumaran un escaso centenar de estudiantes a
nuestra lucha. Zacatenco fue una etapa difícil de la lucha de Spicer. Pero le echamos
ganas. Nos sentíamos desnudos sin nuestra fábrica, sin nuestro poder obrero, sin la
colonia La Presa al lado. Aún así cada vez que salíamos de marcha por el Poli nuestros
alaridos se oían un kilómetro a la redonda.
La primera movilización que organizamos fue una marcha que salió de Zacatenco.
Ahí el gobierno se volvió a descarar como aliado de los patrones. Desde la mañana
la policía empezó a agarrar compañeros y no los soltó hasta que terminó la marcha.
Además, la marcha fue reprimida. Primero no nos dejaban hacerla. Por fin nos dejaron
salir, pero enviándonos por lugares poco poblados y por llanos. Hasta cortaron la luz,
para acabarla de amolar. Y cuando íbamos llegando a la fábrica Luxus, ya de plano nos
impidieron seguir.
Todos nos desmoralizamos un poco, pero la mayoría siguió al pie del cañón, tratando
de encontrar nuevas formas de continuar la lucha. Sólo 10 cuates se rindieron y regresaron
a trabajar. Les faltó carácter.
(…)
El 10 de septiembre citamos a una nueva manifestación que saldría de la Secretaría del
Trabajo. De nuevo el gobierno la impidió, pero ahora con más fuerza y en forma bien
salvaje; envió docenas de patrullas que circulaban con las sirenas prendidas, carros
50 AÑOS
141
de bomberos, granaderos y motocicletas que eran lanzadas contra nosotros muchas
veces y a grandes velocidades. La última vez seguidas por un camión de esos de pasajeros.
De todas formas ahí nos quedamos haciendo un mitin.
Si la represión quisiera detener a la dirección del conflicto de Spicer, necesitaría meter
al bote a unos cien compañeros.
La dirección de la lucha de Spicer siempre fue colectiva, y nunca fue de nombre o de
nombramientos. Los dirigentes ganaron un lugar en las diferentes etapas de la lucha.
(…)
Si algunas veces se tomaron decisiones antidemocráticamente fueron las menos. En
la mayoría de los casos, la democracia directa funcionó. Por eso hemos podido estar
más de 100 días en pie.
El lunes 29 de septiembre hicimos una asamblea en un local que nos prestaron los
trabajadores de El Anfora. Ahí decidimos cambiar nuestro campamento al 5o. piso de la
Secretaría del Trabajo para hacer más presión. Y allá nos fuimos.
En la noche del día que nos instalamos allá, el Secretario dijo que le diéramos 48 horas
de plazo para enterarse bien del problema, que porque era nuevo en el puesto.
Otra vez la misma canción: darle largas al problema para hacer que nos ablandemos.
Tuvieron el descaro de decirnos que las soluciones no se logran por la fuerza y que
nos fuéramos a otro lado, que porque si no otros trabajadores iban a seguir nuestro
ejemplo.
El martes iniciamos otra forma de presión: La huelga de hambre. El Secretario se asustó
y hasta se comprometió a resolver en 48 horas el conflicto. Como es natural, no
cumplió su palabra. Cuando se cumplió el plazo tres de nuestras esposas se unieron
a la huelga de hambre.
La decisión del estallido de la huelga de hambre fue una medida casi desesperada (…)
Necesitábamos una acción que volviera a empujar la lucha de Spicer. Nos han criticado
mucho la medida. Nosotros decimos: ¿nos quedaba de otra?
Desde que se fueron a huelga de hambre, el apoyo y la participación ha aumentado
mucho de nuevo. En la Universidad se han vuelto a organizar actos que además que
nos ofrecen un apoyo económico fuerte, sirven mucho para presionar a las autoridades
y extender nuestro movimiento para que muchos trabajadores y gentes del
pueblo tengan conciencia de cómo están las cosas.
Se han hecho mítines en la empresa (volvimos nuevamente!) donde los charros corrieron,
en las oficinas de la empresa, en el quinto piso de la Secretaria que ya parecía
nuestra segunda casa (no por los dueños, que nunca nos invitaron, sino porque a cada
rato llegábamos y nos acomodábamos). Y luego los mítines en El Anfora a los que acudieron
organizaciones sindicales a damos apoyo.
La ayuda más potente dada a nuestra huelga de hambre, ha sido el paro de dos horas
realizado por los sindicatos de trabajadores y maestros de la U.N.A.M. que junto con
los estudiantes paralizaron la Universidad a todo lo largo de la ciudad. Un paro que
FAT
142
fue acompañado por 142 mítines que reunieron a todos los paristas y en cada uno de
los cuales hablaron nuestros compañeros.
(…)
El lunes 20 de octubre, cuando 55 llevaban 21 días de huelga de hambre, las mujeres
tomaron el 5º piso de la Secretaría del Trabajo y se realizó un mitin en el campamento
al que asistieron 3 mil compañeros. Cerca de 40 organizaciones sindicales y populares
dieron su solidaridad, que terminó con una marcha hasta la Secretaría que tomó por
sorpresa a la policía y que no pudieron impedir. Ese mismo día en varios países europeos
y en Canadá se realizaron actos de apoyo a nuestra lucha, y en provincia hubo
varios mítines de apoyo.
El martes 21 se celebra una nueva asamblea y se han citado un nuevo paro en la
Universidad para el día 22, una marcha en Azcapotzalco para el 23 y un mitin en el
campamento el 24.
El fin de esta etapa de nuestra lucha se acerca. Para el mitin del viernes 24, nuestros
compañeros de la huelga de hambre llevarán 25 días de huelga y la lucha de Spicer
desde que se inició la huelga llevará 117 días de lucha continua. No estamos tratando
de implantar ningún récord, nadie nos escogió en México para que jugáramos ese
papel, no somos los mejores ni los primeros, otros han luchado más y más fuerte que
nosotros, pero hemos estado a la altura del compromiso que nos echamos.
Si el pueblo es capaz de seguirnos apoyando y nosotros de resistir la presión
económica y el cansancio, probablemente logremos doblar a Spicer, una compañía
transnacional que se ha convertido en la más fiel y perruna defensora del capitalismo
mexicano. Si no soportamos el desgaste producto de una lucha tan larga y a la
debilidad de las fuerzas independientes de nuestro pueblo que no da para más,
probablemente tendremos que aceptar una victoria a medias. Quizás la salida esta
larga lucha sea la represión. Sea lo que sea, sepan que Spicer no es el final de nada. Es
el principio. Al menos para los que vivimos Dondequiera que terminemos En Spicer,
con nuestro sindicato Independiente, fuera de Spicer, trabajando en otras fábricas,
en la cárcel o despedidos inscritos en las listas negras de la patronal sepan que nos
hemos echado un compromiso encima: crear uno, dos, tres, cientos de Spicer, abrir el
camino de la independencia y libertad de la clase trabajadora. Empezar a cavar la fosa
del capitalismo mexicano. Ese es nuestro compromiso
Yucatán
El sureste de México es territorio ajeno al FAT hasta los inicios de los años 1970.
Entonces surge el Frente Sindical de Yucatán, un movimiento en origen absolutamente
local. En su asombroso, rápido crecimiento, descubren más o menos pronto la necesidad
de vincularse al resto del país, y lo hacen a través de nuestra organización.
La historia la cuenta Francisco Pérez Arce13:
13 El libro donde se incluye la historia del frente sindical yucateco, se llama el Principio y fue publicado por Xxxx. Con autorización
del autor, subdividí algunos párrafos para facilitar la lectura en un libro como el nuestro.
50 AÑOS
143
En el 72… empezó una efervescencia en la que se combinaban las resonancias del
movimiento estudiantil nacional con un conflicto político interno del pri debido a que
la corriente más popular se había sentido desplazada con la elección Carlos Loret de
Mola como candidato, y luego como gobernador, en el último año del presidente Díaz
Ordaz.
Las federaciones de estudiantes, generalmente controladas por el partido oficial,
adoptaron entonces una posición crítica. Pero lo más notorio fue la rápida coordinación
entre el campo universitario y el auge sindical. La paz cetemista empezó a
resquebrajarse en 1973 a una velocidad inesperada. Un papel destacado desempeñó el
Frente Estudiantil Cultural Jacinto Canek, que desde los primeros brotes de sindicalismo
independiente se convirtió en el conducto para organizar acciones de solidaridad.
Relacionado con esta organización estudiantil, un joven abogado, Efraín Calderón Lara,
estableció un despacho de asesoría jurídica al que empezaron a llegar los grupos de
obreros que buscaban organizarse en sindicatos independientes. Otro factor que contribuyó
al auge fue la presencia del sterm y el movimiento ferrocarrilero vallejista, que
ofrecieron no sólo apoyo político sino también infraestructura como lugares donde
reunirse y aparatos de impresión, por ejemplo.
En 1973 se sucedieron movimientos en fábricas de calzado, de confección, panaderías,
gasolineras, empresas de transporte e industria de la construcción así como entre
trabajadores y empleados de conasupo y de la Universidad. La ctm se vio incapaz de
frenar o encabezar el movimiento.
El despacho de Efraín Calderón Lara, a quien apodaban Charras, empezó a llenarse de
trabajo. Con el apoyo del movimiento estudiantil y la suma de nuevos contingentes,
consiguieron varios registros sindicales, estallaron huelgas, lograron la firma de contratos
colectivos en empresas en las que ni se soñaba conseguir algo así.
Ya con una fuerza considerable, con varios registros sindicales y grupos organizados
por todos lados, en octubre de 1973 se constituyó el Frente Sindical Independiente.
El año de 1974 empieza con varias huelgas simultáneas y un pronóstico muy favorable
para el recién constituido Frente…
En pleno ascenso de la lucha sindical, se suma una nueva huelga, la de, cusesa. Estalla el
11 de febrero. El gobierno, la ctm y las organizaciones patronales estaban “cansados”
de la agitación que se extendía en el estado.
El gobernador Loret de Mola atribuye ese ambiente de agitación a distintos factores:
está obsesionado por la supuesta mano negra de sus enemigos políticos Carlos Sansores
Pérez, cacique de Campeche y líder de la cámara de diputados, y Víctor Cervera
Pacheco, diputado federal y ex alcalde de Mérida.
Ellos eran, según Loret, los principales interesados en que no hubiera paz en Yucatán.
Le concede una parte de la culpa, no menor, al propio presidente Echeverría quien según
él toleraba la agitación estudiantil yucateca y aun la propiciaba. Pero en lo laboral
el principal culpable era Charras, el asesor sindical.
FAT
144
Escribe Loret:
La sociedad entera parece aliada contra el díscolo, representante del diablo mismo. Gamboa
(el jefe de la policía) es el ángel. Charras, el demonio. Tal la imagen simplista que los conservadores
de Mérida se forman acerca de estos dos singulares personajes.14
El jefe de la policía, coronel Felipe Gamboa y Gamboa, le dice en lenguaje críptico:
Señor gobernador, yo quiero servir a usted y a Yucatán. Esto de Charras está insoportable.
Creo que ha llegado la hora de ser enérgicos con él.”15
Según sus propias palabras, él contesta: Cuidado, coronel, con tocar físicamente a ese
muchacho. Presiónelo, aconséjelo y vigílelo... No vaya a pretender algo ilegal en cusesa. Pero
mucho, muchísimo cuidado, coronel, con tocarlo físicamente...
Gamboa, al parecer interpreta esas palabras como la luz verde de su jefe y de inmediato
se reúne con su plana mayor (Enrique Cicero, subdirector de Instrucción; Marrufo
Chan, subdirector administrativo; Chan López, comandante de Patrullas) y planean
desaparecer a Charras. Encargan la tarea a dos agentes (poco conocidos en el estado
y con características físicas de gente de otro lado), el sargento Néstor Martínez Cruz
y Eduardo Sáenz Campillo, y a José Pérez Valdés (ex agente, contratado especialmente
para este caso).
El capitán Marrufo Chan recurre al subdirector de Tránsito Javier Angulo Marín quien
les proporciona un automóvil Dodge Dart azul y dos juegos de placas y tarjeta de
circulación falsas. Además del auto, a los comisionados les entregan tres mil pesos, dos
pistolas y ampolletas de Seconal, por si el “sujeto se resiste”.
El miércoles 13 de febrero a las diez de la noche localizan el Volkswagen café de la
víctima. Lo siguen. Efraín y sus dos acompañantes (Pedro Quijano Uc y Miguel Ángel
González Sulub) se dan cuenta de que los van siguiendo y salen por la carretera a
Chichén. Después de unos minutos creen haber perdido a sus seguidores y dan vuelta
en “U”. Los estaban esperando. Eran más o menos las once de la noche cuando los
obligan a detenerse. Pistola en mano lo separan de sus acompañantes y lo secuestran.
Se llevan las llaves del Volkswagen.
Los secuestradores le inyectan el Seconal pero no tiene efecto inmediato. Charras se
resiste. Lo golpean brutalmente, lo amarran de pies y manos, lo meten a la cajuela y
salen de la ciudad por la carretera a Chetumal.
A la mañana siguiente —escribe el gobernador—, cuando presido el acto de homenaje a
Vicente Guerrero, el procurador general de Justicia licenciado Rodríguez Rojas me informa
confidencialmente que hay una denuncia en el sentido de que Calderón Lara fue secuestrado
la noche anterior... —Habla con el coronel —le digo—. Pienso que Gamboa lo tiene a
buen resguardo para evitar que haga algún despiporre en la diligencia de cusesa, citada para
primera hora de ese mismo día 14. Me traslado al aeropuerto para asistir a la inauguración
de los vuelos de la empresa Bonanza. Al llegar me entrevistan los tres líderes estudiantiles y
piden que se busque a Calderón Lara, porque ha sido secuestrado. El coronel está ahí, cerca
de ellos. Lo llamo y le ordeno, delante de los muchachos, buscar a Charras...
14 Carlos Loret de Mola (1978), p. 206.
15 Idem, p. 207.
50 AÑOS
145
Voy después a mi despacho de palacio. Ordeno que me comuniquen con el coronel para
preguntarle dónde está el dasaparecido, pero no logro dar con él. Me tiene doce horas en
suspenso, mientras los estudiantes bloquean la calle 60 en su esquina con la 57, es decir,
frente a las oficinas centrales de la Universidad, en señal de protesta por la desaparición de
Calderón Lara.
Mientras esto sucede 80 golpeadores de la ctm rompen la huelga de cusesa.
En la madrugada de ese día jueves 14 los secuestradores habían asesinado a Efraín, de
un balazo en la cabeza, en el kilómetro 101 de la carretera a Chetumal. El ejecutor,
Pérez Valdés, lo cubrió con una toalla para no verle la cara al dispararle. Lo entierran a
la orilla de la carretera. Los asesinos informan a Chan López que Efraín ya estaba “11
definitivo”, lo que en clave policiaca significaba que ya estaba muerto. Chan informa a
su vez a Gamboa quien ordena que quemen el coche, cosa que hacen.
El mismo jueves los estudiantes y las organizaciones del Frente saben que ha sido
secuestrado y se movilizan. Los estudiantes toman las calles e interrumpen el tránsito.
Exigen que aparezca Charras. Responsabilizan al gobierno, a los empresarios y a la ctm.
Según el gobernador, Gamboa le informa de la muerte de Charras hasta la tarde del
día 15:
Llega a palacio a la una de la tarde, muy pálido, y me pide un aparte. Al concluir la
audiencia que sostenía en aquel momento, penetro al saloncito donde me aguarda
Gamboa, me siento sin decir palabra, le señalo un asiento, y me quedo mirándolo:
—Señor gobernador —dice—, Dios quiere que usted gobierne en paz.
—Pues, por favor, que lo demuestre, porque están bloqueadas las calles. ¿Dónde está Charras,
coronel? ¿Por qué no lo devuelve usted inmediatamente? ¿Por qué me deja usted sin
comunicación tantas horas? ¿Qué pasa?
—El pobre muchacho se les ahogó en la cajuela del carro en que lo llevaban.
[...]
Me quedo solo bajo el peso de una angustia tan profunda, tan aguda y amarga, como nunca
conocí otra. Pienso en suicidarme. ¿Cómo? ¿Confesar así algo que yo no había hecho? ¿Dejar
una mancha sobre mi familia? Jamás. Hay que demostrar la verdad —me digo; pero luego
analizo que, ante el seguro problema político previsible, mi deber es actuar en coordinación
con el gobierno federal... (Vuelo a México)... Dejo a Mérida en ascuas, bajo una protesta
estudiantil en ascenso... Siempre hallaba a Moya (secretario de Gobernación). Esta vez no
está. Me dirijo al capitán Fernando Gutiérrez Barrios, subsecretario. Le relato los hechos tan
escueta y exactamente como yo los conozco, y le ruego que me dé orientaciones, en tanto
vemos al ministro.
Gutiérrez Barrios no se altera. Inmutable me dice:
—Desde luego hay que proceder dentro de la ley. ¿El coronel está en sitio seguro, no desaparecerá?
—No creo; sigue al frente de su responsabilidad —respondo.
—Bien, no hay que levantar polvo antes de resolver. ¿Qué cree usted que debe hacerse? —
me pregunta.
FAT
146
—Estimo que debo renunciar para defenderme fuera del poder...
—Valerosa actitud. No me parece conveniente...
A la mañana siguiente hablo con Moya. Me dice:
—Ni el señor Presidente, a quien ya informé por teléfono a las Bermudas, ni yo, aceptaremos
que usted renuncie. Nada remediaríamos; y, además, lo harían polvo a usted. Ya sé que no
tiene la culpa. Tampoco el señor Presidente la tuvo en la jornada de Los Halcones. Estas cosas
son así. Usted debe encabezar la investigación y esclarecer el caso y consignar a los responsables.
Saldrá fortalecido. Asuma inmediatamente la responsabilidad.
El viernes 15 Mérida está que arde. Los estudiantes están en huelga y han puesto
barricadas en dos cruceros importantes de la ciudad. Se hace un mitin por la tarde en
la plaza principal.
El sábado 16 la policía, al mando del coronel Gamboa, intenta destruir las barricadas.
No lo logra. Más tarde balacean el edificio central de la universidad. Esta nueva agresión
calienta aún más a la sociedad que de manera más amplia se suma a las protestas.
La respuesta estudiantil es el secuestro de 30 camiones en coordinación con los choferes
del sindicato independiente Jacinto Canek. A las cinco de la tarde la policía retira
todos sus efectivo y entra el ejército a patrullar la ciudad.
Los días 16 y 17, a pesar de que el ejército patrulla las calles la huelga continúa y el
movimiento estudiantil conserva la ofensiva. Pintas en las paredes y en los camiones,
volanteo, mítines en calles y mercados, grandes concentraciones diarias en el edificio
central, tienen que ser aceptadas por las patrullas del ejército que en general se mantiene
a la expectativa.
El Consejo Universitario publica un desplegado denunciando la represión, Radio Universidad
informa regularmente pese a las amenazas por parte de Gobernación y los
intentos de interferencia de las radiodifusoras privadas.16
El lunes 18 se informa que han encontrado el cadáver de Charras. Tiene indicios de
haber sido torturado.
Si el secuestro moviliza al Frente y a algunos estudiantes y el ametrallamiento de la
Universidad extiende la luch a casi todo el estudiantado, el descubrimiento del asesinato
indigna a numerosos sectores populares hasta entonces pasivos y los pone en
acción.
El sepelio se lleva a cabo el día 20 y se convierte en una manifestación de más de 15
mil personas, con banda de guerra al frente y una gran caravana de camiones manejados
por los choferes del Sindicato Jacinto Canek.
El gobernador viajó varias veces de ida y vuelta al D.F. pidiendo instrucciones para
enfrentar la crisis política. La línea del gobierno federal fue, en todo momento, oponerse
a la renuncia del gobernador y presentarlo como el principal impulsor de las
investigaciones.
16 Frente Sindical Independiente Efraín Calderón Lara, Yucatán 1973-1977 (SF), p. 46.
50 AÑOS
147
El 14 de marzo, después de un mes de huelga, y coincidiendo con una manifestación
silenciosa con aproximadamente mil personas de la Universidad al cementerio, el gobernador
informa que el director general de Seguridad Pública del Estado, Teniente
Coronel José Felipe Gamboa Gamboa; el subdirector Carlos Manuel Chan, el comandante
Víctor Chan y cinco de sus subalternos son los responsables del asesinato de
Efraín Calderón Lara...17
El movimiento duró 60 días. Se levantó la huelga universitaria y Mérida volvió paulatinamente
a la normalidad después de que apresaron a los jefes policiacos y a los
ejecutores del crimen. (Salvo uno de los tres participantes directos que nunca fue
encontrado.)
El comandante Gamboa y los mandos involucrados fueron juzgados. Les dieron una
sentencia amigable y tuvieron trato de privilegio en la cárcel de Chetumal. Fueron
puestos en libertad tres meses antes de que Loret dejara el poder. El autor material, el
que jaló el gatillo, Pérez Valdés, recibió apoyos económicos generosos mientras estuvo
en prisión y se fugó mucho antes de cumplir su condena.18
El Frente Sindical Independiente adoptó el nombre de Efraín Calderón Lara y mantuvo
una actividad intensa durante los años que siguieron, hasta 1977, año en que la insurgencia
obrera, en todo el país, estaba declinando.”
17 Idem, pp. 47 y ss.
18 Un relato extenso del crimen, apoyado en una investigación documental, hemerográfica y testimonial, se encuentra en la novela
de no ficción, Charras, de Hernán Lara Zavala (1990).
FAT
148
El FAT ha dado al Charras y a sus compañeros cobertura, asesoría legal y formación, y
al entrar en contacto con Jorge Fernández Souza, una de los compañeros más cercanos
a Efrin y su sucesor, continua su presencia en el estado.
La cuestión campesina
Nos permitimos incluir enseguida fragmentos de un documento en el que el FAT hace
un diagnóstico de la cuestión campesina en México. Su interés reside en el diagnóstico
mismo y en la forma en que se concibe: para ser entendido por los cuadros sindicales
y cooperativistas de la organización.
Hay en él un empeño en encontrar los puntos de coincidencia entre las luchas de los
diversos sectores populares, con la atención centrada en el camino hacia la transformación
de la sociedad en la cual todos se han comprometido:
La Comisión Campesina, reunida en la Ciudad de México, D.F., durante
los días del 17
al 21 de marzo de 1977, para asistir a la celebración del V CONGRESO NACIONAL
DEL FRENTE AUTENTICO DEL TRABAJO, y estudiar conjuntamente con las delegaciones
obreras la problemática que confronta en general
la clase trabajadora, a nivel
Mundial, Nacional y Regional, resuelve dar a conocer a la Opinión Pública Nacional lo
siguiente:
PRIMERO: Un estudio profundo de la reforma agraria que tenemos en México, como
consecuencia del movimiento armado iniciado en 1910, demuestra claramente el cambio
de un latifundismo arcaico para pasar a un neolatifundismo
que es protegido no
solamente por todos los gobiernos emanados de nuestra
“gloriosa” Revolución, sino
que, además, éstos, maniobrando en contra
del principio fundamental que sirvió de
bandera a las Huestes Zapatistas de que “LA TIERRA ES PARA QUIENES LA TRABAJAN”,
sólo le han dado al pueblo legislaciones unipartidistas para favorecer con su
articulado a la clase acaparadora de la tierra que, prácticamente (a pesar de la revolución
que tanta sangre le costó al país) detenta casi la mitad del territorio nacional
y
explota para su beneficio personal las mejores tierras del país, quedando
por lo tanto
la riqueza agrícola y ganadera en MUY POCAS MANOS.
SEGUNDO: La reforma agraria mexicana, realizada por los a si mismos llamados
Gobiernos de la Revolución, en las condiciones expuestas, sólo ha servido para el
SOMETIMIENTO POLITICO de las grandes masas campesinas con un reparto de
insignificantes superficies de tierras ya que, según la Ley,
lo máximo de que puede
disponer la familia de un ejidatario son veinte hectáreas de terrenos de temporal, por
cierto de mala calidad, pues ya cuando se ejecuta una resolución presidencial (dotación,
ampliación, etc.) resulta que el acaparador afectado ha seleccionado para si las
mejores tierras de su predio en las que no pierde, de acuerdo con la Ley, ni las obras
hidráulicas que en ellas existan, entregando el resto de la superficie (lo más malo) a los
ejidatarios y es así como en México, tenemos POCA TIERRA EN MUCHAS MANOS.
TERCERO: Por si lo anterior fuera poco, el gobierno, fomentando el burocratismo
oficial, retarda indefinidamente la solución de la primera etapa
que es la tenencia de la
tierra y año con año aumentan los campesinos que, careciendo de ella, pero con sus
50 AÑOS
149
derechos eternamente a salvo, continúan
con la esperanza de que la dotación o ampliación
les resuelva sus problemas; pero, la verdad es que sólo se logra un tremendo
aumento de papeleo, porque siempre se encuentran bloqueados los trabajos técnicos
informativos, así como las resoluciones presidenciales que, amparando millones de
hectáreas,
se encuentran sin ejecutar, durmiendo el sueño de los justos y que sólo
sirvieron, con el transcurso de los años, para que el presidente en turno
“se parara el
cuello” aparentando ser “un presidente agrarista”, - mientras
en la realidad protegía
con su firma en gran escala a los llamados pequeños propietarios con los certificados
de inafectabilidad, tanto agrícola
como ganadera, en perjuicio de la reforma agraria.
CUARTO: A pesar de las entregas de tierras que se han hecho en el transcurso de
más de 60 años, gracias a la presión de los campesinos, toda la farsa (no tenemos una
auténtica reforma agraria) del reparto agraria oficial
sería risible si no fuera trágica.
Es un hecho real que los campesinos ya se convencieron de que mandar
inútilmente
comisiones y más comisiones a las oficinas de la Secretaría de la Reforma agraria ha
venido siendo un verdadero choteo, respaldado porel
ejército de líderes de la Confederación
Nacional Campesina (C.N.C.), que sólo le hace el juego al gobierno por
estar incapacitada para defender auténticamente a los ejidatarios.
QUINTO: Ahora, lo que está de moda es lo que el gobierno y los latifundistas han
dado en llamar “invasiones de tierras” aparentando no entender
que esto es sólo el
resultado de la política agraria implantada -dizque en favor de los campesinos y que éstos
tienen toda la razón en expropiarse
las tierras que por derecho les corresponden,
tanto por los años que tienen sin ejecutarse infinidad de resoluciones presidenciales,
como
por diversos amparos que, en su contra, ha dado la muy honorable Suprema
Corte de Justicia de la Nación, que por siempre ha demostrado ser otro enemigo de
la Reforma agraria.
SEXTO: Pero, no nada más en el aspecto de la tenencia de la tierra
se cometen injusticias
“LEGALES” con los ejidatarios, sino en otros muchos
aspectos que sería largo
enumerar, señalando únicamente, por la importancia que revisten para la economía
del campesino, los que se refieren a los precios de garantía de los productos agrícolas,
que deben estar acordes con los costos de producción y que la CONASUPO siempre
trata de reducir
con las NORMAS que aplica para la recepción de los productos
agrícolas.
SEPTIMO: La carrera de salarios en relación del alto costo de la vida es otro aspecto
perjudicial para el ejidatario que no está sujeto a un salario y sólo ve el producto de
su trabajo a lo más una o dos veces por
año, cuando este trabajo se hace en los parcelamientos
individuales para
los que ningún banco otorga créditos a los ejidatarios.
OCTAVO: EL V CONGRESO NACIONAL DEL FRENTE AUTENTICO DEL TRABAJO
habiendo analizado minuciosamente todos estos y cada uno de los problemas por
que atraviesa el sector ejidatario del país en su cruda realidad al denunciar lo anterior,
propone como soluciones las siguientes:
Vistas las contradicciones que encierran los artículos 249, 220, 205 Y 253 de la Ley
Federal de Reforma agraria, deben reformarse, adecuándolos para que la Ley sea realmente
equitativa, tanto para los ejidatarios como para los pequeños propietarios.
FAT
150
Con el mismo fin debe ser reformado el artículo 219 de la propia Ley, así como los
correlativos de la Ley de amparo, perjudiciales 100% a los ejidatarios.
Que deben actualizarse precios de garantía de los productos agrícolas, mismos que
deben estar en relación con los costos de producción, de la misma manera que la
CONASUPO debe ser m5s flexible en favor de los ejidatarios en las normas que
aplica para recibir los productos del campo.
Es indudable que si se congelaran los precios de los artículos de primera necesidad,
se evitaría la carrera que actualmente
se lleva en relación con el alto costo de la vida.
Por todo lo anterior, hacemos un llamado de solidaridad a todas las demás organizaciones
independientes y democráticas para que respalden lo que solicitamos.”
Monterrey: Aceitera García y GAMESA
La historia se la contó Manuel García, a nuestro joven compañero José López Flores.
Lo hizo así:
Yo observaba que había una efervescencia tremenda en Aceitera García. Tenía razón
la gente en reclamar. Ellos trabajaban vacaciones y descansos que, aunque eran pagados
por la empresa, no quedaba tiempo para convivir con la familia o ganas de salir
a divertirse.
En ese tiempo sí pagaban el tiempo extra, no como ahora, antes cobrabas y todavía
traías dinero de la semana anterior.
El conflicto inició porque en vísperas de Semana Santa la empresa dice que van a
trabajar, pero los obreros hartos responden que van a trabajar con la condición
de que les paguen doble la semana completa, es decir, tomar todas las horas como
tiempo extra.
Yo ni tenía derecho, yo acababa de entrar, no tenía derecho a vacaciones, tenía pocos
meses de entrar a trabajar. Pero la gente quería que le pagaran la semana doble o no
trabajaría, empezó a moverse y se alborotó la bronca. La gente empezó a escribir con
pintura en las paredes DOBLE O NADA.
La empresa compró a varios compañeros para que convencieran a los demás a quedarse
a trabajar con salario normal.
Pero todos se fueron a descansar. Cuando regresamos, a los que corrieron fueron a
los que se habían se prestado al billete. Los acusaron de 4 faltas seguidas.
A partir de ese momento, inició una constante lucha entre el jefe de personal y los
trabajadores.
Las reuniones nuestras fueron primero entre obreros; platicamos nuestra situación;
en ese tiempo los paros fuertes los hicimos por iniciativa propia porque veíamos
que nos estaban chingando. Parábamos la fábrica y luego veíamos que los de la otra
fábrica se venían a pie todos los obreros a apoyarnos todos. Hasta nos metíamos al
baño y tirábamos rollo encuerados.
50 AÑOS
151
Raúl Reyes me dijo que venía gente de México y que quería que platicáramos con
ellos. Pero tampoco me decía que él ya tenía el contacto directo con ellos, con el FAT.
Pues vamos. Fuimos a Espinosa y Arista donde estaba la escuelita de Trabajo Social
Cervantes.
Nos rompieron la huelga de Industrias Monterrey. Llegó gente de la CROC y FNSI
a votar en contra de la huelga, gente que no trabajaba ahí. La huelga estalló, pero la
autoridad quiso declarar la huelga inexistente por lo que pide un recuento y trajeron
mucha gente para votar en contra.
El coraje que nos causó este golpe nos orilló, junto con compas de Aceitera García,
a decidirnos por tomar las armas. Es cierto, no había contacto directo con grupo
guerrilleros; no había organización, no había nada. Éramos un grupo de obreros que
queríamos hacer algo y colaborar con otros grupos que había en el país. En ese tiempo
estaban los Lacandones, estaba Lucio Cabañas, Genaro Vázquez…
Éramos nueve compañeros y nos íbamos a la sierra, pero yo decía:
¿Por qué en la sierra si somos urbanos?
-Pos vamos a agarrar condición física -me decían.
-Si somos urbanos vamos a correr entre semáforos y el humo –les contestaba.
Lo hicimos sin capacidad…
El que propuso tomar las armas era un seminarista aguerrido, José Luís Acevedo.
Recuerdo que en un curso dijo “Nuestra sociedad esta enferma, y hay que curarla”
fue cuando me dijo: “hay represión, explotación, discriminación, racismo, todo esto es
culpa del capitalismo”. Su origen era de educación religiosa que no era impedimento
para hacer silenciadores para rifles y pistolas. También era tornero.”
La lucha de GAMESA Manuel la narró así:
La raza de GAMESA se reunía en la escuela de Trabajo Social Cervantes -donde también
daban clases los dirigentes de la liga comunistas 23 septiembre-. Recuerdo que
la escuela siempre estaba llena de chingo de obreros y obreras sindicalizadas.
Por esos días yo estaba en León, Guanajuato, en una junta del Comité Nacional del
FAT y los galleteros tenían reuniones de preparación sindical. Ese día varios compañeros
llegaron tarde a la escuela y antes de entrar los secuestran, los golpean y los
interrogan los grupos de choque, que estaban compuestos de gente de Gobernación,
charros y de los sindicatos patronales. Los grupos de choque tenían rodeada la escuela
que estaba en las calles Espinoza y Arista en el centro de Monterrey. Viendo la
crítica situación en la que se encontraban, Pablo Luis, secretario general del Sindicato
de GAMESA, me habla a Guanajuato para informarme de lo que estaba ocurriendo.
Le dije háblale a la Cruz Roja, Cruz Verde, a los bomberos, medios de comunicación,
háblale a todo mundo, y diles que hay un incendio, que hay un desmadre y que peligran
muchas vidas. Claro que no había incendio pero esas llamadas les podían proporcionar
algo de protección o mínimo que hubiera testigos de lo que esta pasando.
FAT
152
Cuando estaba la bronca, las monjas, que tienen sus salidas secretas del edificio
(son tan pecadoras como nosotros) empiezan a sacar a la raza porque estaba todo
cercado.
Las monjas hermosas, independientemente de izquierda o derecha, ellas arriesgaron
su vida por los obreros. Empezaron a sacar la gente por un lugar secreto y se los
llevaban en camionetas. Beatriz de la Vega tenia un bochito con el que sacó a varios
del lugar y los dispersó; luego, cuando regresaba a la escuela, en un cruce de calles le
atraviesan un carro pero ella no alcanzó a frenar.
Cuando regreso a Monterrey la voy a visitar al hospital. Llego a la habitación y me
dice “¡Mira cabezón por tu culpa cómo me tienen!”. Aunque ella estaba toda golpeada
por el choque estaba feliz de la vida.
Beatriz fue solidaria. Estaba feliz por lo que hizo y me dijo “Dios es grande”. Y pues
no se si sea grande pero… pero era su afán de “yo lucho, yo hago, yo apoyo…” y ella
pensaba que desde allá arriba un Dios la inspiraba.
Esto fue en el 1975 antes de estallar la huelga de GAMESA. Se necesitaba mínimo un
año previo de preparación.
Ese choque no fue lo único que Beatriz resistiría, a diario se daban los seguimientos,
las intervenciones de teléfono, las amenazas…
Varias docenas de bombas molotov eran ofrecidas por un estudiante universitario
al secretario general del Sindicato de GAMESA; los envases llenos de gasolina y con
un mechón aguardaban impacientes en un auto cerca de ahí listos para la acción de
resistencia. Las bombas tendrían una función muy importante: defender una histórica
huelga que ya había durado 77 días y que era amenazada por decenas de golpeadores
cetemistas y entre 60 y 50 policías integrantes de un grupo de choque creado por el
gobernador Zorrilla.
Pablo Luis Esquivel, dirigente del Sindicato, envuelto en un sudor frío y coraje impotente
no atinó más que a la cautela; y es que no sólo eran aquellos más de 50 ruleteros
al servicio de la mafia sindical y el medio centenar granaderos en posición militar
lo que le preocupaban sino la vida de niños y niñas pequeñas que acompañaban a sus
padres huelguistas en aquel momento.
Hubiera significado una masacre”, reflexiona ahora, después de 32 años de aquella
gloriosa y sufrida huelga en áreas ahora panistas del municipio de San Nicolás de los
Garza.
Aquel 25 de junio de 1976, “la trilogía enemiga de la clase trabajadora: patronal charros
y gobierno se quitaron la careta”; ya no más demagogia, no más intentos de
persuasión, no, la violencia burguesa saltaba a escenario, era la hora de la ignominia
del capital.
En 1972, un grupo de obreros de la GAMESA continuaron la lucha con el objetivo
de conquistar la tan anhelada democracia sindical. No era fácil, Monterrey era –y
es hasta la actualidad- plaza de los sindicatos propatronales y la Galletera no era la
excepción.
50 AÑOS
153
El domingo 6 de agosto de este año era fecha de elecciones sindicales. Se formaron
3 planillas: una por Cesáreo Gutierrez, reconocido charro en la empresa; la segunda
por simpatizantes de la CROC y la tercera estaba formada por un grupo de trabajadores
que creían que lo importante era luchar por democracia no importando en
qué central estuvieran. La mayoría se identificaba plenamente por la tercer planilla,
sabían que ganarían y obtuvieron la mayor cantidad de votos; lamentablemente el
sistema gansteril de la CTM no permitió avanzar la democracia y Cesáreo Gutiérrez
se alzó como secretario general.
En los 2 años siguientes que duró el charro Cesáreo se intensificó la explotación
de la empresa a través del sistema de incentivos, lo que trae como consecuencia un
reajuste de personal en varios departamentos.
A fines de 1973, se reunieron las 2 planillas perdedoras en las elecciones del 72
llegando a la conclusión de que perseguían el mismo objetivo: luchar contra los charros
y defenderse contra los abusos del patrón. Al llegar la fecha de elección, 4 de
agosto de 1974, se presentó una sola planilla, la cual obtiene la mayoría, mas otra
vez el charro Cesáreo hace de las suyas tratando de reelegirse y se convoca a una
nueva asamblea de elecciones. En ella se demuestra el repudio que la mayoría de los
trabajadores tenía contra los charros y se exige que se reconozca el triunfo de la
planilla nombrada por la mayoría. Finalmente, la presión de las bases logró que Raúl
Caballero, dirigente estatal de la CTM de Nuevo León, retirara al espurio de la lucha.
Con un triunfo parcial, pero que significó un paso más hacia la democracia sindical,
se inicia una nueva etapa en la lucha. El festejo iba acompañado de una fuerte presión
desde sus enemigos, quienes, si de algo estaban seguros era de que no querían por
nada del mundo perder el control sobre las bases trabajadoras.
Era el primer día de septiembre del 74, cuando la dirigencia democrática emplazó
a huelga por desequilibrio económico. A Alberto Santos no le quedó más remedio
de ceder ante la petición del 22% de aumento salarial. La consecuencia de la nueva
victoria fue la confianza renacida, no sólo en la dirigencia del sindicato sino en “la gran
fuerza que caracteriza la unión y decisión de todos los trabajadores”*.
La empresa divisa un grave problema: los trabajadores han decidido rebelarse, y no
hay marcha atrás.
Era la hora de reaccionar y ataca emitiendo reportes contra los trabajadores para
desgastar al comité ejecutivo. El entonces secretario general renuncia al puesto debido
a problemas de salud. Esta situación pone a prueba al nuevo grupo dirigente y a la
estructura democrática que lograron formar hacia las bases. Obviamente los charros
no desaprovecharían la ocasión y en la siguiente asamblea intentaron apoderarse de
la secretaría topando afortunadamente con pared. Jorge Perales Galván se llamaba (o
llama) aquel tipo que junto con Cesáreo Gutiérrez quisieron dar reversa al proceso
democrático; el trabajo organizativo se expresó en plena asamblea general, que sin
titubeos rechazó a los charros y sin más, eligió al regiomontano oriundo de la Garza
Nieto, Pablo Luis Esquivel.
La demostración de fuerza en el rechazo al charrismo (¡dentro de la propia CTM!)
inaugura una nueva etapa en el proceso de democratización sindical, hecho que trae
FAT
154
como consecuencia una serie de actos de resistencia heroicos agudizando las confrontaciones
con la patronal. Nadie mejor que quien vivió este proceso para narrarlo:
Los compañeros del Departamento de Merengue exigen trabajar sin incentivos, esto
trae como consecuencia el reporte y la suspensión de un día a los trabajadores con
la amenaza de que si seguía en esa posición seguirían siendo castigados. Los compañeros
se organizan y toman el acuerdo de ir todos juntos a la Junta de Conciliación a
denunciar los hechos. Por la presión ejercida logran quitar el sistema de incentivos y
el pago del día de suspensión. Con esta acción se logró que más compañeros entraran
a trabajar con la conciencia de que estando unidos y organizados, la lucha es más
efectiva contra el patrón.
Después de la lucha relatada, los compañeros de Empaque de Pasta se movilizan también
para anular el incentivo, a lo cual la empresa tomando en cuenta la experiencia
anterior opta por ceder.
En el Departamento de Bodega se inicia también una lucha por anular las tareas y las
movidas logrando que se ocuparan más compañeros, sin embargo por la falta de decisión
los trabajadores desisten de su intento y en pocos días no se logra el objetivo
propuesto.
Dentro de la organización sindical la inquietud sigue en aumento y pequeños grupos
de compañeros de Galletas, Máquinas y Amases deciden tener reuniones para discutir
los problemas en común, por ejemplo el exceso de carga de trabajo buscando soluciones
y evitando la división. En este tiempo emplazamos a huelga a la empresa por
aumento salarial logrando un 19.5%, anotándonos otro triunfo y demostrando a la
empresa la fuerza de nuestra organización.
Consolidar nuestra idea de que luchando unidos y organizados podríamos conquistar
las reivindicaciones de los trabajadores, la empresa inicia entonces una represión selectiva,
valiéndose de los coyotes mayordomos y veladores, tratando de detectar los
posibles líderes y militantes del movimiento intentando con ella detener el avance de
la organización sindical…”
Para esta fecha fueron secuestrados de una forma brutal los compañeros Robles Rosales
y Ricardo Rodríguez por parte de varios individuos quienes en complicidad con
la empresa los sacaron con engaños del centro de trabajo. Estos trabajadores fueron
amarrados y vendados de los ojos, se les golpeó e interrogó sobre las cuestiones
sindicales y fueron después abandonados en despoblado. Se les acusó de agitadores y
se les amenazó.
Ante está situación represiva el sindicato denuncia con desplegados en los periódicos
la actitud de la empresa y exige la intervención del gobierno, el cual nada hizo para
descubrir a los culpables. Otra acción de represión fue el despido del compañero
Jorge González a quien le fabricaron una falsa acusación para correrlo,
La empresa inicia una amplia actividad de soborno, amenazas y represión. Al compañero
Roble Rosales lo intimidan con un posible secuestro y lo obligan a aceptar la
renuncia. Despiden también al compañero Rómulo Ramiro Rivera, informando de que
sus servicios ya no eran requeridos.
50 AÑOS
155
Los trabajadores comprendimos que estos despidos sistemáticos eran con el fin de
desmembrar la organización. Contestamos con una movilización y un paro -a pesar de
la oposición de los charros cetemistas- llegamos a manifestar al Palacio de Gobierno
para protestar contra la represión patronal y exigir la reinstalación de los detenidos.
Esta acción organizada pone un alto a los despidos y logramos reinstalar al compañero
Rómulo Ramírez”.
Al día siguiente, es decir, el viernes 20 de febrero de 1976, en el diario El Porvenir
señalaban que en la protesta habían participado más de 600 trabajadores de Galletera
Mexicana. Los inconformes realizaron “un mitin frente al Palacio de Gobierno en
protesta por el despido de uno de sus compañeros y en exigencia de que la empresa
acepte la revisión del contrato, que vence el diez de abril, mediante la cual solicitan
entre otras cosas aumento de salarios de un 40 por ciento”.
Momentos después el apoderado legal de la empresa aceptó la reinstalación del trabajador
y aseguró que de inmediato se iniciarían las pláticas de revisión.
El gobernador Pedro G. Zorrilla Martínez accedió a intervenir en el problema y manifestó
que intercedería ante el burgués Alberto Santos, a quien llamó “joven industrial
que entiende los mecanismos modernos de producción dentro de la justicia social”.
Ante la fuerte organización interna de los trabajadores democráticos y su sólida unión,
Alberto Santos contesta con una práctica de desprestigio del secretario general ante
la opinión pública y paga un desplegado en la prensa:
El día 19 del presente el señor Pablo Luís Esquivel, Secretario General del sindicato de Trabajadores
de Galletera Mexicana, se dedicó desde las 0:00 hrs. a incitar a trabajadores del
turno nocturno, invitándolos a evitar la entrada del siguiente turno y se apostó en la entrada
de la empresa, micrófono en mano, para impedir la entrada del personal del turno matutino
que inicia labores a las 7:00 AM ADUCIENDO DOLOSAMENTE EL DESPIDO DE UN TRABAJADOR,
el cual un día antes había sido llamado por representantes de la empresa para
hacerle ver su actitud indebida de agitación en su departamento durante horas de trabajo,
lo cual causaba inquietud y desorden y como consecuencia, alteraba la disciplina en el lugar
de trabajo y aún y a pesar de las faltas mencionadas NO FUE NI SIQUIERA SUSPENDIDO.
1o.-Denunciamos la actitud irresponsable y demagógica del Sr. Pablo Luis Esquivel, Secretario
General del Sindicato de Trabajadores de Galletera Mexicana, al haber llevado a un paro
“loco”, en perjuicio de los mismos y de la fuente de trabajo.
2o.-Queremos dejar constancia pública de que el Sr. Pablo Luis Esquivel, Secretario General
del Sindicato de Trabajadores de Galletera Mexicana, desde que tomó posesión de su cargo,
se ha dedicado con su actitud radical a obstaculizar la armonía y las buenas relaciones que
siempre han existido en la fuente de trabajo, en lugar de atender y conciliar los intereses
auténticos de sus representados.
Los trabajadores no se quedaron con las manos cruzadas, reunieron entre todos la
cantidad necesaria para pagar un desplegado en un periódico local, en el cual indicaban
que los únicos agitadores eran el hambre y la miseria provocada por los bajos salarios
y los malos tratos de mayordomos y supervisores de la empresa.
FAT
156
Además dejaron constancia de que la unión y solidaridad de los proletarios no permitirían
más despidos de los compañeros.
Con toda esta manifestación de la lucha de clases regiomontana, se llega a la revisión
del contrato colectivo de trabajo. Ni la patronal ni el sindicato sabían que sería fácil
llegar a un acuerdo, los primeros sabían que las antiguas tácticas de control sindical
ya no funcionarían, mientras que los segundos mantenían muy en alto la confianza de
su poder de organización con lo cual no titubearían en poner las sagradas banderas
rojinegras si Alberto Santos no atendía las demandas sindicales.
Concientes las y los trabajadores de GAMESA, de la gran importancia que tienen en la
producción de la empresa y de la fuerza que se tenía en ese momento, las exigencias
contractuales no podían ser pocas.
Algunas de las demandas puestas a negociación en la revisión del contrato colectivo
de trabajo son: 300 plantas para eventuales (no hubo ofrecimiento); 40% de aumento
al salario; dos miembros más del Comité Ejecutivo con pago completo de salario; pago
superior al mínimo profesional a los choferes; aguinaldos por arriba de lo que marca
la ley, tomando en cuenta las utilidades; semana de 40 horas efectivas de trabajo; pago
por parte de la empresa de las cuotas del Seguro Social; injerencia directa en los aspectos
técnicos y tecnológicos de la fabricación de galleta, tratando de regular el cocimiento
de la galleta; limitar las funciones de la empresa al movimiento de empleados
en los diferentes departamentos; que se pacten dos aumentos al tabulador durante el
año, uno cuando se incrementen los salarios mínimos y otro en la fecha de revisión
del contrato colectivo.
Las negociaciones se rompieron rápidamente, la empresa no estaba dispuesta a ceder
en lo más mínimo al grado que no se llegó nunca a negociar el aumento de salario ni
las plazas para eventuales. La dirigencia estatal cetemista, lacaya de Alberto Santos, se
empeñó entonces en convencer a los trabajadores a que se abstuvieran de recurrir
a la huelga, sin embargo su esfuerzo no rindió ningún fruto y las banderas rojinegras
hicieron su aparición a las cero horas con un minuto del 10 de abril de 1976.
La solidaridad proletaria no se hizo esperar y las trabajadoras heroicas de Confecciones
y Maquilas, que mantenían ya más de un mes de huelga, brindaron su apoyo a los
que recién utilizaban la mejor arma de la clase trabajadora: la huelga.
Las y los trabajadores de GAMESA curiosamente pararon la producción sin fondo de
resistencia, ah! Pero eso sí, con una convicción y una determinación envidiable producto
de un largo trabajo militante hacia el interior de la empresa.
Total, que se formaron 9 comisiones para afrontar el nuevo paso que habían dado:
Comisión de boteo, comisión para recabar alimentos, de festejos, comisión de relaciones,
comisión de vigilancia, de información y propaganda, de primeros auxilios, de
formación sindical y comisión de finanzas.
Además, disponían de un mimeógrafo, local sindical, pizarrones, aparatos de sonido, y
una máquina de escribir.
50 AÑOS
157
Para evitar el aislamiento se informaba de la huelga por medio de boletines y se
asistía a asambleas de obreros y obreras, de posesionarios (as) y de estudiantes
universitarios.
La patronal no se quedaría con los brazos cruzados, al mismo tiempo que cedía en
algunas demandas del pliego petitorio pasaba a la ofensiva. Golpeó fuertemente al
movimiento en la prensa y en la televisión; utilizó a los coyotes para dividir a los huelguistas,
movió a los charros de la CTM y a los empleados de confianza, todos con la
misma orden: debilitar al movimiento de huelga.
Los coyotes hacían labor de división en las asambleas, incluso llegaron al grado de utilizar
a sus esposas exhibiéndolas en televisión en donde desacreditaban al movimiento
huelguista y en las mismas guardias con el fin de desmoralizar. Además, los coyotes o
esquiroles elaboraban y repartían volantes con información falsa para desorientar a
los trabajadores.
Diez días después la patronal no cedía y declaraba en la prensa que las peticiones
de los trabajadores de GAMESA eran exageradas, que la demanda de un aumento
de salario del 40 horas semanales con pago de 56 era demasiado. Claro, lo normal
es que las ganancias vayan a los bolsillos de la patronal, no de los trabajadores. Era
irracional que los productores pidieran un poco más que lo rigurosamente necesario
para sobrevivir.
A poco más de un mes de iniciada la huelga, la empresa envió una carta -fechada con
el 11 de mayo de 1976- a las casas de los trabajadores anunciando que habían roto
pláticas con el Comité Ejecutivo. De entrada pretendía desprestigiar a la dirigencia
elegida democráticamente y lo involucra en un movimiento nacional subversivo que
pretendía aumentar el desempleo crear serios problemas al Gobierno:
“Estimado Compañero… Es nuestra obligación informarte, que hemos decidido no continuar
con las pláticas del actual Comité Ejecutivo ya que ha demostrado con su actitud dolosa no
tener interés en resolver el problema.”
Las tácticas que ha seguido el Comité ejecutivo es el de sabotear las pláticas, en forma
muy inteligente, aconsejados por manos extrañas su manera de proceder consiste,
en cláusulas exageradas no permitiendo llegar a negociar el Tabulador de Salarios y
Prestaciones Económicas y de esta manera paralizar las pláticas logrando su objetivo
de no avanzar, haciendo creer que van a lograr por medio de este conflicto cosas, que
si las analizas son a todas luces exageradas e imposibles.
Es lamentable que el actual Comité Ejecutivo se haya prestado a participar en un movimiento
subversivo a nivel nacional cuyo fin es clausurar fuentes de trabajo, aumentar
el desempleo y crear serios problemas al Gobierno, como se ha podido observar en
diferentes conflictos que se han presentado simultáneamente en diferentes lugares
del país”.
Lógicamente cerraría la carta con broche de oro, les externaría el afecto que siempre
ha tenido hacia sus explotados, perdón… trabajadores:
FAT
158
(…) GAMESA siempre tuvo y sigue teniendo el deseo de escuchar a sus trabajadores
o a sus representantes, cuando éstos busquen los intereses auténticos de los trabajadores
y de la fuente de trabajo mediante una posición adecuada y realista”
El cinismo de Alberto Santos era ilimitado, con esta carta intentó convencer a los
obreros que el Comité Ejecutivo elegido democráticamente de las y los trabajadores
no representaba los intereses de las y los mismos, y que las exigencias que se votaron
en asamblea tampoco eran las exigencias de la asamblea. Y la empresa sólo se entendería
con los representantes cuando éstos negocien de manera “adecuada y realista”.
Pero… adecuada para la patronal y realista para los intereses de la misma, y como
en esto de la lucha de clases, lo que es adecuado para la patronal no lo es para el
trabajador y que la realidad de uno es de lujo y privilegio mientras que para el otro
es de miseria y explotación, entonces los representantes, según el “joven industrial”
de Alberto Santos… ¿debiera ser un charro cetemista o un traidor a la causa proletaria?
Cualquiera de las 2 opciones, respondería si la honestidad fuera parte de sus
principios.
La patronal no seguiría tolerando la actitud fortalecida de los trabajadores, que no se
movían en sus exigencias contractuales. A más de 2 meses de que la bandera rojinegra
se alzó en la fábrica de galletas y de numerosas pláticas negociadoras, que a lo mucho
llegaban a mentadas de madre cerebrales, Alberto Santos -apoyado en el gobernador
Pedro Zorrilla- decidió romper las pláticas conciliatorias con el comité ejecutivo del
sindicato. A partir de ese momento el respaldo natural del poder político a la burguesía
daría por liquidado el conflicto. La elasticidad del Estado hacia la rebeldía proletaria
soportada sólo por las relaciones tan estrechas con la principal estructura de control
obrero de ese entonces -la CTM- simplemente se rompió. La CTM no había cumplido
con su función de control sindical así que ya era hora de poner en acción todos los
medios coercitivos disponibles para solucionar el conflicto de clase.
A mediados del mes de junio y faltando sólo 7 cláusulas por revisar, el gobernador cita
al Comité de Huelga y a representantes patronales. El gobernador Zorrilla le exige a
la representación sindical que acepte los ofrecimientos de la empresa -ofrecimientos
que nunca tocaron lo relativo a las plazas para eventuales-, éstos se niegan aduciendo
que era la asamblea quien definiría cómo y cuándo terminar la huelga.
Posteriormente se realiza una asamblea general donde la mayoría rechazó la propuesta
patronal. No es demás decir que se expulsaron a 5 miembros del sindicato por su
labor traidora a la causa proletaria.
Después de la fallida negociación, la empresa desconoce al CE por su “actitud intransigente”
y aseguró en la prensa que no seguiría las pláticas hasta que se nombrara otro
CE. Curiosa decisión, siendo que los únicos que pueden desconocer al CE son los
propios trabajadores, a quienes representa.
El viernes 25 de junio la trilogía enemiga de la clase trabajadora -charros, gobierno
y patrón-, inventan un nuevo comité ejecutivo en un lujoso hotel del centro de la
ciudad, inmediatamente en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, le dan apariencia
legal. Entraba en acción el traidor Jorge Perales, quien era miembro del CE elegido
50 AÑOS
159
democráticamente, y que ahora estaba convertido en todo un lacayo al servicio de la
patronal, ¡ahora se alzaba del lodo como secretario general del sindicato! Con esto,
firman la terminación de la huelga; mientras, el gobernador Zorrilla envía decenas de
policías, y la CTM golpeadores a la planta de GAMESA para romper la huelga. Cercan
las calles aledañas a GAMESA e impiden con las armas en la mano la entrada de los
grupos que llegaban a solidarizarse.
Ante la represión algunos lloraron de impotencia al ver los cuerpos policíacos armados
hasta los dientes y a los golpeadores con sus típicos garrotes. Cuando los
empleados de confianza junto con los burócratas de la JLCyA abrieron las puertas
de la fábrica, los trabajadores se mantuvieron con una actitud retadora aunque en
sus adentros les destrozaba el alma. Pensaban que aunque se abriera la planta, ésta no
trabajaría sin ellos.
Al día siguiente los trabajadores acuerdan una marcha al Palacio de Gobierno en
protesta por la represión sufrida y recorrer las calles del centro de Monterrey para
solicitar el apoyo del pueblo trabajador.
El lunes 28 de junio la patronal envía cientos de esquiroles para suplir a los trabajadores
que se mantenían en huelga pero éstos ya habían acordado no dejar entrar ni
salir a nadie. Entonces el Estado da la orden de reprimir directamente. El grupo oficial
de choque “Eroes” entró en acción conjunta con los golpeadores cetemistas, en su
mayoría ruleteros. Al replegarse los trabajadores los empleados de confianza ingresan
a la empresa.
Los medios de comunicación hicieron su trabajo de desinformar y no se cansaban de
llamar a los trabajadores para que entraran a laborar.
Después de varios días de asambleas constantes y movilizaciones, finalmente los trabajadores
se vieron obligados a recurrir a la CROC para por medio de ella pelear
por la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo que ahora estaba en manos de la
CTM. Posteriormente, por recomendación de la CROC decidieron entrar a trabajar
ya que era mejor desde adentro dar la lucha por la titularidad del CCT. Obviamente la
patronal aún tenía la herida abierta y estaba decidida a eliminar todo rasgo de rebeldía
proletaria. No lo dudó ni un instante, despidió paulatinamente a 86 obreros identificados
plenamente en el movimiento.
Era tanto el descontento de los que regresaron a laborar que para el 2 de julio, el
comité impuesto por la patronal amenazaba con aplicar la cláusula de exclusión:
Tenemos informes de que algunos trabajadores, forzados, están firmando solicitudes
de ingreso al Sindicato Benito Juárez de la CROC.
Dos meses después, la agitación y la dignidad se negaban a extinguirse. El 25 de agosto
un buen grupo de trabajadores intentaron realizar un paro laboral pero debido a la
presencia amenazadora de fuerzas policiales y de renovadas amenazas de la patronal de
despedir masivamente a los inconformes se desistieron del acto. Se tenía planeado iniciar
el paro a las 2 de la tarde pero minutos antes arribaron cuatro patrullas de Protección
Ciudadana. Los elementos policíacos ingresaron a la empresa, platicaron con
los empleados de confianza y siguieron con la vigilancia. El paro tenía como finalidad
FAT
160
presionar a la Junta Local de Conciliación para que agilizara la demanda de titularidad
del CCT, que había presentado Pablo Luis Esquivel por medio de la CROC. Otra de las
demandas que seguían vivas, era la reinstalación de 83 despedidos a raíz de la huelga.
Aunque no realizaron el paro, sí manifestaron su repudio al espurio de Jorge Perales y
reafirmaron como su representante legítimo a Luis Esquivel.
Antes de entrar a laborar, los trabajadores manifestaron que aguardarían a un momento
propicio para llevar a cabo la protesta. Lamentablemente, el movimiento democrático
ya estaba en agonía. Nunca logran reinstalar a los despedidos, ni tampoco recuperar
la titularidad del contrato colectivo. Se había aplastado ya, una gran experiencia de
democracia sindical basada en la asamblea y de combatividad, de esas que no deben
olvidarse nunca de la memoria colectiva del proletariado regiomontano.
Las primeras reuniones entre el grupo de obreros y Manuel García se dieron en una
escuelita de Trabajo Social ubicada en las calles Arista y Doblado en el centro de Monterrey.
Esta escuela estaba administrada por Beatriz de la Vega, militante incansable del
sector progresista de la Iglesia.
La relación entre el grupo de obreros y Manuel García se estrechó al grado de que en
conjunto se planeó la estrategia en el proceso de democratización del sindicato y en
el movimiento de huelga.
La intervención del FAT en la clase obrera regiomontana se hizo notar y no tardó la
autoridad en alertar sobre los agitadores sindicalistas; el gobernador Pedro Zorrilla
declaraba a un mes de estallada la huelga de GAMESA que se movilizaban manos
50 AÑOS
161
extrañas en este conflicto y que en Medalla de Oro, Nacesa y Confecciones y Maquilas
no eran la excepción.
“A un mes de huelga, la burguesía se quejaba amargamente de la presencia del FAT
en el movimiento, obviamente las injurias no dilataron, declararon a la prensa que el
Comité Ejecutivo del Sindicato estaba siendo manipulado por elementos del FAT, que
sólo busca sembrar el desconcierto y de crear un problema al gobierno. Los representantes
de la empresa, a los 2 meses de huelga, aseguraban en la prensa que la dirigencia
sindical estaba “obedeciendo la consigna para continuar dentro del juego de un movimiento
subversivo en contra del gobierno creando el caos y por eso se observa en
esta ciudad, en Puebla, en México, y en otros lugares de la Republica un acuerdo entre
esas fuerzas antipatria que están socavando el orden y la tranquilidad de México (…)
y el Comité Ejecutivo pertenece a esa organización clandestina…”
“Durante todo el transcurso de la huelga y después de aplastarla, los medios de (des)
comunicación, la patronal y la autoridad estatal se quejaron amargamente y en repetidas
ocasiones, que detrás del movimiento huelguístico de GAMESA había gente
extraña con intereses ajenos a los mismos trabajadores.
Las Cooperativas
En el próximo capítulo Pedro Romero hace un resumen del cooperativismo en el cual
se inicia como responsable del FAT, y en el que permanece hasta el momento de la
impresión de este libro y mucho después, sin duda. En él interpreta al sector.
Por ahora introducimos sólo la bien documentada síntesis que hizo el libro conmemorativo
los primeros cuarenta años de nuestra organización.
“Un grupo de cajas populares, encabezada por la de Cuerna vaca, se retira de la
Confederación Mexicana de Cajas Populares y junto con otras 16 cooperativas
fundan la Unidad Cooperativa Independiente (UCI). Algunas cajas se habían retirado
antes y otras permanecían ahí porque no tenían perspectivas
de desarrollo como
independientes.
En la escisión de Cajas Populares y el nacimiento de la UCI, están presentes varios aspectos
en los cuales se entretejen diferencias ideológicas importantes entre la CLAT,
el SSM y el FAT.
La Confederación está compuesta por Federaciones regionales, entre la que destaca
la Federación Mexica, que incluye a los estados de Morelos, México, Hidalgo y D.F. En
particular, en Morelos se cuenta con un equipo promotor muy militante integrado entre
otros por Alfredo Domínguez Marrufo, Alberto Castañeda Sánchez, Reyna Salazar
Ramírez, Benjamín Oliver y Héctor Rodríguez Claro, quienes funcionan como consejo
de delegados que mantienen una vida activa al interior de sus respectivas cajas. Todo
esto contrasta drásticamente con la estructura monolítica de las otras federaciones,
que influenciadas por la estadounidense Confederación de Uniones de Crédito, mantienen
un control piramidal de sus miembros, mientras que el grupo, vinculado al FAT,
promueve la democratización de las cajas.
FAT
162
Estas desavenencias no vienen de lejos, el FAT está más próximo a la CLAT que al SSM,
y aunque ambos son sus funda dores, mantienen diferencias de proyecto que a partir
de 1966, son irreconciliables; la autonomía de los sindicatos con respecto al SSM se
vuelve absoluta, y el acercamiento a la CLAT es casi total.
Es importante mencionar que para entonces, el Secretariado se mantenía como instrumento
del episcopado, mientras el proyecto CLAT, exigía la autonomía sindical
con respecto al Estado, partidos políticos (incluida la democracia cristiana), Iglesia y
patrones.
La JOC fundada también por el SSM, se sostiene en el proyecto sindical; de hecho los
cuadros jocistas más militantes están en el FAT.
Las contradicciones se acentúan cuando Florencio Eguía, dirigente nacional de la Confederación,
le niega el aval a Pedro Romero para asistir a un curso sobre cooperativismo
de la CLAT en Venezuela, dejando entrever que esa central no “era una buena
opción”.
Romero, se había convertido en una espinita dentro de la Confederación y aprovechando
que el periodo estatutario para permanecer en un puesto de dirección se
cumplía ya, intentan destituirlo, aunque sin lograrlo, debido a un resquicio estatutario,
donde se establece que sólo por elección directa de las organizaciones representadas,
se puede ocupar un cargo en la dirección nacional por un segundo periodo. Él fue el
único miembro a ese nivel, elegido desde su caja popular y su Federación.
Las diferencias se hacen aun más irreconciliables, cuando desde la CLAT se descubren
estructuras cooperativas distintas a las promovidas por cajas populares; entonces se
vuelven muy críticos al cooperativismo capitalista que promueve la Confederación
Norteamericana de Ahorro y Crédito (CUNA), organización a la cual esta afiliada la
CNCP.
En el VI Congreso del FAT, la UCI se integra formalmente a la organización con 47
cooperativas ubicadas en ocho estados de la República, -Morelos, Guerrero, Puebla,
Estado de México, D.F., Guanajuato, Durango y Coahuila-, proponiéndose:
... luchar porque el movimiento cooperativo se integre al movimiento de los trabajadores (...).
Lucharemos por construir una nueva sociedad, donde el bienestar de los trabajadores
sea
una realidad (...). Promoveremos la formación amplia de nuestros miembros para que puedan
autogestionar sus cooperativas, porque sólo de esa manera
estaremos construyendo organizaciones
y hombres libres. Desarrollaremos un cooperativismo integral, que resuelva el mayor
número de nuestros problemas y que nos permita unificar sus diferentes ramas. La militancia
deberá ser un compromiso y una práctica ineludible para cada uno de sus miembros. “
El FAT se compromete a apoyar a la UCI para que adquiera una dimensión nacional y
a integrar al Sector Cooperativo a su Comité ejecutivo Nacional.
Los primeros acuerdos son:
Cooperar económicamente para sostener y desarrollar programas de educación; proporcionarse
en común los servicios de asesoría, vigilancia y documentación; contratar un local y
personal de tiempo completo para promover el crecimiento y consolidación de la UCI; buscar
alianzas con organizaciones que defiendan la misma causa; reunirse cada dos meses como
50 AÑOS
163
Junta Coordinadora para evaluar los avances y resultados.
El FAT encuentra un camino propio que coincide con la creación de la UCI y le permite
experimentar en sus instancias los principios cooperativistas de apoyo mutuo para
acercarse a la autogestión.
El plan de trabajo de la recién creada Unión Cooperativa Independiente era entonces:
promover el cooperativismo en los sindicatos, y en casos de cierre de empresas, cooperativas
de producción. Su principal meta, establecer a la UCI en todo el país.
Para 1988, después de ciertos reajustes donde algunas cooperativas se retiran de la
UCI y otras llegan o se forman dentro, existe un total de 26 cooperativas con 3 mil
572 afiliados en ocho estados del país y Promociones en otros cinco; 250 militantes se
comprometen al desarrollo y al enriquecimiento de la vida interna de las cooperativas.
Finalmente, no se logró lo que los socios de la Unión esperaban. En la asamblea anual
realizada el 27 y 28 de abril de 1996, se presentaron solo ocho cooperativas de la
región Puebla-Tlaxcala y el FAT; la crisis del país se reflejó drásticamente en está reunión.
Solo dos cooperativas mostraron un crecimiento importante: Fuerza Suriana
en Cuautla y Bandera Cooperativa en Cuernavaca; se cuestionó la función del personal
técnico y en última instancia se reflejó la imposibilidad de resolver internamente
el financiamiento de la propia UCI.
A partir de entonces y con la integración más militante del despacho de asesoría
Dinámica Integral, se reorganiza el movimiento autogestivo integrando no sólo a las
organizaciones cooperativas,
sino también a los grupos campesinos, como la laguna y
las cajas de ahorro de algunos sindicatos.
... los primeros acercamientos del FAT de carácter autogestivo (entendiendo como autogestión
la acción y efecto de administrarse a sí mismo), se dan en los sindicatos y en las cooperativas.
Se trata de recuperar estos organismos para los trabajadores, Luján. Bertha. Op. Cit. pg. 2
(…)
Las organizaciones fundadoras:
Cooperativa Jacarandas
Unión de Muebles la Villa
Fabricación y Reparación de Piezas Metálicas (FREPIME)
Cooperativa Calzado Alba
Cooperativa Confección Abril
Cooperativa Refrescos Pascual
Cooperativa Mujeres para Hoy (maquila de ropa)
Cooperativa del Sindicato de Panaderos
Cooperativa Confecciones del Centro (vestido)
Cooperativa Tuyo (fabricación de maletas)
Confecciones Magnolia (vestido).”
FAT
164
Alumex y Vidriera
No hemos mencionado las otras luchas con las cuales en FAT se enraíza en la ciudad
de México.
En 1972 se forman los primeros grupos organizados que promueven la
democratización sindical en Tenis Atreyec, Plásticos Procasa y Vidrio Plano de México. En
esta última empresa líder de su ramo, pronto se consigue la autonomía sindical, y
ahora en MATOSA, en el municipio de Ecatepec, conurbado al DF, se constituye un
sindicato independiente.
La cronología de la organización no recoge múltiples trabajos que o se compartir con
otras instancias, o que no se consolidan pero que representan un enorme esfuerzo
de organización
Nosotros nos volcamos ahora sobre el movimiento de Alumex y Vidriera, en el norte
de la zona del valle, digna de un capítulo aparte. Lo es por el resultado, que conduce
a la formación de una cooperativa de producción, y por el larguísimo proceso previo,
en el cual se observa con claridad la gestación del poder obrero en sus más radicales
manifestaciones.
Durante el milagro mexicano Sobran las fábricas que al nacer reproducen las prácticas
de Alumex. En el largo periodo de arranque, el patrón trata a Juan, Rosalio y los demás
como amigos. Se sienta con ellos a comer y una vez por semana ordena traerles carnitas.
Cuando le acercan un taco dice19:
-Coman, es de ustedes, yo vengo de gorrión. Ustedes lo ganan porque trabajan.
Los obreros le hacen las horas extras que se requieran, sin cobrarlas, y cuando uno le
pide vacaciones después de un año, contesta:
-Espérate, ves que acaba de nacer la vaquita, deja que dé leche.
En pocos lugares una vaca patea tanto, produciendo accidentes. La razón vuelve a ser
justa: si se compra equipo de protección ¿de qué va a alimentarse el animalito?
Campos, que se así se apellida el patrón, por supuesto no los inscribe al IMSS, y a
cambio los manda con un partero, que los cose como Dios le da a entender. Al cabo
de cuatro años los camiones no paran de ir a repartir la “leche” que sale, pero nada
cambia. Excepto Campos, que se hace el desconocido.
Una buena parte de los 300 trabajadores se contrató recién inaugurada la planta, que
produce vidrio plano. Después de cuatro años de amarrarse los cinturones por los
ruegos del patrón, y cuando éste ha dejado de decirse su amigo, le reclaman lo suyo.
-¿Qué pasó con el seguro social, señor Campos? ¿Y el equipo que nos dijo? –le preguntan,
y él sale con su vieja cantaleta:
-Ya prontito.
Al décimo pedido buscan a los mafiosos de la Central Obrera Campesina del Estado
de México, que por los rumbos hacen mucha propaganda.
19 Las entrevistas con las que se reconstruye el relato las publicó Luís Ángel Gómez en el libro Vidrieros, publicado por el FAT,
Equipo Pueblo y Editorial El Atajo.
50 AÑOS
165
-¿Tienen contrato con alguien? –les pregunta el charro Moreno en su despacho de
Tlanepantla.
-No.
-¿Seguro? –insiste él, que conoce las mañas de sus colegas. –Mejor vemos en la Junta.
De ese modo se enteran que un sindicato de vidrieras de la CTM ha tratado con
Campos. Y se entrevistan con Fragoso, su líder. El individuo ni se acuerda del contrato
aquél.
La buena fortuna hace que el tío de alguien trabaje en Vidrio Plano, la gran empresa del
ramo, cuya organización independiente esta afiliada al FAT. Se exploran dos posibilidades:
crear un nuevo sindicato o una comisión de delegados que no le arme bronca a
Fragoso y le proponga renegociar con el patrón lo del Seguro y diversos asuntos más.
El tipo no les presta atención y cuando escucha que le están moviendo el piso, convoca
a una asamblea en la planta, a la cual se hace acompañar por sus ablandadores. Llega
tarde al asunto, y ni con éstos impide que lo manden a volar.
Las protestas dentro de la fábrica aumentan en tono y cantidad, y vienen dos despidos.
Con ello Campos da por resuelto el problema, instala un nuevo horno, aumenta los
ritmos y los accidentes vienen en cascada. Es entonces que los trabajadores resuelven
formar el sindicato independiente, y el empresario repite la fórmula.
No le sirvió la dosis anterior, y va subiéndola hasta echar a 21. Parece ignorar que ha
ido demasiado lejos, que la cosa se volvió personal y que “su gente” se vacuna con
cada nueva agresión.
Los que quedan fuera firman una suerte de pacto de sangre con los de adentro:
aguantarán a como dé lugar, mientras el resto hace lo imposible por volver la fábrica
un infierno para el patrón. Tal deja caer el vidrio terminado, aquellos estropean las
herramientas, los de más allá pintan las paredes o pegan papeles en las máquinas, exigiendo
la vuelta de Juan, Claudio, Rafael, Gilberto. Y cada sábado realizan la colecta que
permite que éstos dispongan de tiempo y armen borlote ante la Junta de Conciliación
de Toluca y busquen ayuda en Vidrio Plano, el SME, el STEUNAM, la Tendencia Democrática.
Y para mitinear a las afueras de la factoría.
Cuando los despedidos llegan, en el interior se baja la producción y se levanta un
concierto de gritos, que no paran ni si los jefes de turno y los policías de seguridad se
acercan con aire intimidatorio.
¿Y ahora, patrón, correrás a todos? ¿Qué pasará con “la vaquita”, en el tinglado que
se producirá? Las protestas arrecian y a las horas de entrada y salida, los del primer
turno marchan en fila hasta las oficinas, con la necesaria consigna: ¡Reinstalación!,
¡reinstalación!
En respuesta los acosan, disuelven las reuniones de más de uno, se les acercan para
decirles al oído que pronto estarán fuera, etcétera. Ya queda claro, sin embargo: la
planta no es territorio del patrón; es de quienes tienen en sus manos la producción.
Nada funciona frente a ellos, quienes se ponen a hacer pintas donde sea, incluido el
mismísimo sillón de Campos.
FAT
166
-Les vamos a mandar a la Judicial -les advierten a Juan y a los otros de la calle. Y sí. Más
de una ocasión los golpea durante los boteos y, como no entienden, los meten en los
carros, los llevan a la cárcel, los interrogan y los dejan ir después de una paliza.
Resulta imposible pararlos y el día del recuento por la titularidad del contrato, en las
dos hileras en que la autoridad les ordena separarse para mostrar su preferencia, en
la de la CTM se forman sólo dos de los 300. El charro Fragoso se monta en su macho,
se niega a reconocer el resultado, y convoca a una asamblea para fracasar vendiendo
oropel. En días se da por vencido.
La gran cuestión ahora es devolver a los despedidos, que para ese momento se han
contratado en Vidriera, una planta de los hermanos de Francisco Campos, donde se
inaugura un horno de vidrio plano. El 3 de agosto de 1975 se reinstalan 20 de los 21
que echaron fuera. El que falta prefirió continuar en Vidriera.
Un año pasa todavía para que el Sr. Pancho acepte al sindicato independiente, y el
primer contrato colectivo en esencia no hace más, ni menos, que ganar la afiliación al
IMSS y el equipo de protección necesario. Para ello se han requerido cinco años de
dale y dale, que preparan a los compañeros a conformar una organización de fuerza
poco común.
La empresa tiene que tragar la representación departamental y la discusión sobre las
atribuciones de los empleados de confianza. En palabras de Juan:
-Empezamos a ver la forma de irlos atacando, de irlos parando cuando se pasaran de
vivos. Se hicieron reuniones y se les dijo cuáles eran nuestras obligaciones… y cuáles
eran las obligaciones de ellos…; cuál sería la forma en que nos deberían tratar.
“Entonces se vio que un empleado de confianza que quería mandar a un trabajador
con chingaos y con groserías, o que quisiera hacerlo trabajar a fuerza, la gente respondería…;
que se iría a ver a su delegado o a alguien del comité para que fuera a platicar
con él y le dijera cuál era la forma de tratar a un trabajador.”
En 76 Campos vuelve a las suyas y trata de hacer caso omiso de cláusulas pactadas. La
primera es el pago en términos legales del trabajo durante la Semana Santa, al triple
de lo normal.
-Ni loco –dijo.
De modo que un día Manuel y Claudio, dos compañeros muy combativos, detienen a
la gente a la entrada del turno, y Pancho patrón dobla las manos.
Para ese momento, el hombre se ha asociado a sus hermanos en Vidriera, y lejos de asimilar
la experiencia de Alumex y transmitírselas, empieza a llevarlos al caos. Aquéllos,
Salvador y Pedro, tampoco dan nada a lo fácil, pero son personas sensatas, enamoradas
de su trabajo, y no están de acuerdo en que Francisco fuerce los conflictos laborales
contratando a un sindicato cetemista.
Con el antecedente de Alumex y lo que saben quienes entraron de Vidrio Plano, los de
Vidriera no tienen problemas en registrar una organización autónoma y deshacerse
de la CTM. El Campos mayor, crecientemente desquiciado, intenta primero imponer
un comité y, al fracasar, se le ocurre una genial idea.
50 AÑOS
167
Reparte dinero a judiciales para secuestrar en la calle a los obreros más protestones
y llevarlos a cárceles clandestinas, donde los retienen de seis a diez días. Cuando los
liberan su condición es tal que requieren el envío a la Cruz Roja, y al volver a la fábrica
se encuentran con despidos por ausentismo.
En el camino Pancho les roba Vidriera a los hermanos. Se cree, pues, capaz de lo que
ha probado no poder: hacerse del manejo de las dos empresas y los dos sindicatos
independientes. Tal arrogancia le costará quedarse en la calle.
En Alumex los jefes de turno, cuando un obrero agotado de la jornada descuida un
poco su tarea, en lugar de alentarlos “iban y les soltaban los tiradores con los que se
raja el vidrio y eso, a veces, nos producía caídas de máquinas”. O de plano “iban y le
cerraban a las válvulas de agua para que se calentara el vidrio”, que se destemplaba y
hacía que el equipo diera mucha lata y la producción no saliera bien.
Los compañeros ven cada vez más lejos y vencen la inercia sindical, que delega las
decisiones en el comité ejecutivo. El tema es de particular importancia, pues en todas
partes la negociación a puerta cerrada con los empresarios coloca en una situación incómoda
a los dirigentes democráticos. Y éstos o se ablandan un poco o llegan a acuerdos
difíciles de comprender por los trabajadores, que no presenciaron las discusiones.
Se resuelve darle cada vez más vida a las asambleas departamentales y crear una escuela
sobre cuestiones laborales e historia del movimiento obrero, y el conjunto de
la gente tiene acceso a una participación directa en los problemas que se tratan con
Campos.
No es fácil, considerando que en algunos departamentos, como los de “piso de recibir”
o materia primas y fundentes, la jornada de lidiar con más de mil grados de temperatura,
deja exhaustos a los trabajadores, que llegan a las asambleas con pocas ganas
de participar. En 1977, aprovechando la próxima, nueva revisión de contrato, se busca
entonces alargar las reuniones lo menos posible, nombrado equipos que estudien las
cláusulas y lleguen con nociones de lo que debe hacerse.
Por ese tiempo es que Francisco patrón suelta una frase que los compañeros no olvidarán
nunca y que simbolizará el coraje por la visión de aquél sobre ellos. Refiriéndose
a la descarga de las piedras usadas para la reparación de los hornos, el individuo dice
un día:
-No me vayan a romper una piedra de esas, porque vale más que la vida de ustedes.
-Hoy la mayoría de la gente –explica Juan- la mayoría de la gente recuerda esas palabras,
porque nosotros, los que las oímos, se las hemos transmitido. Ahora decimos que
si a él le importaba más una piedra que nosotros, pues a nosotros nos importaba más
nuestra vida que la vida de la fábrica y la misma vida de él.
Campos muestra lo que había más dentro de él y continúa la carrera hacia la locura. En
1977 contrata a un administración especializada en tratar con sindicatos respingones,
que presiona y reparte castigos hasta por pequeñeces o llanas tonterías, sin importar,
de vuelta, la producción.
-A veces por pretender hacer el trabajo más rápido, como ellos mandaban, se volteaban
los carros con vidrio o se zafaban los diablos y se quebraban algunas láminas. Nos
FAT
168
vigilaban cuando íbamos al baño, nos carrereaban y si nos veían parados, aunque fuera
porque así se necesitaba, echaban de gritos.
“En el piso de trabajo, por ejemplo, adonde estaban las máquinas, la tarea es cuidar
que no salga alguna piedra, para que no se estrelle la máquina, como se dice, y la
producción salga normal. Pero ellos nos decían:
-¿Ustedes por qué están ahí parados? Si no tienen trabajo pónganse a barrer.
Con tales acciones de la administración, a los compañeros les queda claro que deben
prepararse para lo peor, en una historia absurda. Absurda, porque como en la absoluta
mayoría de los casos en el país, los dos sindicatos no han hecho sino reclamar seguridad
social, equipo para protegerse, pagos considerados por la ley, y el empresario está
más interesado en deshacerse de ellos que en mantener el buen funcionamiento de
las plantas y crecer. Y su loca carrera en esa dirección, no va a cesar.
A un tiempo se monta un nuevo horno en Vidriera y de los dos de Alumex uno está
en proceso de recalentarse y se prepara la reparación del otro. Es un buen pretexto,
piensa Campos, para decirles a Juan y los demás que se marcharán a donde Francisco
y sus compañeros, de modo de cerrar temporal y alternativamente cada una de las
fábricas, renovando la plantilla de trabajadores. Es un truco muy barato y los de Alumex
responden con el sentido común: ellos se encargarán de la reparación y de levantar
rápido la producción, sin afectar a los de Vidriera.
Entonces sale el peine y, contradiciendo lo que acaba de asegurar, el Sr. Pancho dice
que el propósito es convertir a Alumex en bodega. Sigue creyendo, pues, que sus obreros
son idiotas. A otro perro con ese hueso, le contestan, y obsesionado y rebasado
por el tema, de vuelta pide ayuda en expertos en administración.
Los que llegan enseguida en verdad lo son, y en lugar de confrontarse con la gente se
acercan a ella. ¿El resultado? El aumento de la producción y las ventas. Pero al parecer
el patrón no quiere saber nada de eficiencia, y al poco aquéllos se marchan aburridos
de que, según manifiestan, Campos no entienda de la elaboración de vidrio y se niegue
a aprender.
Totalmente perdida la cabeza, los siguientes administradores que contrata resultan
unos vivales. No saben nada de nada y al capricho hacen cambios en las máquinas y
las materias primas. Eso duele a los trabajadores, por el futuro de las fábricas y por las
fábricas mismas, y se empeñan en remediar el caos.
-Cuando nos dábamos cuenta de que maniobraban –recuerda uno de los Franciscos-,
les seguíamos la corriente mientras estaban ahí. Ya cuando se iban volvíamos a trabajar
como nosotros sabíamos y sacábamos buena producción.
Enseguida comienza las violaciones a los contratos colectivos, la retención de cuotas,
la creación de un sin fin de problemas con los trabajadores y el intento de desacreditar
a los comités ejecutivos.
Entonces planean un paro patronal. Lo hacen de la manera más burda. Tras suspender
los pagos declarando que la empresa está en ceros, dan préstamos por grandes cantidades
a los trabajadores que se les acercan, y ofrecen liquidaciones a quienes quieran
marcharse.
50 AÑOS
169
En el caos, la organización de los compañeros de las dos plantas atraviesa el peor
momento desde que fue creada, haciendo desear a muchos retirarse de una buena
vez, incluyendo algunos dirigentes. Como toda prueba de fuego, si se supera tendrá
el efecto de producir un gran salto adelante, que pondrá a Campos contra la pared.
Así sucede, y en 1980 los desatinos de la patronal aceleran su ritmo. La administración
deja su lugar a una nueva, que dura unos meses, y las que le siguen son cada vez más
breves y más improvisadas. Contratan jefes para cualquier cosa, hasta para las tareas
de barrer, y los departamentos se llenan de ingenieros qué ordenan absurdos movimientos
en la producción.
A los compañeros les retienen el salario de una semana, reaccionan con mítines en
las dos plantas, y los encargados creen encontrar el pretexto para levantar actas ante
notario por faltas inexistentes: romper vidrio, crear desordenes sistemáticos.., No hay
manera de comprobárselos y cuando los encargados confían en que la gente se desesperara
por la falta de pago, los comités ejecutivos y los delegados departamentales
consiguen que se mantenga la cordura.
Y a pesar del inconcebible desorden, los obreros elevan la producción y mantienen
la calidad, de modo que las plantas trabajan por primera vez al 90 por ciento de su
capacidad y las bodegas están siempre llenas. De ese modo las dos plantas, cada vez
más actuando conjuntamente, avanzan en el control del proceso de trabajo.
Los palos de ciego de Campos y sus gerencias se acelerado en 1980 e impotentes
conducen al último recurso: un cierre patronal. En agosto de ese año, la producción se
agota, los hornos quedan vacíos y se suspende el pago de salarios. En ambas fábricas
los comités citan asambleas para discutir si debe irse a huelga y resuelven no hacerlo,
considerando que tal vez es lo que espera la patronal.
Tras tres semanas los compañeros localizan a los administradores, que les aseguran no
hay un peso y que “todo se había ido a pique”. De vuelta la intención es provocarlos
para que cometan actos fuera de la ley, registrados por un notario de la zona.
No queda otra arma que el emplazamiento a huelga por violaciones de contrato. La
situación es extrema y los trabajadores se emplean a fondo, convirtiendo las guardias
en demostraciones de entereza y solidaridad hacia dentro y hacia fuera. Puntualmente
los domingos, una semana en Vidriera y la siguiente en Alumex, se celebran jornadas
con el apoyo de músicos de la ciudad de México y de los alrededores, a los cuales se
invita al pueblo, y las marchas por la zona y en el Distrito Federal, éstas para culminar
en la Secretaría del Trabajo.
Las empresas están demandadas por retención de salarios y responden proponiendo
que se venda un trailer para cobrar lo adeudado. A continuación declaran que son
inviables y que por lo tanto se declaran en quiebra. Los ampara el amañado estudio de
un banco, que va contra cuanto la realidad ha demostrado: las plantas fueron negocio
hasta que Campos dejó de surtirlas.
Pero sí éste se niega a seguir con ellas, no parece quedar sino un camino: valuar los
bienes y con su liquidación indemnizar a la gente. Un nuevo estudio afirma que el
precio de las instalaciones es muy bajo. La burla resulta de lo más obvio, pensando, por
FAT
170
ejemplo, que el trailer cuya venta se considera, tiene un costo de un millón de pesos,
y en los inventarios aparece con un valor de 170 mil.
Para entonces han transcurrido siete meses desde la suspensión de labores, y Campos
y la Secretaría de Trabajo apuestan por la apremiante situación en la cual quedan las familias.
Nuevamente se subestima la capacidad de resistencia de los obreros, que votan
por permitir a la mayoría contratarse temporalmente en otros lugares, sosteniendo a
quienes permanecerán en las guardias.
El tiempo hace su trabajo, ciertamente, y poco a poco desciende la presencia en la
huelga y se suspenden las manifestaciones. Sin embargo, una década de respuestas a
prisiones y triquiñuelas, obran a favor del movimiento y las organizaciones hermanas
que lo acompañaban han hecho de él también una cuestión personal.
-A estas alturas –dice Juan-, cuando llevábamos diez meses de huelga, (Campos) ha de
haber pensado que nos íbamos a aburrir o que íbamos a dejar esto tirado para que
ellos vinieran y abrieran a sus anchas. Si eso pensaban, entonces estaban equivocados:
estábamos dispuestos a llegar a lo último.
Los sindicatos lanzan una ofensiva pública contra Pancho y lo obligan a presentarse en
las audiencias ante la autoridad laboral, a las cuales se había resistido en redondo. El
careo comprueba que miente y los compañeros obligan a que la Secretaría acepte un
juicio de imputabilidad, en el cual sin remedio debe dar un fallo. Cinco meses después,
el empresario se declara vencido, y se resuelve liquidar la empresa.
Todo parecía conspirar otra vez contra los trabajadores, pues mientras las plantas se
valuaban en noventa y setenta y cinco millones de pesos, respectivamente, los posibles
compradores se ponían de acuerdo para ofrecer no más de ochenta por las dos. Pero
a última hora éstos desistieron, los compañeros respiraron aliviados y para sostenerse
pusieron en el mercado el gran volumen de vidrio que continuaba en los almacenes.
Al poco, en 1983, se plantean la alternativa de quedarse con las plantas para trabajarlas
por su cuenta. Y luego de de ordenar una serie estudios económicos, votan a favor: se
convertirán en un Sociedad Anónima, manejada como Cooperativa.
Culminan así los catorce años de vida de las empresas, y más de una década de intensa
lucha.
La reflexión y el proyecto
A lo largo del proceso que observamos, el FAT no detiene nunca en sus tareas de
formación y reflexión. Como si cada día trajera nuevas luces sobre el pasado, el presente
y el futuro. El pueblo organizado en él, prueba así lo que la declaración de 1960
presumía: la sociedad descansa sobre la flagrante mentira de que la capacidad para
observarla y dirigirla está destinada a unos pocos.
En 1977 se realiza un Seminario Nacional Sobre Historia del Movimiento Obrero
Mexicano. Quedan reflejados en él casi dos décadas de lecturas, pláticas y cursos
conducidos por la propia organización, por las instancias internacionales a las cuales
está integrado o por los intelectuales especializados en el tema a los cuales se acudió.
50 AÑOS
171
“… es notorio que la clase trabajadora en su conjunto aún no está en pie de lucha.
La participación de las masas obreras y campesinas en el proceso político del país
no está siendo determinante. Los mecanismos de control sindical y político están en
descomposición, pero todavía operan y cumplen con la finalidad para la que fueron
creados. La insurgencia obrera, campesina y popular aún no se ha generalizado. Todavía
se utiliza a los obreros y campesinos como instrumentos de maniobras contrarias al
pueblo trabajador.
La política represiva de patrones y gobierno ante acciones importantes de sectores
del pueblo trabajador; la propaganda populista del gobierno no; el control ejercido a
través de los aparatos burocráticos del sindicalismo y de las instituciones de la Reforma
Agraria; la mediatización y macartismo (posición de extrema derecha proveniente
de los Estados Unidos,-. que condena y persigue a progresistas e incluso a reformistas)
de los medios de información masiva, y ciertas contradicciones crónicas que se dan en
el movimiento sindical, campesino y popular democrático e independiente, mediatizan
el ritmo de la marcha del pueblo trabajador y obstaculizan que la clase trabajadora
proyecte su acción y organización al logro de objetivos de mayor trascendencia, como
son: la eliminación de las causas de la explotación en el trabajo; la liberación nacional
conforme a valores e intereses del pueblo trabajador; y la construcción de una sociedad
igualitaria donde se produzca para satisfacer la necesidad de loe seres humanos
y no para lucrar; y donde la solidaridad se anteponga al individualismo generado por
la sociedad capitalista.
II. LA TRAYECTORIA DEL FRENTE AUTÉNTICO DEL TRABAJO
En este panorama, en la década de los 60-70, surge el FAT. El FAT nace como una
iniciativa de trabajadores inconformes y combativos con la intención de responder al
momento histórico que la clase trabajadora exige dentro del movimiento obrero y
sindical. Es así, que el Frente Auténtico del Trabajo, conciente de la realidad, asume la
responsabilidad de iniciar un proceso de organización y de educación para orientar y
buscar los caminos que representen alternativas para la liberación de la clase trabajadora.
Su trabajo parte de las bases obreras dentro del sindicalismo. El FAT plantea: La
organización democrática de los trabajadores en Sindicatos Nacionales por rama de
industria. La organización sindical independiente del control del estado, de la patronal
y de los aparatos burocráticos del sindicalismo oficialista. Es retornada la vocación
unitaria de la clase trabajadora. Los planteos son abiertos a todos para desarrollar
el movimiento de los trabajadores por medio de la formación sindical y política, así
como la organización sindical democrática e independiente, utilizando los métodos de
organización directa, del parasindicalismo unitario, de la unidad de acción y de la unidad
orgánica. El FAT precisa
que toda su acción debe hacerse dentro del movimiento
obrero, corriendo la misma suerte que los trabajadores y comprometido a fondo en
la lucha del movimiento sindical.
Independientemente de las opiniones y posiciones de nuestros enemigos
de clase, podemos
ver con objetividad el papel y el aporte que el FAT ha desarrollado dentro del
movimiento sindical mexicano. Al igual que otras fuerzas o tendencias democráticas,
el FAT ha llevado el germende
la inquietud, de la información, de la orientación, de la
educación obrera, de la lucha de clases, de los objetivos superiores por los que lucha
FAT
172
y aspira la clase trabajadora. Esto se puede constatar en los años que forman parte
de la corta vida del FAT. Sin entrar a fondo en el cuestionamiento de las luchas que
se han dado en estos últimos años con el impulso de la insurgencia obrera y sindical,
podemos asegurar que el FAT ha estado presente ratificando su compromiso de clase.
Es correcto reconocer que estos aportes del FAT, han sido fundamentalmente de tipo
sindical, insistiendo en los elementos sobre la democracia y la independencia, avanzando
constantemente en los planteos políticos. No hemos querido salir arbitrariamente
de lo que las bases han exigido en ese tiempo. Tratamos de ser coherentes con el nivel
en que se encuentra la base obrera y la organización sindical. Consideramos que a la
fecha de la realización de este 5o Congreso, ya estamos en condiciones de desarrollar
los planteos políticos con la profundidad que la realidad exige.
El FAT es una organización integrante del sindicalismo insurgente; y ha precisado que
el marco sindical tradicionalista no es respuesta a las aspiraciones de liberación de la
clase trabajadora, y que es necesario un proyecto político que comprenda los aspectos
de organización militante y combativa, con estructura funcional y eficaz, con un
programa de lucha de corto, mediano y largo plazo, que contenga objetivos de respuesta
a las bases
tanto en lo sindical como en lo político, que facilite a la clase trabajadora
un grado de organización superior. Sobre estas cuestiones deberá pronunciarse
este 5Q• Congreso Nacional.
Para tratar correctamente estas cuestiones, se requiere puntualizarlos hechos y la
realidad que vivimos, para después proyectar las tareas que debemos desarrollar.
III. LA REALIDAD ECONÓMICA Y POLÍTICA DEL PAIS
Tal y como lo hemos visto y constatado, México es un país dependiente y dominado
por el imperialismo y, por eso, subdesarrollado. La tarea principal, al igual que de la mayoría
de los países del tercer mundo, es la de producir materias primas para los países
ricos, principalmente para los Estados Unidos; materias primas que se procesan fuera
de México y se comercializan para venderse a precios internacionales.
Vivimos la historia y la leyenda de la revolución mexicana que muchos suponen llega
a objetivos distintos a los de una sociedad capitalista. Los medios de producción siguen
siendo de propiedad privada; el sistema de producción capitalista se desarrolla
conforme lo requiere el capitalismo internacional; la sociedad dividida en clases siente
la agudización de las contradicciones; el régimen político controla y garantiza los
intereses de la clase en el poder; el movimiento de los trabajadores está supeditado
a los intereses del sistema capitalista vigente. Así pues, podemos darnos cuenta que
la revolución mexicana no alcanzó los objetivos de una transformación económica,
política y social, quedando solamente como una lucha histórica del campesinado, posteriormente
manipulado por la burguesía y el imperialismo, al servicio de los intereses
del capitalismo y sin perspectivas de terminar con las causas de la explotación que
sufre el proletariado.
Los proyectos políticos de desarrollo para el sistema capitalista dependiente formulados
por el estado, van cambiando de nombre, pero lo sustancial persiste. Se manejan
términos que no aclaran nada: revolución mexicana, nacionalismo revolucionario, populismo,
alianzas populares, desarrollo
estabilizador, desarrollo compartido, apertura
50 AÑOS
173
democrática, alianza para la producción, la solución somos todos, etc., y que no son
más que etiquetas de nueva presentación para confundir y seguir controlando a las
masas obreras.
El papel asignado a los trabajadores, al proletariado en general, es el mismo durante
más de 70 años. Con la salvedad de que ahora la burguesía
más liberal al empuje de las
luchas obreras, ha descubierto que es necesaria,
para el sistema capitalista moderno, la
“libertad” en la mayoramplitud
posible, ya que esto permite una mayor organización
de los trabajadores; la fuerza de trabajo “goza” de libre concurrencia en el mercadode
la oferta y la demanda y consecuentemente, esto lleva a mayores incrementos
en la producción y mayores ganancias para la clase capitalista; respondiendo así a las
exigencias de la producción en serie que requiere el sistema capitalista nacional e internacional.
Dentro de estos proyectos, tanto del gobierno como de la gran burguesía
industrial, financiera y comercial, tiene una gran función el sindicalismo controlado por
el aparato burocrático del estado.
LA CRISIS ECONOMICA Y POLITICA DE MÉXICO NO ES UN HECHO PARTICULAR
SEPARADO DE LA CRISIS QUE VIVE EL SISTEMA CAPITALISTA INTERNACIONAL.
Consideramos importante dejar sentado que no es posible tratar las cuestiones sobre
la realidad económica y política del país, sin tratar los hechos y situaciones que en
esta materia se presentan en el plano internacional.
La crisis económica y política de
México no es un hecho particular, separado de la crisis que vive el sistema capitalista
FAT
174
internacional sobre todo a nivel de los Estados Unidos de Norteamérica. Sobre todo
el imperialismo y sus aliados. Existe un hecho histórico que impacta directamente
la
economía y la política del imperialismo norteamericano y sus aliados:
Lo guerra de Vietnam y la lucha por la liberación socialista del pueblo vietnamita.
Las inversiones que el imperialismo destina a su política de economía de guerra (fabricación
de armamento bélico que termina en la destrucción al igual que los planes
y equipos para la conquista del espacio, que son inversiones no productivas a corto
plazo), y el desatender la producción para cubrir las necesidades del pueblo, los ha
llevado a una profunda crisis económica, incluso a la devaluación del dólar en dos ocasiones.
Además, se suman a esta situación los impactos sufridos por el alza del precio
del petróleo. Los Estados Unidos que, desde 1945 hasta 1965, eran los principales
prestamistas, ahora pasan a ser deudores, sobre todo en Europa y Japón.
Con estos hechos que señalamos, podemos entender que por lógica consecuente,
las situaciones económicas y políticas de los países del tercer
mundo, como México,
resultan afectadas directamente en sus economías dependientes. Es decir: mientras
los Est3dos Unidos (principal comprador
de nuestras materias primas y productos
semielaborados) requiere cubrir
sus deficiencias o elevar algún tipo de producción
especial, México está en posibilidad de exportar, pero en el momento en que el imperio
y sus
aliados entran en crisis, también México sufre los impactos, por ser un país
dependiente de la economía imperialista. Por tanto, al no contar con mercados que
garanticen los precios internacionales, México recurrea
los préstamos del exterior
para tratar de equilibrar la situación interna, buscando ampliar el mercado nacional,
mientras se buscan correctivos en los países capitalistas más desarrollados. Mientras
tanto, tenemos
que sobrevivir a base de financiamiento externo, hasta el límite de
nuestras reservas económicas.
El imperialismo, por su parte, no pierde el tiempo, aprovecha toda coyuntura
para
introducir capitales por medio de las empresas transnacionales, se apodera de industrias,
de la banca, del comercio, penetra entodos
los lugares claves de la economía
nacional; interviene en la educación; en los planes de control de la natalidad, en la religión,
en la Política; y sobre todo interviene dentro del movimiento sindical a travésde
la CTM y del Congreso del Trabajo. Su objetivo es controlar al país para
los intereses
del capitalismo.
EL FRACASO DEL MODELO DE “DESARROLLO COMPARTIDO
En este panorama entra en escena el régimen de LEA. Entre otras cosas, se propuso
llevar adelante el proyecto de “desarrollo compartido” y la política tercermundista. El
régimen trata de sostener una política de aumentos en los salarios y la congelación
de precios. Su objetivo es ampliar el mercado interno; que los trabajadores ganen más
altos salarios para que compren más cosas, y así, aumentar la producción; resolver en
parte el problema de la desocupación, y que los empresarios ganen más al vender más
productos. Algunos grupos empresariales no entendieron que el “modelo de desarrollo
compartido” los beneficiaba en todos sentidos y que sólo era cuestión de esperar un
poco, pues primero acusaron a LEA de “socializante” y después reconocieron que
durante su sexenio la gran burguesía había obtenido magníficas ganancias, y los temores
50 AÑOS
175
del sector empresarial los llevaron a enfrentamientos con el gobierno. Empezaron con
los rumores, luego disminuyeron las inversiones y la producción, empresas pequeñas y
medianas cerraron, aumentaron
los desocupados, la producción en el campo se vino a
pique, aumentó la inflación y la carestía de la vida. La crisis avanza.
(…)
IV.- LA SITUACIÓN DEL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES EN MÉXICO
A partir de 1970, el gobierno en turno dejó entrever que caminaría por la vía de la
democratización, orientándose hacia la transformación de los aparatos burocráticos
del sindicalismo oficialista incluyendo el Congreso del Trabajo, a la CNC y al propio
partido oficial. Igualmente se dejó ver esta intensión con respecto a otras instituciones
como los tribunales de trabajo y los de la Reforma Agraria. Por su parte: el movimiento
sindical independiente se vio en algunas coyunturas que le permitirían avanzar en
sus posiciones de lucha por In democracia, independencia e insurgencia, así como de
crecer en cuanto organización, movilización y fuerza. Sin embargo, también se pudo
constatar que algunas de estas organizaciones que se mueven dentro del campo de
la independencia y la insurgencia, no tienen muy claro el origen de clase y los intereses
que representa el estado, o bien que, en forma deliberada están en el juego. Así,
algunos dirigentespensaron
que sería correcto entrar en el proceso de “institucionalización”
que el estado tiene previsto para el control del movimiento sindical en su
conjunto. Se creía que las “contradicciones” entre el presidente y los altos dirigentes
del sindicalismo oficialista como la CTM, llevaría al gobierno a cambiar los cuadros
viejos y gastados, y que éstos podrían ser sustituidos por líderes provenientes del
sindicalismo independiente o de la insurgencia obrera.
El FAT consideró incorrectos estos análisis y posiciones. No se tomaba en cuenta
que el sindicalismo oficialista, al igual que el sindicalismo “institucionalizado” juegan un
papel determinante tanto para la clase patronal como para el propio estado dentro
del régimen de conciliación de clases. La realidad actual ratifica nuestras posiciones: la
fuerza central del sindicalismo oficialista continúa agripado en el Congreso del Trabajo,
incluso disfrutando de las instalaciones de un nuevo edificio financiado y construido
por el gobierno y los patrones con un costo de más de 60 millones de pesos. Por el
momento no se ve ningún conflicto grave entre el sindicalismo oficialista, patrones y
gobierno, prueba de ello ha sido la aceptación incondicional del aumento del 10% en
los salarios por parte del Congreso del Trabajo y la participación, también incondicional,
en los convenios de la “alianza para la producción”. El gobierno por su parte,
no descarta la idea de continuar una central única a partir del Congreso del Trabajo.
(…)
V.- LAS PERSPECTIVAS DEL FRENTRE AUTENTICO DEL TRABAJO
El panorama visto anteriormente, nos exige ser sumamente responsables
y realistas.
poner los pies sobre la tierra. Tratar estas cuestiones
con la mayor seriedad posible.
No podemos desconocer que a la fecha
del surgimiento del FAT, la mayor parte de
los trabajadores de los sectores clave, de la gran industria, ya están organizados o
controlados
por el aparato estatal de la burocracia sindical y política, y que, por tanto,
el FAT tiene que desarrollar su acción a nivel de la pequeña
y mediana industria y, a la
FAT
176
vez, realizar una acción de parasindicalismo unitario al interior de las grandes industrias
y organizaciones obreras.
Así pues, cuando tratamos las cuestiones sobre estrategia y las perspectivas del FAT,
tenemos que tomar en cuenta lo siguiente:
1o.- Entender que el sindicalismo independiente es el movimiento democrático
que
desarrollan de hecho las organizaciones integrantes
del Frente Auténtico del Trabajo y
las organizaciones a las que anteriormente nos referimos en estos mismos términos.
2o.- Comprender que, cuando se habla de PERSPECTIVAS, no se hace en términos
de resultados contables, de sumas y multiplicaciones. Esto
no es del todo correcto,
Lo que cuenta es fundamentalmente: el estudio y el análisis estructural y coyuntural;
los planteos sobre las
posiciones teóricas, ideológicas y políticas; cuentan las luchas
con sus resultados políticos, con sus errores y aciertos; cuenta la teoría y la práctica,
el compromiso militante; el desarrollode
la conciencia de clase; los avances organizativos
y el funcionamiento del aparato; cuenta la elaboración de la teoría revolucionaria
y el proyecto político que precisa los objetivos a largo alcance y de largo plazo;
cuenta la base de la organización superior y la política de formación y organización
de cuadros sindicales y políticos para que, al transformar su pensamiento y mentalidad,
rompan con los esquemas de lucha y de objetivos del sindicalismo tradicional;
cuenta el desarrollo de la política de relaciones, de unidad y solidaridad y la táctica
para desarrollar un modelo de movimiento de los trabajadores que dé respuesta al
proletariado industrial y a los distintos sectores que conforman el pueblo trabajador;
cuenta la situación en que se encuentran el enemigo de clase y sus aliados y el análisis
correcto de la correlación de fuerzas. Es decir, al ser el movimiento obrero insurgente
un movimiento eminentemente social, económico y político, toma en cuenta la situación
local, regional, nacional, continental y mundial, para fijar su estrategia y su táctica
y ubicarse en las posibles perspectivas.
3o.- Es en estos términos generales que se concretan en cada realidad histórica, en el
tiempo y en el espacio, donde se analizan las perspectivas de la manera más correcta.
(…)
4o.- Así, con el estudio de las realidades y experiencias, complementadas con elementos
teóricos, pasamos a las afirmaciones que resultan de la práctica, vividas en la lucha
diaria; y constatamos:
a).- Que al movimiento sindical democrático e independiente ya no lo detienen ni reprimiéndolo.
El proceso de insurgencia sindical y de democratización del movimiento
obrero mexicano es irreversible.
(…)
d).- Lo que seguirá es el pleno desarrollo del proceso democratizador de los sindicatos.
Este proceso ya está en marcha y el resultado será la transformación del aparato
sindical burocrático, verticalista y antidemocrático, que ha sido el instrumento del
estado, de los patrones y del imperialismo para controlar económica, política e ideológicamente
a los trabajadores.
(…)
50 AÑOS
177
6o.- Más concretamente, ubicándonos en las perspectivas, apuntamos la necesidad de
profundizar los fundamentos estratégicos y tácticos es decir: precisar el conocimiento
general del terreno donde actuamos y conocer al detalle las situaciones concretas,
para programar las acciones que estamos en capacidad de realizar. Estrategia y táctica
son inseparables. Correctamente concebidas, nos permiten garantizar el éxito en pequeñas,
medianas y grandes luchas; por ejemplo: la organización de los trabajadores en
sectores claves, el contrato colectivo, la huelga, la movilización de masas, los pactos de
solidaridad, las alianzas con otras organizaciones de trabajadores para la lucha de largo
plazo con objetivos revolucionarios de liberación socialista…”
¿El balance de una etapa?
Conforme avanzo en el libro sé que dejo fuera muchas cosas. Pero la preocupación
fundamental es ¿cuánto me equivoco o mal interpreto la historia?
Podría pensarse que se trata de dudas e inquietudes fáciles de resolver, pues bastaría
con que los cuadros de la organización a quienes tocaron estos años revisaran y corrigieran
lo escrito. Pero algunos de ellos murieron, a otros no se les localiza y los que
están cerca no disponen del tiempo necesario, por mi torpeza y por el año y medio
del cual dispusimos para el trabajo.
Queda fuera, por ejemplo, la relación con la CLAT y la FMT y lo aprendido en sus
seminarios y encuentro, y con ello uno de los atributos del FAT: el contacto con los
movimientos sociales de Latinoamérica, en particular. Y éste tiene un peso específico,
si pensamos la primera mitad de la década de 1970 es la de los grandes sueños y los
grandes fracasos en la parte más al sur de nuestro continente.
En 1970, cuando en Chile se establece el gobierno de la Unidad Popular, dirigido por
Salvador Allende, allí, en Uruguay y Argentina se abre una época cargada de los mejores
presagios, que seguramente contagiarán a los países cercanos y tal vez a América
toda. Y en los siguientes ¿tres años? todo se viene abajo con la estratégica ayuda de los
gobiernos y los consorcios estadounidenses.
Paradójicamente, ese es el periodo más alentador para las luchas sociales en México,
en el cual nuestra organización se expande por el país y da o colabora en grandes
batallas, que a pesar de los crueles tropiezos no detienen la esperanza.
Para 1982 aunque el auge iniciado en 1972 decayó de manera sustancial, no termina
por completo, gracias al despertar de nuevos sectores y a la reanimación de otros que
se consideraban apagados: los maestros, que están creando la Coordinadora Nacional
de Trabajadores del Magisterio, una oposición muy sólida al corporativismo dentro
del mayor sindicato latinoamericano; los obreros y obreras de la rama automotriz, las
trabajadoras(es) de universidades que permanecían a la expectativa; el campesinado y
el movimiento urbano popular de diversas regione.
Para el FAT, la etapa que termina en 1982 ha sido de continuo acercamiento a otras
organizaciones, participando en cuanto esfuerzo unitario parece viable. A las tentativas
del Comité Nacional de Auscultación y Organización, de 1970, en 1973 siguió el
proyecto inconcluso de una Unión Nacional de Trabajadores, a través de la Insurgencia
FAT
178
Obrera, y poco antes o poco después el Comité de Defensa Popular de Chihuahua, de
la Intersindical del Valle de México y la Intersindical de Guanajuato.
En 1976 participa en la formación del Frente Nacional de Acción Popular (FNAP), que
se integra sectorialmente, y a fines de esa década e inicios de las siguientes, en Coordinadoras
Obreras en varios puntos del valle de México (Naucalpan, Ecatepec…). En
1982 impulsa la Conferencia Intersindical de Solidaridad que se manifiesta contra de
los topes salariales, el apartado B y los golpes a las luchas en curso.
Y no detiene su avance en una visión revolucionaria para la sociedad. “Por la independencia
del movimiento obrero y campesino ante los patrones, el Estado y el Imperialismo” y
“Los trabajadores y pueblos latinoamericanos unidos jamás serán vencidos”, son los lemas
del VIII Consejo Nacional realizado en 1978.
Cuatro años más tarde, en su VI Congreso Nacional se pronuncia por el Socialismo
Autogestionario, en el que “los centros de trabajo serán de propiedad social y administrados
por quienes los trabajen”.20
En él mismo la Unión de Cooperativas Independientes (UCI) se incorpora formalmente
a la organización, con 47 cooperativas ubicadas en ocho estados: Morelos, Guerrero,
Puebla, Estado de México, DF, Guanajuato, Durango y Coahuila.
Si la época que damos por concluida ahora, confirmó la idea de que “avanzas, peleas,
ganas, retrocedes, avanzas, peleas, ganas, retrocedes”, una y otra vez, la siguiente la
pondrá seriamente a prueba, por la honda crisis económica y el establecimiento de
ese modelo de capitalismo salvaje conocido como neoliberalismo.
20 FAT, Sindicalismo Político, Militante y de Clase, 1981
50 AÑOS
FAT
50 AÑOS

CAPÍTULO III
LA GUERRA CONTRA LA CRISIS Y
EL NUEVO MODELO
(1982 - 2000)
FAT
50 AÑOS
185
La larga etapa a la que entramos en 1982, para los pueblos y sus movimientos por
reivindicarse y aspirar a una nueva sociedad, en el mundo entero es trágica. Las conquistas
logradas en casi 150 años de lucha y más lucha, experimentan un retroceso
tras otro.
En México, la última década y media ha presenciado grandes batallas sociales por
reivindicar los derechos fundamentales, deshacerse del corporativismo y dar fin a la
larga dictadura de la familia revolucionaria, construyendo una utopía cada vez más sólida
y posible.
Ahora se diría que todo se viene abajo, y es cierto y no. Lo es por la renuncia que
inevitablemente ha de hacerse al mejoramiento de las condiciones de vida del campesinado
y de las trabajadoras(es) urbanas. Lo es también por los sistemáticos golpes
que reciben sus organizaciones.
Pero el objetivo de dar fin al régimen va cumpliéndose, si bien de una muy accidentada
manera. Y el sueño de futuro, que parecerá desparecer cuando el capitalismo muestre
una inesperada capacidad para transformarse, se convertirá luego en un nueva mejor
promesa, no importa si lejana y confusa.
La dictadura priista fracasa en el intento por reeditar los tiempos del milagro mexicano,
y se encuentra en un callejón económico sin salida, que precipita la más honda crisis.Al
hacerlo deja el camino libre a una generación de tecnócratas, que viene preparándose
para tomar la estafeta.
Presididos por hijos de la vieja clase política, como Carlos Salinas de Gortari, cuyo padre
fue un personaje muy destacado en las épocas de gloria del régimen, se educaron
en las universidades de los Estados Unidos donde tiene su laboratorio ése recambio
del sistema capitalista llamado neoliberalismo.
Fuera del ya pronto presidente de la república y unos cuantos más, saben poco o nada
del México real, y el proyecto que se les inculcó anda maniáticamente por sus cabezas,
dispuestas a adaptarlo o deformarlo tanto como se precise, de modo de ser, como se
dice, más papistas que el Papa.
El costo social de los cambios que para ello deban hacer, les tienen sin el más mínimo
cuidado, concibiéndose forjadores de un país que brille en los escenarios internacionales,
para fijar sus nombre en la historia con letras de oro. Miguel de la Madrid,
el primer mandatario designado en 1982, forma parte del grupo y se rodea de sus
amigos y amigas.
¿De 1982 a 1985, el FAT y sus hermanos de lucha no tienen una idea clara de las
dimensiones del suceso que da comienzo, y piensan que pueden continuar el camino
iniciado en los años 1960 y durante el gran salto a partir de la insurgencia general de
1972?
Veamos la reflexión que se hace en 1983, con motivo del primer informe de De la
Madrid:
FAT
186
“La crisis sigue presente
Debido a que al momento del informe solo habían transcurrido nueve meses del nuevo
gobierno, ocho del año fiscal de 1983 de los cuales se incluye información de sólo
seis o siete meses -hasta junio o julio-, el informe en materia económica se refiere
solo en parte a los resultados y en gran medida se centra en los proyectos, las previsiones
y la estrategia del gobierno.”
En lo que se refiere a resultados en materia económica, el grueso está dedicado a los
aspectos financieros y vagamente se hace mención a la dinámica concreta de la producción,
distribución y consumo.
De esta manera, los aspectos más fuertes de la crisis, que aparecen al final del sexenio
pasado, aparecen disminuidos, lo que permite a MMH justificar en su informe los aspectos
más críticos que subsisten en el lapso de su gobierno.
El programa inmediato de reordenación económica juega el lugar central en el análisis.
El PIRE (Programa Inmediato de Reordenación Económica) no es sino un plan de estabilización
financiera a corto plazo que se busca implementar a través de una fuerte
recesión de la economía, es decir, mediante el desempleo, los bajos salarios, la baja en
la producción, etc. Los objetivos centrales de la estabilización financiera, los establece
el gobierno en el control del déficit presupuestal y el control de la inflación.
Se menciona como un gran logro la disminución del ritmo mensual de crecimiento en
los precios de enero a julio, sin embargo, el nivel de inflación es más alto en el primer
semestre de 1983 que en el mismo lapso del año anterior, ya que de acuerdo a las
cifras del Banco de México, de enero a junio de 1982, la inflación fue del 32 % mientras
que de enero a junio de este año la inflación fue del 41%. Así, aunque fa fuerte
restricción al gasto público tienda a bajar el déficit del gobierno, esto se ha traducido
en una fuerte recesión y no en una baja de la inflación, la cual se ha mantenido a un
nivel muy alto, a pesar también de los frenos al crecimiento del circulante monetario.
Si comparamos la inflación que se proyectaba al inicio del gobierno de acabar el año
con un 50 o 60% de inflación, con la inflación real ésta ya representa un nivel anual
de casi el 100%. Además, si tomamos en cuenta que por el lado de la disminución del
ingreso real de los asalariados, se tiende a contener la inflación, por el lado del déficit
público y de la paridad cambiaria existen fuertes riesgos de que la inflación se acelere
aún más, pues las presiones para aumentar el gasto público se están fortaleciendo,
incluso desde la perspectiva de cumplir los ya de por sí restringidos programas de
inversión del sector público, debido al encarecimiento de los bienes y servicios más
allá de lo proyectado.
En lo que se refiere a la paridad cambiaria de nuestra moneda, solo se habla de la
paridad realista que se había proyectado que este año terminara con la confluencia de
la paridad libre y controlada en $150.00 por dólar para diciembre,
la paridad realista
será mucho mayor, ya que el crecimiento de la inflación más allá de lo proyectado, se
ha comido la subvaluación del peso rápidamente.
En lo referido a la balanza comercial, ésta registra un superávit, tal como se menciona
en el informe, sin embargo esto se debe fundamentalmente a la drástica caída de las
50 AÑOS
187
importaciones y no a un aumento de las exportaciones, las cuales son fundamentalmente
petroleras (755). Sin embargo, a pesar del superávit comercial, la escasez de
divisas sigue siendo muy grande debido a la necesidad de pagar intereses de la deuda
externa del orden de 11,500 millones de dólares. Así, el superávit comercial se debe a
que no hay divisas para importar lo necesario para la producción.”
Se informa también que la deuda externa pública y privada se ha reestructurado, y en
efecto, se difirieron los pagos de capital vencidos en 1982, y los financiamientos a corto
plazo, así como los vencimientos de 1983 y 1984 por un total de 20,000 millones de
dólares (en el caso de la deuda pública externa), reestructurándose la deuda a un total
de 8 años, con 4 años de gracia. De esta manera se al alivian las presiones presentes,
solo a costa de incrementar el peso futuro de la deuda. Es así como se han podido
realizar puntualmente los pagos al exterior,
por supuesto que sólo de los intereses.
La producción
Con excepción de las industrias
paraestatales las cuales se han visto seriamente afectadas
por la situación interna, pocos datos se dan sobre la situación de la producción
industrial.
Tampoco se hace mención de cual es el estado que guarda la actividad económica
del país, que como sabemos sufre una grave recesión fundamentalmente en sectores
como el de la industria automotriz y siderurgia. En relación al índice proyectado para
este año de decremento de la producción, de un -2% (en 1982 fue de -0.2%), algunas
predicciones la sitúan en -5%, cifra sin precedente en la historia postrevolucionaria de
nuestro país.
Empleos y salarios
Se plantea que el desempleo abierto aumentó de 4% en 1982 a 8%, y que se logró detener
la caída del empleo. Dejando de lado que no se menciona para nada los altísimos
niveles de subempleo (de más del 50% de la población económicamente activa), no
se ve como se ha logrado esto si la economía decrecerá aún más que el año pasado,
aunado a la drástica disminución del gasto público. Así, aun aceptando que se detuvo
la brusca caída del empleo, el nivel de desempleo será mucho mayor este año que el
año pasado.
En este sentido, el programa de empleo está orientado fundamentalmente
a la defensa
de la planta productiva, es decir, a subsidios a las empresas para proteger el empleo
de los que se quedaron en la producción. El resto del programa de empleo, no es sino
el mantenimiento de una fracción de los empleos temporales que el gobierno había
venido creando a través del gasto público.
Por el lado de los salarios, se evitaron las medidas generales e indiscriminadas para
solucionar de mandas de aumentos salariales. En efecto, aunque se insiste en varios
puntos del informe en que el costo de la crisis debe ser equitativo,
lo cierto es que el
costo fundamental de la crisis lo estamos pagando los asalariados, con el desempleo
y los bajos salarios. Así, el ritmo de crecimiento de los precios, contrasta con la rígida
FAT
188
política de contención salarial adoptada por el gobierno que resultó en la imposición
de un aumento de emergencia de los salarios mínimos del 15.6% en promedio, así
el aumento salarial se ajustó prácticamente a lo originalmente
proyectado (aquí sí) a
principios del año, que era un aumento de 12.5% para mediados de año.
Como se ve el proyecto de la burguesía y su gobierno se encuentra todavía lejos de
sus objetivos en su proyecto de estabilización
de la economía.
La reestructuración económica
Tanto en el Plan Nacional de Desarrollo como en el informe presidencial, se insiste
en los objetivos de reestructurar la economía. Reconociendo que se vive una crisis
estructural, se busca a través de ella reestructurar el capitalismo, fundamentalmente
en dos sentidos: a) hacer más eficiente, productiva y moderna la planta productiva, y
b) reubicar a la economía en una nueva relación con el exterior tal que le permita
resolver su déficit estructural externo.
Así, los señalamientos en el informe en torno al cambio estructural se reducen a medidas
de política económica, todavía sin cambios sustantivos en la estructura económica.
Así, el control de la inflación, una política de subvaluación del peso, facilidades a la
inversión extranjera, los bajos salarios, y a través de la recesión la sobrevivencia de los
sectores más modernos y productivos, son todas medidas que buscan cambiar la estructura
de la balanza comercial, bajando las importaciones necesarias y aumentando
las exportaciones.
La realización del proyecto de reestructuración de la economía tardaría -en las mejores
condiciones- varios años en cristalizar y sin embargo, en palabras del mismo presidente:
pero la crisis sigue presente: el aumento de los precios demerita el nivel de vida;
subsisten las dificultades en las empresas; el crédito es caro; no estamos generando
nuevos empleos; el servicio de la deuda es pesado; no tenemos suficientes divisas para
importar; nos queda mucho por corregir en las finanzas públicas y privadas. La perspectiva
internacional no es alentadora: las economías no se recuperan, trabas en el
comercio exterior, finanzas internacionales erráticas. El desafío es enorme; es análogo,
en lo económico a tiempos de guerra. El destino de la nación está en juego.
El reconocimiento de la difícil situación internacional por parte del gobierno es reveladora,
ya que es condición fundamental para la ubicación diferente de la economía
mexicana en el mercado internacional, un proceso de recuperación de la economía
mundial. Sin esta condición, las medidas de política económica pueden hacer poco
para lograr los objetivos por ellos planteados.”
En 1985 el FAT describe el panorama, de la siguiente manera:
“El pasado 6 de febrero el llamado gabinete económico informó la decisión del gobierno
federal de liquidar, transferir o vender 236 Empresas paraestatales, la noticia provocó
los más abundantes y controvertidos comentarios; para la Derecha y los Empresarios
que a toda costa presionan para sacar al gobierno de las ramas económicas en donde
ellos intervienen
la decisión fue acertada y define las reglas del juego, por su parte
los priistas (funcionarios del gobierno y líderes políticos y sindicales), acostumbrados
50 AÑOS
189
a aplaudir cualquier acto del Presidente, la juzgaron razonable y justa, y subrayaron
en todo momento que esta determinación no implica que el Estado abandone el
principio constitucional de ser el rector económico de la sociedad. De La Madrid lo
remarcó en dos ocasiones en un mismo día.”
La izquierda rechazó la medida por considerar que con ella se abandona el principio
de concebir a la propiedad estatal
como contraparte, freno de la propiedad privada.
Es innegable que el Estado se había hecho cargo de los más diversos tipos de empresas,
desde hoteles y fabricas de bicicletas, hasta industrias textiles y del sector
alimentario.
Pero en casi todos los casos esto fue: resultado del quiebre, de la incapacidad
empresarial para mantener una negociación;
ante esto el Estado debió intervenir
para conservar
las fuentes de trabajo. Con esto reconocemos la falta de programación
adecuada para determinar en qué rubros de la economía el Estado debía intervenir.
Esto importante no es lo más grave. La decisión de vender
las paraestatales formar
parte de la política económica de Miguel de La Madrid, y no es otra cosa que el signo
de nuestro tiempo: la Reprivatización de la economía el regreso de empresas al
capital privado. Esta ha sido una de las demandas
de todos los capitalistas de todo el
mundo desde mediados
de los años 70, cuando estalló la crisis económica que todavía
padecemos.
Particularmente el FMI ha insistido en sus recomendaciones, léase imposiciones, que el
Estado debe reducir
el gasto público ¿y cómo reducirlo? disminuyendo recursos para
FAT
190
obras de beneficio social (salud, educación, transporte, etc.) y ahora deshaciéndose de
empresas. Luego entonces, México no es tan soberano como afirma el Sr. Presidente.
Se sigue la política trazada por los grandes capitalistas.
La venta de empresas paraestatales es tan solo un eslabón de una cadena que se llama
Reprivatización de la economía. Con toda seguridad, el siguiente paso será derogar la
ley que limita la intervención del capital extranjero en empresas y a nombre del interés
de la Nación se abrirán las puertas para que en México sienten sus reales los grandes
capitales monopolistas. Y cabe remarcarlo, históricamente se ha demostrado que el
capital
extranjero, las empresas transnacionales solo dejan al país el salario de los
obreros y unos exiguos impuestos; a cambio se llevan enormes ganancias al extranjero
y sobre todo, hacen más dependiente y vulnerable la soberanía nacional. Han servido
de pretexto para el envío de fuerzas militares.
Por esta razón hemos afirmado que la transnacionalización de nuestra economía inevitablemente
provocaría la transnacionalización de nuestra clase gobernante. Es decir,
políticos que cada vez más se alejan de una tradición, de una historia y en consecuencia
del pueblo trabajador.
“No es que las empresas paraestatales hayan funcionado correctamente, muchas fueron
nidos de funcionarios corruptos o administradores inexpertos que despilfarraron
el dinero del pueblo, pero como proyecto de política económica, ellas representaron
un freno al capital privado, una alternativa dentro del capitalismo con función social. El
que no lo hayan logrado no cancela su validez.”
1982-1985, una etapa de reconstrucción
El inicio del presente capítulo está hecho sobre todo con entrevistas y de materiales
impresos reproducidos fragmentariamente. Una parte de éstos recoge la reflexión
que el FAT realiza mientras la historia transcurre. Otra, refleja la actividad del momento
en su viveza. De modo de dejar fuera la menor cantidad posible de información, se
incluye la abundante cronología contenida en 40 años de lucha libertaria, el trabajo que
se publicó en 2000 y que nos viene sirviendo de referencia.
De tal modo y en la medida de lo posible, dejo de interpretar los acontecimientos y
comparto con los lectores y lectoras lo que nada puede suplir: el contacto directo con
las fuentes, como las llaman los académicos.
Empezamos con uno de los informes, ponencias, conclusiones de las mesas de trabajo,
etcétera, del VI Congreso, realizado en Oaxtepec, Morelos, en 1982. En él inicia la etapa
de reconstrucción a la que el FAT se encuentra obligado, debido a las desfavorables
circunstancias por las cuales atraviesa el movimiento social.
VI Congreso Nacional
La carpeta de trabajo en este Congreso, es de unas cien páginas. El Plan de organización
muestra una estructura muy completa del Frente, resultado de la larga experiencia
propia y de la de las organizaciones con las cuales se colabora o colaboró de modo
estrecho.
50 AÑOS
191
Al Congreso se cita cada tres años, y está integrado y toma resoluciones así: Comité
Ejecutivo Nacional, Comisión Nacional de Justicia, Comités Ejecutivos Sindicales, Comités
Ejecutivos Seccionales, Comisariados Ejidales, Comités Ejecutivos de Federaciones,
y Consejos de Administración de Cooperativas, un voto cada uno.
Los votos a los cuales tienen derecho los delegados, depende del número de afiliados
que representan: de 20 a 50, un voto; de 51 a 100, dos, y de ese modo hasta los 1999
afiliados, a los que les corresponden diez votos, previendo que éstos, a partir de ahí,
se incrementan en uno cada 500 representados más, sin rebasar nunca los 15 votos.
Los Equipos Obreros Militantes, EOM, por zona, si cuentan con entre siete y 20 integrantes,
un voto, de 21 a 50, dos; si superan los votos se incrementan a la manera
proporcional de los delegados. Los Equipos Funcionales de Zona, un voto.
El Consejo Nacional se reúne cada seis meses y los Comités de todo tipo lo hacen,
claro, con la regularidad necesaria o precisada por sus asambleas.
La política financiera es el segundo punto a tratar, por las razones obvias y porque el
pago de las cuotas refrenda el compromiso y la responsabilidad de los agremiados.
Sin importar lo apretado de la agenda, al impulso a la formación se le dedica un tercio
del tiempo de la jornada, pues continúa siendo la piedra angular del trabajo del Frente.
Para considerar a éste en su justa medida, tengamos en mente la aguda conciencia
sobre el abandono y desinformación a los cuales se entrega a las mayorías. Aún más en
los desafortunadísimos años que se avecinan.
Reproducimos ahora parte del documento sobre politica de relaciones y alianzas, y
enseguida el artículo de Resistencia Obrera que resume el informe político del Comité
Ejecutivo nacional:
“El problema de las alianzas entre organizaciones sindicales es una cuestión tan vieja
como el propio movimiento de los trabajadores. A pesar de ello, hoy en día, esta dificultad
sigue sin encontrar una solución duradera y solo en determinadas condiciones
se realizan alianzas temporales, que terminan al desaparecer las circunstancias que le
dieron vida. Por ejemplo, a partir de 1976, justo cuando la insurgencia sindical iniciada
a principios de los años 70s cumplía su primera fase y los electricistas de la Tendencia
Democrática libraban combativas jornadas contra los líderes charros del SUTERM,
una parte del movimiento sindical democrática y otras fuerzas políticas crearon el
Frente Nacional de Acción Popular (FNAP) con miras a unificar a los trabajadores.
Lamentablemente, el escaso desarrollo del sindicalismo, las discrepancias por las
diferentes concepciones políticas de algunos participantes y, sobre todo, la falta de una
necesidad real, concreta, para crear vínculos de carácter unitario, fueron un obstáculo
para que el FNAP tuviera una vida prolongada. Pero, como siempre sucede con las
iniciativas justas de los trabajadores, la disolución del FNAP no desalentó la tendencia
a la unificación y, posteriormente, surgieron otros esfuerzas en esa misma perspectiva.
En el Valle de México se crearon varias coordinadoras sindicales en diferentes
momentos (…)
Este proceso se enriquece con cuatro experiencias dignas de mencionar por separado:
(a) la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que nace
FAT
192
como producto de las movilizaciones del magisterio en 1979 y agrupa a las Consejos
Céntrales de Lucha (CCL) de diferentes estados; (b) la Coordinadora Nacional Plan
de Ájala (CNPA) que reúne al movimiento campesino en lucha; (c) la Coordinadora
del Movimiento Urbano y Popular (CO-NAFIUP) que aglutina a colonos de diferentes
estados y (d) el Frente Nacional contra la Represión (FIMCR) que pugna por las
libertades democráticas. Una agrupación más es la Coordinadora Sindical Nacional
(COSINA), organización que reproduce vicios y defectos de coordinadoras anteriores.
La presencia del FAT en los esfuerzos por conformar una agrupación sindical de carácter
unitario es producto de un principio táctico: la unidad de acción como paso
previo a la unidad programática que el proletariado deberá poner en práctica contra
el capitalismo. Este principio planteado en 1 978, hoy tiene una mayor relevancia,
porque la heterogeneidad de la clase trabajadora impide que una sola organización
tenga la posibilidad de hacer un planteamiento global que abarque tal diversidad de
trabajadores. Segundo, consideramos que hoy en día no existe una agrupación sindical
o partidista capaz de aglutinar a las fuerzas democráticas y revolucionarias. Por tanto,
es imprescindible que todas las organizaciones que luchan por la abolición del actual
sistema dominante hagan hasta lo imposible por convergir con fuerzas sindicales y
partidistas.”
La crisis y las primeras bases para el nuevo modelo
Sin exageración, para los pelos de punta observar cómo para las clases populares
desciende el nivel real ingresos, el grado de escolaridad de sus miembros, la cobertu50
AÑOS
193
ra y calidad de los hospitales públicos destinados a ellas; su incorporación a la cultura
escrita, que es un instrumento central en la conquista de oportunidades…
De 1983 a 1988, en la cima del crecimiento poblacional, el presupuesto para la educación
desciende en casi 30% y el de la salud en más de 23%. A finales de la década, el
promedio del consumo de calorías apenas alcanza la mitad del recomendado por los
organismos internacionales, y el de leche y sus derivados cayó en un 50%. Tan sólo de
1981 a 1984, el costo de la canasta básica se duplica, en relación a los ingresos1.
Cosas que se diría sin trascendencia, obran de modo muy poderoso en contra del presente
y el futuro de los sectores populares. Como la caída sin precedentes en la producción
de historietas, fotonovelas, revistas de difusión muy simple del conocimiento,
con las que el pueblo encontraba un relativo alivio al analfabetismo funcional, según se
llama a ese aprendizaje de las letras y los números que sirve apenas para cumplir las
demandas a la fuerza de trabajo en la industria, el comercio, el transporte, etc.
Algo similar puede afirmarse de la falta de acceso que pronto sucederá, a la revolución
traída por las computadoras y el Internet. Quedará reservada a un 20 ciento de los
mexicanos(as), desplazando de sus puestos a cientos de miles de hombres y mujeres
de las “clases bajas” y “medias bajas”, y dejando en un increíble rezago a los millones
de jóvenes y niñas(os) que dependen de ellos.
Y es así justo cuando hacia 1980, por el encuentro de grandes yacimientos de petróleo
y el aumento en los precios de éste, el presidente de la república en turno, con
una sonrisa de oreja a oreja, anunciaba a la república que debíamos prepararnos para
administrar la riqueza.
A partir de este momento, cada vez más se convierte en infructuoso lo invertido durante
años y con enormes esfuerzos por esas familias del pueblo. Han hecho cuanto
pudieron para que quienes están en el mercado laboral dominen un oficio y para que
los hijos cuenten con una educación muy superior a la de los padres. Y de súbito los
esperados pasos hacia delante, se vuelven en pasos hacia tras. Quedan pues condenadas
cada vez más a la dependencia, ensanchando el abismo con los grupos privilegiados.
Entretanto aparecen en el país las primicias del modelo neoliberal, que se acompaña
por una revolución tecnológica cuyas dimensiones recuerdan a la que acompaño el
surgimiento del capitalismo.
Ello significa el inicio de un reacomodo en las ramas industriales, demandando la extraordinaria
reducción de algunas, como las del hierro y el acero, la reconversión de
otras, del tipo de los electrodomésticos, y el surgimiento de nuevas, en particular las
vinculadas de forma directa a la electrónica y la informática.
Significa también nuevas relaciones laborales, que reintroducen la flexibilización de la
fuerza de trabajo.
En 1986 se acude al cierre de una fábrica cada tercer día, con la pérdida de la fuente
de trabajo directa de 120 mil obreros y obreras, y la indirecta de otros 900 mil, y a la
afectación de contratos colectivos y, para cuando menos 50 mil de trabajadores(as),
1 Esta serie de datos provienen de Frente Auténtico del Trabaja. Allies across the border, el mencionado libro de Dale
Hathaway, en el capítulo que titula In the Era of Crisis.
FAT
194
marchas atrás en su lugar dentro de las empresas. Un ejemplo trágico es Ciudad Sahagún,
Hidalgo, que una periodista ve caminar “rápidamente a la idea de pueblo fantasma”,
pues de la planta laboral de 31 mil compañeros, en 1981, se pasó a sólo ocho mil2.
De una inusitada manera, en un régimen que había puesto especial énfasis en el la
creación de puestos de trabajo, la tasa de desempleo alcanza a la quinta parte la población
económicamente activa. Eso, sin tomar en cuenta el subempleo y autoempleo,
que en adelante serán un rasgo distintivo de la economía nacional, en un aumento sin
pausa.
Las puertas para que el proceso se desenvuelva con los menores conflictos posibles,
las despejaron en la segunda mitad de los 1970s las reformas procesales a la Ley Federal
del Trabajo (LFT), que de ese modo pierde su única parte noble, concebida a fin
de apuntalar al aparato corporativo: la garantía a los trabajadores(as) de que pueden
acceder a mejoras, si luchan por ellas o dejan que los sindicatos oficiales las obtengan
a su nombre, mediante el sistema de balanzas en el cual descansa el régimen.
El artículo 919 de la LFT determina ahora que los patrones pueden aumentar o disminuir
personal, la jornada, la semana de trabajo, los salarios, etcétera, Con ello también
los charros empiezan a sufrir y profundizan su espíritu mafioso, que a la larga se traducirá
en casi sólo contratos de protección.
¿Cómo se modifica entonces el mapa recogido en los censos? En él había unos 118 mil
establecimientos de la industria de la transformación, de los cuales alrededor de 106
mil pertenecían a la pequeña industria, cerca de 5,500 a la mediana industria, y apenas
412 (el 0.3%) a la gran industria?3
El FAT se da cuenta de lo que se avecina y un número tras otro de Resistencia Obrera,
su órgano informativo, da cuenta de la desastrosa situación y de sus orígenes.
Los tecnócratas en el gobierno acuerdan dos actos de la mayor trascendencia: el
inicio del auténtico remate de empresas del Estado, financiado por el Estado mismo,
y la adhesión en 1986 Acuerdo General de Aranceles y Tarifas (GATT, por sus siglas
en inglés), luego convertido en la Organización Mundial de Comercio (OMC), que
entre otras cosas supone terminar con la protección a la productos nacionales para el
consumo interno. Con el último preparan la firma del Tratado de Libre Comercio de
América del norte (TLCAN o TLC).
Este es el artículo de Resistencia Obrera, de 1985, sobre el proceso de privatización
de la economía:
“Resumen del informe político y de orientación presentado por el CEN al VI Congreso
Nacional
Para las fuerzas que integramos el movimiento de los trabajadores insurgentes es
claro que la crisis económica y política en la que se debate el sistema capitalista no
es una crisis coyuntural sino que es una crisis de fondo
que afecta todas las estruc-
2 El artículo se llama Los Saldos de la Modernización Industrial, y fue publicado por Sara Lovera en el número 57 de la revista La
Modernización en PEMEX, de enero-febrero de 1987.
3 Página 6 de la ponencia La política de relaciones y alianzas, que forma parte de los documentos del VI Congreso del FAT.
50 AÑOS
195
turas e instituciones de la sociedad capitalista
en su conjunto... Hoy en 1982 constatamos
que esta crisis no solamente no se ha resuelto sino que se agrava.
La situación económica nacional:
Si bien podemos hablar de un crecimiento de la economía nacional de los años 78-81,
también podemos indicar que se profundizaron las tendencias generales de desequilibrios
sectoriales, monopolización y transnacionalización de la economía y de graves
deterioros en las condiciones de vida de las clases trabajadoras.
El gobierno de JLP dijo que el país saldría de la crisis y la economía Crecería aceleradamente
y jugó con una carta: el petróleo. La caída de los precios internacionales
del petróleo en 1981 fue el primer golpe para el sueño de crecimiento sostenido; el
segundo golpe y más definitivo que lleva de nuevo al país a los brazos del fondo monetario
internacional son los acontecimientos de 1982: crisis económica, devaluaciones,
fuga de capitales, inflación, carestía y desempleo.
La economía solo pudo mantenerse en crecimiento 4 años, para entrar en recesión
casi total, con lo que se demuestra lo artificial del crecimiento.
Ahora bien, centremos la atención en las repercusiones que para la clase trabajadora
trajo este supuesto desarrollo económico de que el gobierno tanto se ufana.
El deterioro de las condiciones de vida del pueblo trabajador
Ninguna de las medidas del gobierno de JLP, ni aun la nacionalización de la banca ha
logrado evitar que en este sexenio el deterioro de los salarios y de las condiciones
de vida alcanzara el nivel más alto de la historia de la clase trabajadora mexicana. Así
tenemos qué para 1951 los salarios mínimos se habían disminuido en su capacidad
de compra en un 67 por ciento menos del que tenían en 1939 -durante el gobierno
cardenista -. La crisis económica de 1976 produce una caída vertiginosa de los salarios
y para fines de 1982, se prevé que la reducción llegará a ser de un 53 por ciento. El
pueblo vive ahora en condiciones mucho más miserable que en 1939.
Eso tiene que ver con la forma como se distribuyó la riqueza en el sexenio. El total de
lo producido en el país en 1976 e repartió de la siguiente forma: mientras el conjunto
de los trabajadores recibió un 40 por ciento, unos cuantos capitalistas se apropiaron
del 60 por ciento restante. Para 1981 la situación empeoró: el total de los asalariados
Percibió el 35 por ciento mientras una minoría burguesa dispuso del 65 por ciento.
En relación con el empleo los datos demuestran que el empleo crece en menor proporción
que el crecimiento de la economía, y lo que se está comprobando en 1982
es que muchos empleos fueron creados partir de la Irracional explotación y venta del
petróleo. En lo que va del año los despidos suman más de un millón de trabajadores,
con lo que se calcula en más de 11 millones el total de desempleados y subempleados
en el país.
FAT
196
La nacionalización de la Banca
La nacionalización de la banca y el control de cambios decretado el 1o de septiembre,
son medidas tomadas por el Estado para recomponer la deteriorada economía que ya
amenaza la estabilidad política del régimen. Se trata de reordenar el funcionamiento
del sistema capitalista afectando los intereses de una de las fracciones más importantes
de la burguesía: el capital financiero.
La banca privada con el respaldo del régimen se fortaleció hasta convertirse en el
instrumento más eficaz del capital transnacional y de los monopolios nacionales para
la fuga de capitales.
Para los trabajadores mexicanos que hemos sufrido durante seis años el deterioro
de las condiciones de vida, la nacionalización de la banca no significa de por si una
solución a los problemas de la clase trabajadora. Sin embargo, las medidas decretadas
posibilitan escenarios políticos económicos y sociales distintos en México, creándose
perspectivas que, dadas las contradicciones en el bloque dominante, pueden ser aprovechadas
para avanzar en la construcción de la autonomía de clases en el movimiento
obrero y popular, persistiendo en la lucha por conseguir mejores condiciones de vida
y trabajo y profundizar la lucha por la democracia en la organizaciones de masas.
Dentro de estas consideraciones debemos tomar en cuenta que las reformas del
Estado tienen que contemplar: la sindicalización democrática de lo trabajadores bancarios
con pleno derechos; el apoyo a las iniciativas de inversiones para la producción
básica a fin de resolver la más elementales necesidades del proletariado proporcionar
a los campesinos créditos suficientes, baratos y oportunos; el apoyo económico para
la vida popular, la seguridad social, la educación y la cultura y no indemnizar a los
ex-banqueros ni regresarle ni venderles la acciones de las empresas que dependían
parcial o totalmente de la banca privada.”
Nos interesa señalar dos subresultados del suceso. El primero es el comienzo de la
implantación de las maquiladoras tal como las conoceremos en 2010, en las cuales
descansará la producción manufacturera del país. El segundo el la conversión del sector
servicios en el dominante, por su participación en el Producto Interno Bruto y por
el volumen de trabajadoras y trabajadores que ocupa.
Nuestra organización resulta prácticamente la única en adelantarse a este último hecho
y, dentro de las empresas de capital privado, a las nuevas políticas en general. Por
ello no pondrá los remilgos de otras, a la sindicalización en el comercio, el transporte,
las finanzas y demás. Al hacerlo, encontrará condiciones propicias para un sindicalismo
autónomo cuya radicalidad recuerda los tiempos previos al corporativismo.
Por ello, a la vez, dará pasos hacia una relación con los patrones que al asegurar
la fuente de trabajo, mediante negociaciones más ponderadas, mete una cuya para
formas de cogestión. Los casos más avanzados nos parecen los de Sealed Power de
México, varias fábricas de la confección de Irapuato y la aseguradora Met Life, que
veremos en detalle.
Los dramáticos efectos de la crisis y de la punta de lanza del modelo neoliberal, evidenciarán
ya sin reservas que no puede esperarse el resurgimiento de las luchas fabri50
AÑOS
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les y campesinas. En relativa compensación, el sindicalismo magisterial y universitario y
el movimiento urbano popular no dejarán de avanzar, en diversos grados.”
En relativa compensación, decimos, pues en materia de los sindicatos en general, en
los cuales centra su labor el FAT, la ofensiva de los tecnócratas casi no tiene límite,
apelando al sistema de administración de la justicia laboral. En su caso ilustrativo, en
1987 de 16 mil emplazamientos a huelga que se presentan, apenas 174 (1.1%) son
reconocidos4.
¿Es eso lo que anima a nuestra organización a una más decidida política de unidad, que
incluya a todos los sectores?