Alfonso de María y Campos
¿Qué significado tiene el Acuerdo
Nacional de 1993 para el fomento a la lectura, y el Programa de Desarrollo y de
Fomento a la Lectura y Escritura, de 1995?
Es que estaba pasando la gente
por la escuela primaria aprendiendo a decodificar, pero no aprendiendo a leer
lo que leía, y por lo tanto no capaz de escribir lo que leía, o de escribir lo
que leía, no tenía la retención de los signos porque muchas veces la lectura se
aprende fonéticamente y por letras, deletreo, pero entonces sí se pierde
capacidad con la letras como la “H”, etc.
Se ha visto mucho en el trabajo,
después de la labor de alfabetizacón. Se ha visto que es necesario que desde al
primaria haya una capacidad lectora y de escritura mucho más grande, una
fortaleza, una destreza mucho mayor que la simple y mecánica decodificación de
signos.
La lectura es muy frágil con todo
y elementos espirituales, entonces más allá de si hay un buen proyecto como el
del Acuerdo, lo importante es que llegue a los espíritus de quienes lo van a
aplicar, que son los maestros.
Se hicieron muchos cursos de
preparación, las Salas de Lectura apoyaron muchísimo a los maestros fuera de
clase, se les dio un acervo de libros… Yo creo que en todo lugar en que alguien
como ellos está sin libros, y en todo lugar en que los libros permanecen en una
caja, se sacan, pero le da flojera al maestro, o el maestro no logra tener la
sensibilidad, pues se pierde. Entonces es una gran idea pero es una idea muy
frágil, que tiene instrumentos. Ya no hay excusa, hay libros de aula, hay más
bibliotecas, hay muchos más recursos, hay cursos de capacitación, a los
maestros constantemente, se les da puntos para su eventual ascenso de categoría
a través de los cursos, que todos esos cursos tienen este sistema de lecturas,
esta mística y esta idea de la lectura
como principal elemento para formar a la gente, pasar de la decodificación al
disfrute pleno de la lectura y de la comprensión general.
Entonces está en todo lugar en
que hay una persona que lo lleva a cabo. El proyecto continúa, están las
Bibliotecas de Aula, están las Salas de Lectura, está el aumento de
bibliotecas, está el aumento de las publicaciones privadas y públicas
infantiles… son millones, es el segmento más rápido que se implementó después
del libro de texto, porque tiene un límite y tiene un número de población; pero
es el sector que más crece más, el de la literatura infantil.
La tarea editorial de la
Dirección a su cargo en CONACULTA, no sólo es una tarea para la creación de
espacios como el Salas de Lectura.
Ahí lo que estábamos hablando es
cómo armar el rompecabezas para que una pieza actúe bien cerca de la otra,
porque el fenómeno es muy complejo y tienes que atacarlo por varias vertientes.
Primero, tienes que tener buenos libros, con buenas historias, con buenas
ilustraciones, que le creen una empatía accesible al lector de diferentes
edades y diferentes condiciones culturales; segundo, necesitas un entorno
propicio. El entorno propicio debe ser múltiple, ahí había un listado de 10
cosas que se tenían que hacer, desde que todas las telenovelas tuvieran
libreros con libros en serio y que de
repente en las historias surgiera alguien que dijera: “leí tal libro”, hasta el
hecho de que tú pudieras tener espacios para que la gente que no tiene espacios en su casa para
leer o para hacer la tarea; entonces es un ciclo vicioso, las bibliotecas son lugares para hacer las tareas, pues sí
porque la gente de clase media para abajo no tiene un lugar en su casa porque
probablemente está la televisión con sus hermanitos que no saben leer o escribir, o la mamá está planchando
u oyendo la telenovela, o está cocinando y hay ruido, entonces las escuelas
pues sí son lugares para hacer la
tarea o leer un libro, pero no nada más
para hacer la tarea, ése es el lugar de encuentro, están habitadas por muchos
personajes que no son nada más los que guardan los libros, sino los que
estimulan conocer el libro, buscar otro, que dan alternativas de lectura,
consultores en lectura, traductores de cosas, ilustradores de cosas, es decir
un espacio muy vivo.
Sería ideal hacer una librería en
el sentido, ya estaba pensada, que está bien tener una biblioteca Central, una
Biblioteca Nacional, una biblioteca eje de todo esto, pero se necesita una
continuación, no quedarse en la
Biblioteca Central que se está haciendo, sino, una serie de bibliotecas
lúdicas, abiertas. Entonces la idea era ser muy auspiciador, es decir los 10
mandamientos para auspiciar la lectura y los 10 elementos para impedir los
agentes que inhiben la lectura. Ahí está por ejemplo la radio y la televisión.
No negar la televisión, darle entrada a la televisión, pero crear también
contenidos ligados a programas. Si tú ves un programa de caricaturas, pues
debiese tener algo ligado a la literatura por obligación. Se hace en algunos
países, así como hay restricciones para que se enseñen alimentos y bebidas,
pues debería de haber opciones para que pudieras anunciar libros a otros
países, pero te meten otra cosa como juguetes o dulces.
¿Por qué no libros? Pues porque
es muy caro. Tendría que haber un estímulo para que se hiciera eso, tendría que
haber tarifas especiales, en fin, tendrías que hacer un sistema muy coauspiciador que fuera de la escuela a la
familia, de la familia a los amigos; entonces viene el club de lectores, la
sala de lectura que es un poco un club de lectura, un club de amigos con una
gente más experimentada que te forma. Ése es un factor muy importante en donde
tú tienes no la necesidad de irte a encerrar a una biblioteca a hacer la tarea,
a leer un libro por obligación, sino encontrar la lectura en un ámbito no
escolar que esto es muy importante. Que la veas en tu casa, que la veas en la
televisión, que la veas en el cine. Habíamos hecho un reel de puras escenas de
películas mexicanas donde las lecturas son poquísimas, y una de ellas empieza
tirando el libro a la basura (Nosotros los pobres ustedes los ricos).
Hay la capacidad de introducir el
libro como un objeto cotidiano, de uso normal, que no haya temor a usarlo, que
haya accesibilidad, que se use en la casa, que haya facilidad de tocarlo, de
ensuciarlo, que se respete también el libro, sino se puede respetar, no se
puede tocar. Tendrías que hacer 10 ó 15 tareas que fueran a la televisión, a
los periódicos, a las librerías, a las bibliotecas, a las salas de lectura, a
la producción, a la creación, a las ferias, a la exportación, al estímulo de
creadores, a los ilustradores, y entonces, crear un clima propicio y crear los
principales inhibidores como es la lectura por castigo, la lectura
exclusivamente por trabajo escolar, que no esté presente la lectura en la
televisión, en fin, todos esos elementos que hacen que pensar que no es
necesario, que las historias de éxito pueden pasar sin que tú , yo estoy de acuerdo en que tú no tienes
que leer para pasar por la vida, pero sin duda alguna tienes que tener historias
narradas de alguna forma para ser medianamente feliz.
Entonces en esa búsqueda de la
felicidad sí es importante conocer otras historias,, esa es la forma más fácil,
no es el cine, es el libro, sigue siendo el libro; no es la televisión, las
historias te olvidas de ellas inmediatamente. La lectura de un libro, por
difícil que sea, bueno o malo, aunque lo dejes a la mitad te acordarás de él.
Porque también por eso en los Rincones había una incapacidad de lectura
creativa, de una lectura inteligente, de una lectura mecánica, de una lectura
decodificadora. Lo que se necesita es
una lectura como forma de pensar, como vivir más allá de la decodificación para
entender el sentido e las palabras.
No es posible que haya gente que
sepa hablar y escribir y que le preguntas qué leíste y no sabe. Es importante,
hay una gran diferencia entre la gente que puede leer un libro y decirte de qué
fue la trama, pero sabes que es la
minoría de los seres humanos, del mundo. Hay mucha gente que no puede leer un
libro, hay muy poca gente privilegiada la que puede leer un libro y decirte de
qué trató. Es increíble la gente profesionista, de buenas profesiones, que lea
un libro y no sepa de qué trató, y neos si es un libro que utiliza algún
recurso más complicado de narrativa.
Entonces se vuelve más
complicado. Poder saber si están hablando en presente, pasado, si ya se acabó,
si es un flash back, si está en la imaginación del personaje, si se lo dijo o
no al personaje, si lo pensó, no saben reconocer los signos decodificadores que les dicen si el guión dice que cambia de
persona. No es fácil leer una obra de teatro, es muy complicado, casi nadie lee
teatro. Si logras dominar, leer obra de teatro, y aquí por ejemplo publicamos
teatro infantil y lo publicamos con la idea de que se represente y que se lea y
se actúe, eso porque es muy difícil leer teatro; no sabes quién está hablando,
tienes que saber las voces a quién representan, etc.
Todo eso es lo que hace que un
personaje sea más sofisticado, más culto en el verdadero sentido de la palabra,
y no porque sepa muchas cosas, sino porque puede reaccionar mejor frente a un
sinnúmero de circunstancias, puede comprender mejor el mundo que le rodea y de
reaccionar, y ahora sí de comprender, aprender y reaccionar. Finalmente siempre
digo que la lectura también es un
elemento para la soledad, para le felicidad interna espiritual, es una religión
en le mejor sentido de la palabra que te puede dar elementos de esparcimiento
muy importante y de salirte de la
depresión y de llevar una enfermedad que
te inhabilita físicamente o pasar unas vacaciones mejores, o un trayecto aéreo,
o un trayecto largo en autobús.
Son cosas valiosísimas. Yo no me
atrevo salir a un viaje sin un libro, y no siempre leo lo que me llena, y no
siempre termino lo que empiezo; hay que tener el valor de decir: “no estoy
captando, no me está gustando este libro”, pero hay mil opciones más, hay miles
de miles de opciones más, y experimentar
hasta encontrar lo que a uno le gusta como con los helados, con los gustos
sexuales o los gustos femeninos o masculinos, lo que sea. Tienes que encontrar
lo que te dice a ti más, lo que te habla a ti más. Pero para poder tomar esa
decisión tienes antes que .haber podido para por un fenómeno mínimo de
educación alfabetizadota, de contacto con el libro en medios no educativos, de
un mejor ambiente, y entonces ya puedes tomar la decisión, pero no puedes decir
que el pueblo no es lector o es lector, si no le das chance.
A mediados de los 1990 hay un
esfuerzo vinculado a la Dirección: el Seminario Internacional de Reflexión
Teórica. ¿Cambió políticas públicas?
Sí pero muy poco, pues el aparato
educativo es muy grande y muy lento para absorber los cambios. Cuando lo hace
lo hace muy bien, porque tiene una gran
cobertura, pero es muy reacio a los cambios.
Ahí hay algo que llama mucho la
atención: la continuidad de algunos proyectos a pesar de los cambios sexenales.
¿Qué tanto se avanzó en ese sentido?
Mira, el libro de texto gratuito
se ha mantenido, por ejemplo. Es una política pública de primera. Pero… Yo creo
que mientras se renueven las políticas sobre la base de continuidad del cambio,
no importa tanto. Tampoco digo que todo sea permanente, pero continuidad no
quiere decir no cambio, justamente continuidad quiere decir cambios, cambios sobre
la base de una continuidad, cambio sobre la base de algo que está atrás y que
entonces lo lees, lo entiendes, lo evalúas y ves cómo debe ser modificado para
la siguiente etapa.
Pero tienes que ser muy
respetuoso de esa antigua etapa, para poder hacer un cambio. Eso es lo que le
da continuidad. La historia es continua y de cambio. Si tú quieres romper con
el pasado totalmente creas un trauma. En la revisión de la historia de México
lo vemos mucho. Tú dices “Es que el Porfiriato fue un horror”, y pues no,
espérate, tranquilo; tuvo sus valores, tuvo sus luces y sombras. Fue una
dictadura desde luego, pero logró tales cosas. Entonces si tú no puedes ver que
el cambio que vino con la Revolución es a partir de eso, pues tampoco le puedes
entender.
Entonces viene la alfabetización
y necesitas un cambio adicional, que es la lectura, la lectura diestra, porque
de otra manera no puedes estudiar ciertas cosas. Y ahora hay ciertos problemas
en algunas profesiones porque ahora, por ejemplo, la computadora te obliga otra
vez a escribir, y es muy difícil escribir sin usar… Entonces tienes ingenieros
que son amos de las matemáticas y no tiene poder de expresión cuando tiene que
dar un mínimo texto para transmitir ese conocimiento o esa información porque
no han leído nunca nada, no saben con qué letra se escribe.
Eso es muy grave porque la
computadora ahora te está obligando otra vez a escribir, a chatear, a mandar
correos electrónicos, e inclusive algunos ya tienen un lenguaje propio, lo cual
ya caso no es necesario, no hay ninguna vergüenza de cómo escribes, y por un
lado está bien porque permite la comunicación, pero por otro lado ves muchos
errores en esa comunicación muy limitada, con un español o un inglés muy
cortos, muy reducidos en lenguaje y muy poco preciso.
Entonces eso es porque no hay
lectura. Hay gente que se vanagloria de hacerse rico, de ser feliz sin haber
leído, y qué bueno, pero sí es en la mayor parte de los casos muy necesario. Es
la gente que se saca la lotería porque se saca la lotería, pero la gente que
vive de su trabajo, de su esfuerzo, requiere de instrumentos para trabajar que
son lo libros, los materiales escritos, la computadora, y no está mal que
también se divierta con materiales no semejantes como la televisión, pero
muchas veces es una excusa simplemente para no leer porque en realidad cuando
logras meterte en una historia, en una historia, en una narrativa, pues no es la hora del programa de
televisión, te puedes quedar 2 ó 3 horas
sentado leyendo.
Gerardo Cirianni
Antes de llegar a México, desde
Argentina, dónde naciste, ¿tuviste contacto con la problemática de la lectura?
Yo venía de una experiencia
latinoamericana, digamos. Porque había trabajado en un barrio marginal en
Buenos Aires con 60 niños de primer año de primaria, con la ayuda de una chica
que estaba formándose como maestra haciendo sus prácticas. Evidentemente esos
60 niños, que no eran todos argentinos
porque había niños paraguayos, bolivianos y uruguayos, que eran los
inmigrantes en aquella época (ahora si tú vas a esos mismos barrios debes sumar
a los peruanos, los dominicanos, gente de muchas partes de Latinoamérica ),
cargaban una serie de problemas
personales y familiares, y llegaba un momento en la jornada que lo único que se
podía hacer para una dinámica creciente agresiva era treparse a un banco y decir: “Voy a contar un cuento”,
y en ese momento mágicamente la cosa se serenaba.
Eran niños pequeños de seis años, pero de repente esta relación
con la oralidad narrativa era una experiencia casi inexistente que les había
resultado muy grata y que la habían incorporado
como algo muy disfrutable y muy rica en su diversidad. Por que, por
ejemplo, los chicos bolivianos eran máquinas de contar historias, uruguayos
tenían un habla muy parecida al habla rioplatense de 40 años atrás, y los
chicos paraguayos pertenecían a un pueblo realmente bilingüe, porque allí desde
el nacimiento se hablan las dos lenguas (guaraní y castellano), salvo en
algunas regiones muy escondidas. donde sólo hablan el guaraní. Era un
laboratorio de lenguas.
¿Era frecuente que los maestros
hicieran lectura en voz alta, contando cuentos en vez de leerlos?
No, ni en Argentina ni en México.
La cuestión de la lectura en voz alta empieza como una necesidad, pero después,
poco a poco, uno como que va agregando ciertos conceptos. Y ¿qué pasa
cuándo un grupo de gente no tiene la experiencia frecuente y diversa de
relación con la lectura?, es decir, tiene una idea muy instrumental de la cosa,
de que este libro sirve para tal cosa y tiene también una idea unívoca de decir: “Este libro dice tal cosa, o sea,
lo que dice ya está ahí” y yo soy capaz o no de reconocerlo, ésa es la idea
general.
Pero cuando tú empiezas a leer en voz alta y no sólo literatura (porque
esa discusión hasta la fecha sigue existiendo), pues sí, todo está muy bien, ¿y
el texto informativo?, ¿y el texto científico?, es decir, ¿cuál texto
científico?, ¿en la primaria o en la
secundaria? Yo diría hasta en la
preparatoria.
Entonces si yo tengo un libro de
Geografía de primaria, claro que yo puedo decir: “Y el Amazonas cuando llega al
océano Atlántico desemboca con 150 m³
por segundo”, tú sabes lo que son 150 m³, mira, esto es un decir, o sea, la posibilidad de gramatizar y de entrar y de
plantear el silencio para que el otro se
interrogue o para que tú también puedas escuchar si se está dimensionando lo que está pasando, por supuesto que la literatura tiene un campo privilegiado
pero puedes hacerlo de muchas maneras. La cuestión es más actitudinal, y
cómo el lector va concibiendo todo lo
que está ocurriendo más que el texto en
sí.
De acuerdo con lo que empezamos a plantear era como una
vuelta de tuercas, que todo esto se hace
para plantear buen clima, que el placer de la lectura, todos esos fenómenos, pero
fundamentalmente se hace para que se adquiera una noción de qué es lo que está
pasando por la cabeza del lector cuando está relacionado con ese sistema de
símbolos, es decir, que los demás puedan escuchar eso, que puedan ver esa
representación que es mucho más que un acto gramático, es un concepto. Entonces
si yo voy reconociendo que leo intenciones, que leo silencios (y que esto no es
metafórico, es literal) si yo digo: “A partir de ahora, se me callan” (en un
tono elevado y más pausado), es completamente distinto decir: “A partir de
ahora se me callan”. Este tipo de cosas las empezamos a hacer con los chicos en
las escuelas, para que los maestros vieran y después discutirlas con los
maestros, de decir: “Lo que les estamos planteando no sólo tiene que ver con
que las relaciones se alivianen, sino con que se entienda de qué estamos hablando”.
Un maestro de primaria se
encuentra con condenables dificultades
para enseñar, entonces cuando alguien llega con planteamientos como el tuyo, me
parece que de alguna manera lo liberas ¿no?
Yo creo que la gente en general
siente una actitud, primero porque no
les dices: “Usted está haciendo mal esto y esto”, sino porque llegas con
demagogia, con un planteamiento que es
cualitativamente distinto: “Mire, esto que yo le digo surge de mi experiencia
como maestro (y además es verdad). El leer de esta manera con un grupo de
personas no solamente genera una atmósfera determinada alrededor de una
historia, sino que ayuda de manera natural a reconocer de qué estamos hablando
cuando nos referimos a la lectura y además usted en la medida en que lo hace va
a empezar a sentir cosas que de otra manera es muy difícil y después usted dirá
si quiere seguir haciéndolo. Es decir, aquí el problema no es sólo intelectual, es emotivo. Esto te
lo planteo porque te va a servir, te va a descargar. Esto no es darte una
responsabilidad que te va a agobiar un poco más, es una responsabilidad que te
va a quitar un peso de encima”. Y de hecho
trabajo así, porque ahora yo no difundo mi trabajo, voy a donde la gente
me llama, si me llama una institución, voy, si me llama un grupo de personas,
voy.
En muchos casos me llaman grupos
de personas y no hay nada mágico. Por supuesto que no hablo de métodos, no
hablo de modelitos, no hablo de técnicas, sí de ciertas prácticas de encararlas
y ciertas ideas para pensarlas, pero hasta ahí.
¿Cómo se llamaba el libro que
hicieron?
Hicimos toda una serie, “Actos
seguidos” se llamaba Uno, Dos, Tres, en la época de Martha Acevedo, porque
cuando ella se va se produce una crisis importante. Gloria se va, Maru Valdivia
de producción también y yo estaba ahí,
pero me pesaba porque por un lado aprecio y respeto mucho a Martha, pero por otro lado quería
seguir haciendo eso, me parecía que irme no era lo mismo. Gloria es una chica
que es antropóloga, que tiene toda una cuestión de investigación, que es
traductora, y yo soy maestro (¿y si no hago ésto, que hago?), entonces me
planteé algo más realista le iba a proponer a Martha que yo iba a
continuar con lo que estaba haciendo y si me lo respetaban pues adelante, y si
no, pues hasta ahí.
¿Qué era lo que hacías?
Daba charlas con maestros,
talleres. Una cosa que decíamos era la siguiente: “No despreciamos ninguna
posibilidad de trabajo de campo con la
gente”, nosotros necesitamos 5, 10, 20 ó 200 horas para trabajar. Le decíamos a
la gente: “Queremos llegar, mirar los libros que les han llegado y proponerles
formas de relación con los materiales (de conversación, de lectura, de
escritura), ustedes digan cuánto tiempo tienen”. Si un grupo de gente te dice: “Tengo una hora”, entonces
lo que puedes hacer es ir a charlar con ellos, si otro grupo dice: “Tengo
cuatro horas”, entonces lo podemos hacer algo cooperativo, en cuatro horas hay
tiempo suficiente como para mirar libros, leer con ellos, pedirles que lean,
conversar sobre lo leído, escribir algo, escuchar acerca de lo escrito y proponer algunas cositas muy sencillas
para que ellos puedan hacerlo a lo largo de un mes.
Estamos hablando de maestros de…
Primaria (toda), después preescolar, porque en secundaria
recién en los últimos años han llegado los libros, entonces nosotros hacíamos
estos programas de lecturas con las escuelas incorporadas al programa. Y llegó
Felipe Garrido (con un estilo muy distinto al de Martha), le planteé esto y no
solamente lo respetó cabalmente, sino que lo afianzó, lo permitió durante un
tiempo (con muy poco presupuesto, si se compara con lo que hay hoy, nada) y que
pudiéramos en algunos estados comprometer a través del trabajo de campo prácticamente a todos los maestros. Nosotros
llegamos a hacer en ésa época por ejemplo, talleres de trabajo con los maestros de Morelos que
después ellos llevaron a cabo con sus compañeros, no te hablo de miles pero sí
llegamos a trabajar con 300 personas en Morelos, un Estado que tiene menos de
10 mil maestros.
Hoy todavía la coordinadora del
proyecto de “Rincones de Lectura”,
Martha Martínez, te puede hablar de épocas. Mari Carmen Romo, de Querétaro, es
alguien también que tiene toda la historia, que tiene 15 años de experiencia, que conocen de la coordinación a nivel estatal, han
visto directivas, criterios, materiales.
En ese entonces el Gobierno de Morelos ante el impacto que
estaba teniendo el asunto tomó un presupuesto y dijo: “Estos libros que están
en las escuelas, los vamos a editar para que los maestros que están
participando los tengan para ellos”, se les regalaron los tres actos seguidos y
el otro libro. Nosotros hicimos la adaptación mexicana, los autores son unos
amigos argentinos, pero como no era una novela, yo les propuse hacer toda una
adaptación, cambiar ejemplos, acortar el curso, mantener estilo, lo hicimos y
fue fabuloso en su momento, pero hoy yo
no lo reivindicaría exactamente así.
¿Cuándo empezaste con Rincones de
Lectura?
Con Rincones empecé en 93 (o sea,
hace 12 años) un poco antes de que se transformara en programa nacional (al año
siguiente) curiosamente con Bartlett
como Secretario de Educación. Hasta ese momento los libros de Rincones de
lectura llegaban cada vez a más escuelas
primarias del país y es a raíz de eso que Martha nos solicita (“nos”
porque no solamente a mí, sino a Gloria
Elena Bernal) que trabajáramos en un material de apoyo a los libros que iban a distribuir ese
año, que era el primer paquete nacional. Paquete que llegaba a todas las escuelas,
creo que esto arranca (no tengo el dato
preciso) en el 86, pero paulatinamente va creciendo en ese año. En 94 escribimos tres libritos que se llamaban
“Acto Seguido” que eran libros para los maestros, orientando, sugiriendo formas
de trabajo con los materiales que iban a recibir, que además fue un material
muy interesante porque fue la única vez
que las escuelas recibieron cinco ejemplares
del mismo título y eso
posibilitaba incorporar a más chicos de
manera colaborativa a hacer algunas
actividades poco usuales en las aulas,
la lectura, compartir lectura en voz alta, hacer proyectos de narración y
armamos estos libros.
Una maestra de Chiapas me dijo
por correo electrónico cosas sobre estos
libros de “Actos Seguidos” (11 años
después) y comenta cómo la lectura de
estos libros favoreció una serie de reflexiones
y de cambios en la organización
de su trabajo y en el modo de encarar la lectura y en criterios para organizarse con los chicos. Es curioso porque por un
lado habla de lo fabuloso de la
escritura pero por el otro lado es un libro que tiene más de 11 años y sigue
vigente (según la impresión de esta maestra y de otras personas), cuando
aparentemente desde las voces institucionales, hoy esas son cosas interesantes
pero ya forman parte de la historia.
¿En qué sentido forma parte de la
historia?
Porque por ejemplo, yo he sabido
que muchos docentes han solicitado la
reimpresión de estos libros y nunca se
han podido reimprimir. Y te digo que no es una cuestión presupuestal porque Gloria y yo cedimos de
manera definitiva los derechos para que la SEP hiciera cuantas reediciones quisiera, de modo que yo
no gano un centavo y a la SEP no le cuesta un peso más que el papel para hacer
un nuevo tiraje de libros.
¿Cuándo fue el último tiraje de estos
libros?
Felipe hizo alguna reimpresión,
pero habrá sido en 97, 98. El argumento es que son libros que comentan una serie de títulos distribuidos hace 10, 11
años. Lo que la gente reivindica hoy en
el 2005 cuando te mandan un mail, no es
la sugerencia puntual para trabajar con X título, sino con un criterio de cómo
mirar una obra y cómo organizarse para hacer unas cosas que usualmente no se hacen y que cambian completamente la
relación entre el lector y el libro, la circulación de la palabra de la gente en un grupo, etc. Eso es el
libro, el libro no plantea actividades
secuenciales: “Haga esto”, “haga lo otro”, sino que son bloques donde se
sugieren cosas y se dice: “¿Quiere hacer una?.Hágala”; ¿quiere hacerlas todas?,
hágalas”, ¿Quiere hacer primero ésta o tomar un pedacito y reunir ésta
actividad con otra que está para otro libro?”. El libro está planteado como un
un rompecabezas que se puede mirar de muchas maneras.
¿Qué experiencia tenían ustedes
dos, antes de llegar al libro?
La historia de Gloria y la mía
son muy distintas en el sentido académico, o sea, Gloria es una persona con una
formación mucho más sólida que la mía a ese nivel. Yo soy maestro de educación
básica formado en Argentina, estudié en la escuela (en ese entonces para
varones) “Mariano Acosta”, es la escuela
donde también se formó (mucho antes) Julio Cortazar, que fue maestro de
esa escuela. Y lo que hacíamos era lo
único que sabíamos hacer, trabajar en las escuelas primarias dando clase.
Por motivos políticos tuve que
abandonar Argentina en el 76 y vine a México. Al llegar lo único que se me
ocurrió fue buscar apoyo de colegas argentinos (que estaban también
exiliados) que me conectaron con el medio educativo. El problema fue que
yo era argentino, como extranjero y mucho más recién llegado era muy difícil
trabajar en escuelas primarias, hay una serie de impedimentos de carácter
administrativo y político, era imposible
trabajar en el sistema educativo
público. Entonces lo que hacen es
conectarme con la educación privada, en
donde uno trabaja y otro firma, por
ejemplo, yo soy Susana López (risas).
Yo desde Rincones de Lectura
aprendí muchísimas cosas, abrí los ojos de lo que significa la producción de un
libro. Lo que más aprendí fue a darme cuenta que a los problemas lingüísticos
culturales se sumaba otra cuestión muy clara y es la gran dificultad que hay
dentro de lo que hoy es la realidad en México, de que la gente no solamente puede ser
escuchada sino reconocida en su
producción, es decir, mi experiencia ha
cambiado mucho. Por ejemplo, en la
orientación y el criterio con el que se
define, ¿Por qué se va a distribuir este
libro? Ha cambiado mucho, es una polémica complicada y no tengo fundamentos. A
mí personalmente me da un poco de nostalgia y lo que no ha cambiado es la
posibilidad que las instituciones confíen en la producción de las personas y yo
creo que esto es más antiguo que la Secretaria de Educación Pública, que un
programa de lectura. No se da oportunidad a la gente de que con los recursos que tienen empiecen a realizar proyectos
propios ,entonces están todo el tiempo
sometidos al dictamen de los expertos y esos nunca pueden echar raíces
en las comunidades porque no están para eso.
Lo que me pesa es el discurso
descalificatorio de la conducta de los mediadores (así se les llama ahora)
básicamente los maestros, los promotores de lectura , sus incapacidades, sus
negaciones, sus imposibilidades, sus mediocridades, esto es un discurso
agobiante. Es verdad que uno camina y encuentra una cantidad de limitaciones
tremendas, pero es verdad que cuando uno encuentra personas con capacidades pueden ir construyendo cosas y
nunca tienen el reconocimiento serio para que se hagan cargo de eso, y entonces pasa que en 20 años de proyectos modernos
son ocho, diez ó quince sujetos y es un
desastre porque hay 100 millones de habitantes en este país, no es Belice aquí tendría que haber miles de personas con quien hablar.
A mí me encantaría que el
presupuesto cambiara .Yo tengo un gran amigo profesor de Chihuahua que se llama
Miguel Valdés Aguirre. Es un tipo notable, de origen popular que nace y crece
en una colonia ridícula de Chihuahua y con mucho esfuerzo logra ser profesor.
Es un hombre que tiene criterio, desarrollo de escritura y esta coordinando un
proyecto que nació con tanta dificultad y no está reconocido como debería
estar.
Eva Janovitz
Participaste en el proyecto “Leer
de la mano de papá y mamá”, ¿verdad?
Sí. Es un proyecto que está coordinado por el CERLARC y
CONACULTA. Había que tener una sala de lecturas con papás y niños pequeños
menores de seis años. Lo que hice fue no sólo tener una sala… era una locura,
porque el proyecto tenía que desarrollarse en un lugar altamente marginado.
Entonces lo que hice fue armar una sala de lectura itinerante en Oaxaca y otra
muy sui géneris con papás que fueran maestros
pero que tuvieran hijos de seis años y menores.
Después de eso he dado muchos
talleres con padres y niños muy pequeños. Lo que pasa con ellos es sorprendente
y todo mundo se da cuenta en cuanto ve a un niño de ocho meses que abre
perfectamente un libro, que le da la vuelta a las páginas con una agilidad
absoluta; que sabe cómo colocar un libro que pesa y verlo. Pero para mí lo más
impresionante fue lo que ocurrió con los adultos, y por eso es un trabajo que
he mantenido hasta ahora, porque creo que la relación familiar se transformó
radicalmente cuando los libros empezaron a formar parte de la vida de la
familia.
Te puedes imaginar que las
primeras interesadas en participar fueron las mujeres, que en esta etapa
representan muchísimo en la educación y en la crianza de los hijo. Asistieron
pocos papás hombres. Era la mamá la que quería la experiencia para sus hijos, y
les costó un poquito de trabajo convencer a los papás. Los papás que
participaron cambiaron totalmente. Lo hicieron para sí. Según fue transcurriendo el tiempo los veías tirados
encima de las colchonetas leyendo libros no para sus hijos, sino para ellos.
Las relaciones familiares se
transformaron no sólo porque el papá incursionó en algo que no formaba parte de
sus saberes o quereres y de pronto la experiencia le dio elementos para conocer
de una manera más profunda a sus hijos. Se dio cuenta y descubrió cosas de sus
hijos que nunca imaginó. Entre ellos empezó a haber canales de comunicación más
abiertos y también más profundos. De pronto mirarse a los ojos e intuir lo
mismo, querer leer lo mismo, irse también. Sigo muy impresionada por esos
hallazgos, porque pienso que en culturas como la nuestra o en sociedades como
la nuestra, donde a los adultos les cuesta mucho trabajo la relación con los
niños, el libro se convierte en un mediador maravilloso, que abre posibilidades
de acercamiento.
¿Formaste parte de la Red de
Animación a la Lectura, del FCE?
Sí. Entre las cosas que hacía la
Red había un programa de talleres permanente y yo tenía un taller que daba dos
o tres veces al año, que se llamaba Canasta de Cuentos y Mucho Más, que es una
experiencia de lectura con los más pequeños. Había dos modalidades: una de
compadres y niños y otra para formar personas que trabajaban con niños menores
de seis años. Hacíamos muchas. la revista, los Seminarios Internacionales…
¿En que año se creó?
En 1994 ó 1995. Fue un proyecto
muy interesante, porque nosotros en las editoriales creemos que hay una
asignatura pendiente. Las editoriales se cuestionan si les toca hacer promoción
a la lectura o simplemente les toca hacer libros, y en aquel entonces,
dirigidos por Daniel Goldin, pensamos que las editoriales tienen un compromiso,
y yo lo sigo pensando. Tienen un compromiso con la formación de lectores, no
solamente con la producción de libros, en muchísimos sentidos.
Ahora tengo toda una discusión
con los vendedores de los libros, porque les digo que llegan sólo a los lugares
donde vendieron, y que abandonan los que en principio no hicieron compras.
Nosotros pensábamos en aquel entonces: No nos interesa tanto que nos compren
ahora, sino que se lea, porque el leer significa requerir más después.
La Red y las colecciones
infantiles del Fondo eran un trabajo muy, muy noble. Entendíamos la colocación
de libros no como una venta, sino como un servicio, y eso significaba pensar
mucho en el otro. Construíamos propuestas para cada lugar, para cada
biblioteca, para cada escuela, para cada familia… Y a eso le llamábamos de una manera
muy rimbombante “el traje a la medida”
¿Cuál dirías que es el estado de
la lectura en el país?
A mí me da mucha risa cómo en
México todo mundo se siente muy humillado porque en los estudios que muestran
que tenemos un nivel bajísimo de compresión de lectura. Porque he trabajado en
El Salvador, en Nicaragua, en Guatemala, en Costa Rica, en Honduras, y bueno,
son países que tienen condiciones impresionantemente peores que las mexicanas,
y hay otra valoración. Vi en El Salvador, después de la guerra, a la gente
haciendo cola para entrar a una biblioteca pública. Me impresionó muchísimo, y
cuando entré me di cuenta que eran los libros del Consejo, que eran las
donaciones que habíamos mandado de México.
No me creo este cuento de que los
mexicanos leemos menos de un libro al
año y de que estamos en último lugar de compresión de lectura. Me parecen
estadísticas que, bueno, uso encantada cuando voy con los papás, pero no más.
Michele Petite, por ejemplo, que es una investigadora sobre prácticas de
lectura en Francia, se fue al centro de la ciudad de México y llegó
impresionada de cómo está vivo. Veía a
gente sentada atendiendo el puestito de papel picado y amated, con revistas,
leyendo algo. Está bien, no son libros, son Memín Pinguín.... Yo también creo
que en México se lee más de lo que se dice, que hay una serie de prácticas de
lecturas que no reconocemos como tales. Súbete al Metro y mira a la gente. No
es un espacio de conversación, es un espacio individual, para mucha gente es un
espacio muy íntimo, y ves un libro.
Si te metes en una discusión de
si estos libros de desarrollo personal son o no son lo que más se leen, no lo
sé. Lo que te puedo decir es que la gente está leyendo. Creo que en México no
valoramos lo que tenemos, en un doble sentido. Cuando voy a las aulas, muchas
veces me toca sacar por primera vez los libros que se les envías. Ahí están, en
el salón, pero los maestros no los han sacado. Y después de que trabajo con
ellos, descubren el potencial que tienen en ese material.
Roberto Pulido y Carmen Ruiz
R. P. El año 85 entro a la Universidad Pedagógica Nacional a hacer una Maestría y
empiezo a investigar sobre la historia de la lectura en México y dedico cuatro
años, hago investigación sobre fomento a la lectura, quiénes trabajaban en ese
entonces (no está terminado). Y me encuentro que el Colegio de México
paralelamente estaba haciendo una
investigación más descriptiva en el terreno general y yo estaba con una visión
más a la educación. Después de esa época formamos un grupo aquí en la Universidad
a finales de los 80´s y principios de los 90´s, ya un grupo dirigido a
fomentar la lectura, dirigido a entrar
en las escuelas, porque paralelamente del 68 hasta los 90, dimos una lucha muy
fuerte para que se abrieran las escuelas. El sindicato como parte del grupo de
control de sindicato no permitía que se
abrieran las escuelas y menos que se dieran propuestas educativas porque tenían
mucho temor de que se organizaran los maestros.
¿Cómo incide el corporativismo
sindical en la enseñanza de la lectura?
R. P. Ésa es una de las causas de
que los maestros lean poco literatura, leen muchas cosas de lo que les llega
oficialmente, de los trabajos de los niños, mucha actividad de una lectura que
no es placentera, pero aunque las
autoridades no lo quieran reconocer hay una cultura poca para comprar libros,
para leer novela, para leer libros sobre ciencia, para intercambiar libros con otros maestros. Eso
ya lo tenemos muy documentado y publicado nosotros en estos 14 años de trabajo
muy directo. Dimos una lucha por más de 20 años para que se abrieran las
escuelas, primero para que se organizaran los maestros, para que hubiera una
democracia y para el país era una necesidad. Desde el 68 a mí me marca esa época y el en 71 logramos organizar a los maestros, formamos
la coordinadora, el trabajo académico, pero la política le gana a lo académico.
Siempre buscamos alternativas pedagógicas que los
maestros construyeran. Fue un trabajo de muchos años hicimos varios congresos
en Chiapas, Oaxaca en fin, en esos años había
peligro, tan sólo en Oaxaca entre los años 70´s y 80´s hubo más de 80 maestros muertos. Se dice fácil, por eso
es terrible.
Nos formamos de esa manera, era
una línea muy importante: abrir espacio en las escuelas, donde los maestros
tomaran decisiones y participaran en hacer propuestas curriculares de cambios
de programas, para generar una autonomía dentro de las escuelas. Porque todos
estos años a los maestros se les dictaba y se les imponía el currículo formal, oficial. A parte el
control sindical era muy fuerte para los préstamos, un control terrible, y
afuera en la sociedad teníamos un control tremendo sobre las elecciones, que
eran una farsa, que no había una real democracia. No quiere decir que ahora ya
estamos en otro momento, en la gloria, pero ahora las escuelas están más
abiertas, ahora ya son más sensibles los maestros por lo menos en los lugares
donde trabajamos nosotros. Nos cuesta trabajo, pero ya no son cuestiones de
represión sino de cambiar la
cultura no sólo de las autoridades sino
de las prácticas de los maestros, nuestro trabajo de 14 años para acá básicamente está en Oaxaca.
Prácticamente tenemos ya formadas
redes de maestros ahí y en el D.F, buscando una autonomía, generando propuestas
innovadoras de lectura. Por ejemplo, a principios de los 1990´s, en que pudimos
entrar a las escuelas con propuestas, generamos las bibliotecas de aula. Era
importante que los maestros adquirieran libros para su biblioteca, lo cual el
gobierno hace cuatro años ya lo implementa, espacios para la lectura antes no
se permitía, ahora ya, hay muchas alternativas para que los maestros entren a
todas estas propuestas.
¿Cómo se fueron creando estas
redes?
C. R. Es toda una parte de la
historia de Roberto. El proyecto que venimos desarrollando desde 1991 (que está
registrado en la Universidad Pedagógica
Nacional), que se llama “Lengua escrita, la alfabetización y el fomento
a la lectura en educación básica”, lo conformamos en ese entonces cuatro
maestros: Roberto, Xochitl Moreno de Hernández, Rigoberto Gonzáles Nicolás y
yo, Rigoberto y yo éramos maestros de primaria, Roberto y Xochitl ya trabajaban
aquí en la Universidad.
Empezamos a hacer un trabajo
articulado, nosotros en nuestra zona escolar trabajábamos en Cerro de la Estrella (en Iztapalapa) y empezamos
a trabajar talleres de lecturas con maestros, identificando que había problemas
muy fuertes en relación con la escritura y la lectura. Paralelamente Xochilt y
Roberto trabajaban una propuesta para el fomento a la lectura, coincidimos y
empezamos a armar un proyecto en conjunto
y digamos, nuestras primeras intervenciones se dieron en Iztapalapa, y
empezamos con talleres de lectura que duraban 40 horas cada taller y
cambiábamos de zona escolar.
Posteriormente a raíz de los
talleres surge la demanda por parte de los maestros para que generáramos un proceso más continuo
de formación con ellos, y así surge el proyecto de formación de maestros para
trabajar la lectura y dura dos años en
donde se les da un acompañamiento. Ahora en Oaxaca, cada mes, en aquel entonces
trabajamos cada quince días.
¿Qué zonas cubrieron?
C. R. Ahí en Iztapalapa fue la
zona escolar número 54, Cabeza de Juárez
y Cerro de la Estrella, lo que es San Miguel Teotongo, Santa Martha Acatitla
(que es el sector noveno). En 1994 trabajamos en Oaxaca y ahí empezamos a
desarrollar el trabajo con el CEDES (Centro
de Estudios de Desarrollo Educativo) de la sección 22). El proyecto ha
estado marcado por maestros que están en el trabajo político sindical. El CEDES
es una instancia de la sección 22 que intentaba desarrollar proyectos
pedagógicos.
En aquel entonces estaba
coordinado por el Profesor Adán Jiménez Aquino, que hizo un trabajo muy
interesante tratando de recuperar la
materia de trabajo a través del sindicato, y empezamos a trabajar con maestros
de primaria, se abrió una convocatoria y acudieron, y así se genero el proyecto
en Oaxaca.
En el CEDES trabajamos cuatro años y después fuimos a una
zona escolar que está en los Valles (a
dos horas de la ciudad de Oaxaca) y ahí empezamos
el primer proyecto con todos los maestros de la zona escolar, que eran más o
menos 80 maestros, en ese entonces el supervisor era el Maestro Mendoza quien
en los inicios de los 90´s fue Secretario General de la sección 22. Termina su
gestión y regresa a ser supervisor y juntos empezamos a impulsar el trabajo
pedagógico , en esa zona había un alto índice de reprobación (más del 50%)
porque había una visión de practicas, de enseñanza, de lectura muy
tradicionales. Si los niños no leían de
corrido, no pronunciaban bien, si se equivocaban, si se comían letras… eran
niños reprobados, niños de primer grado. Quien ejercía la evaluación, era el quipo técnico de
supervisión, y cuando nos dimos cuenta hablamos con el supervisor y reconoció
que las formas que usaban no eran las
correctas y se hace a un lado para que nos hiciéramos cargo del proyecto y él
se convierte en gestor, tuvo la capacidad de cambiar.
¿El trabajo en los Valles fue de
cuatro años?
C. R. Aquí en Totoloapa estuvimos
dos años (del 98-2000) y se quedó coordinando Luisa Gutiérrez y sostiene el
trabajo otros dos años y empiezan cambios muy importantes, entre esos
sí logramos que los niños desarrollaran el gusto por leer y escribir, los niños
de ésa zona son niños lectores.
Rigoberto está haciendo su tesis sobre los avances que tuvieron en la lectura y
sólo contaban con una biblioteca (que ya se ha enriquecido), pero a raíz de que
se empieza el proyecto, los maestros empiezan a
comprar libros y fomentar la lectura.
El trabajo originalmente era con
maestros ¿pero ya no es sólo con ellos?
C. R. Nosotros trabajamos con los
maestros para que ellos trabajen con les niños, hay un acompañamiento
permanente y vamos a las comunidades a trabajar directamente en aulas con los maestros, niños que han podido
formarse alrededor de estos cinco años son niños que han tenido contacto con
bastantes libros. La editorial que usamos mucho fue del Fondo de Cultura y poco
a poco ingresamos Alfaguara, Serrés. Son niños con capacidad de
seleccionar cuentos y los niños han avanzado de leer cuentos a leer libros de contenido
científico (en primaria).
¿Quiere decir que se está pasando
de un panorama de más del 50% de niños reprobados, a un panorama de niños
lectores?
C. R. Si, y no nada mas de
cuentos sino de ciencia, se dieron innovaciones muy grandes y fuertes, es
decir, de haber prácticas evaluadoras que reprobaban a los niños porque tenían
una visión muy tradicional de evaluación
de los procesos de lectura y escritura, pasamos a organizar espacios culturales donde los niños
convivieran con la lectura y escritura. Ya no se aplicaban evaluaciones con los
niños de primero, al final del ciclo
escolar se organizaban encuentros de lectura. Entonces empezamos a construir espacios
de cultura escrita donde también
pudieran intervenir los padres de familia, no sólo maestros. Organizamos ferias
de la lectura en zonas rurales en donde jamás ha existido algo así.
¿Qué más espacios permanentes de
lectura consiguen crear en la comunidad?
C. R. Se ha logrado penetrar en
los hogares a través de los niños. Tenemos casos, testimonios de cómo niños que
se han formado han ido enseñando a sus hermanitos pequeños. Tenemos el caso de
una niña que empezó a enseñarle a leer a su mamá. Además los padres les
solicitaban a los niños que les leyeran los cuentos que se llevaban a casa, fue una
incidencia de la escuela hacia las
familias. Y eso nos pareció muy
importante porque generalmente no se proyectan
ese tipo de situaciones.
¿Cómo se consiguen los materiales
para los padres de familia?
C, R Los libros que han llegado a las aulas
son muchos, antes con los libros de Rincones, ahora con los de
bibliotecas de aula, pero también un
gran acervo. Los maestros han
adquirido algunos, ellos han puesto de
su salario para conformar estos acervos de libros.
R. P. Lo que hacemos es enamorar
a los maestros. Es como nuestras
historias de lectores, cómo nos encontramos con la lectura y cómo
creemos que cambia nuestras vidas, es una apuesta a la democracia a la
igualdad. Aunque la Universidad aquí no nos da
mucho apoyo tampoco nos pone muchas trabas, entonces tenemos esa
libertad.
Ir a las zonas rurales más pobres
que podemos acceder en Oaxaca o en Iztapalapa, las ferias se convierten en la
posibilidad de igualdad, de encuentro con los libros. En las comunidades
rurales no hay librerías, de hecho en la
Ciudad de Oaxaca hay muy pocas, entonces
se llevaban 30, 40 toneladas de libros donde
vivían 800 personas. Esa cantidad de
libros era porque la proveedora era una librería muy grande que fue construida
por un maestro que apoyaba (hoy parece
que ha cambiado un poco porque los hijos han entrado) haciendo trípticos a los
maestros, carteles. Él publicaba sus
libros, es una librería típica, uno puede encontrar ahí muchas
producciones de campesinos, de investigaciones, de antropólogos, de poesía
regional, que en otras librerías no se haya (creo en ninguna parte del país),
se dedicó a estimular la producción de materiales muy sencillos pero
interesantes.
El maestro Erangelio que había
sido dirigente de la sección 22 y tenía muchos conectes, logra (cuando hacemos
ferias con él) decirle a los diferentes grupos políticos tanto del PAN, PRI,
PRD acerca de ésto y nos da camiones y camionetas, porque las ferias se
concentran en un lugar digamos 1,500 o 2,000 habitantes pero alrededor hay
muchas comunidades y los todos los niños que pueden vienen y entonces se hacen
ferias de tres mil personas.
Lo que se busca es romper con la
tradición escolar de que la lectura y la escritura sólo se pueden hacer en ése
templo. Y logramos romper con esa
concepción de la lectura y lo hacemos dentro y fuera de las escuelas. Se hacen
más de 50 talleres donde los niños
pueden optar por el que más les guste y el que está mejor pues ahí ves a los
niños formados. El maestro que hizo un taller no tan bueno, pues a la próxima
se prepara porque la presión de los niños es importante. Hay actividades de
obras de teatro, títeres, o sea, los libros se presentan en diferentes
contextos, en diferentes formas, inclusive puestos por los mismos niños, hay
obras armadas por niños y maestros que
son espacios verdaderamente construidos.
En Totoloapa generamos una
cultura de la compra (aún siendo muy pobres), los niños venden leña, naranjas, lo que tienen,
juntan 10 centavos, un peso y como la
feria la preparamos con meses, tienen la oportunidad de comprar el libro que les gusta porque les vamos acercando los libros en
diferentes formas y entonces ven un libro que es muy padre y dicen: “¡Ay!, yo
lo quiero tener”, aunque esté en la biblioteca de aula. Y uno puede ver cómo
los niños hacen sus propias producciones en una radio comunitaria y la maestra
los lleva a leer, se hacen propuestas por
los maestros y hemos podido generar una revista que la financia la Universidad
en donde los maestros escriben sus experiencias. A los niños les publicamos sus
producciones. Nosotros publicamos un libro en el 96 que se llama: “La letra con
gusto entra” y ahí publicamos los textos
tal como los niños lo escribían, no lo
arreglábamos, ni la maestra, ni el niño para dar cuenta de los procesos que se
viven con la escritura. Esto marcó como una nueva etapa inclusive en el diseño
en México porque ya sabes que hay que hacerle corrección de estilo, de diseño,
de ortografía, y les decíamos: “No,
porque en las aulas se dan cosas reales. Así escriben los niños”.
Nuestro trabajo está dirigido
básicamente a los maestros, pero siempre nos tocan los niños, siempre estamos
con ellos. Cuando visitamos las comunidades y estamos con los maestros
trabajando, damos un diplomado que dura dos años, los estudiantes pagan y
nosotros tratamos de regresarles todo lo que nos dan en talleristas, en
materiales y de ahí salen muchas cosas
para hacer las ferias. El Gobierno de pronto nos apoya, ahora ya está muy
sensibilizado y nos prometen que nos van a apoyar, pero la última Feria el
Gobierno de Oaxaca nos quedó a deber $40 mil. Nosotros hemos logrado generar un
Fondo con los maestros y con estas redes. Las Redes de Maestros Autónoma ha
generado sus propias iniciativas y ésto te permite no tener las trabas del
director, de los supervisores.
¿Sigue siendo una traba?
R. P. En Oaxaca es terrible la
cuestión sindical, o sea, hay un trabajo democrático entre el sindicato, pero
hay unas prácticas muy autoritarias generadas por la tradición precolombina y
colonial, toda esta forma priísta de esos 70 años, también hemos ido rompiendo
poco a poco esto por medio de los niños y los padres (que al principio se
oponían y querían que los niños hicieran
planas, que los pusieran a sumar, que les hicieran dictado). Las zonas que
hemos trabajado han sido difíciles para cambiar esta concepción, pero ahora ya
han cambiado los programas y hay muchos incentivos del gobierno para hacer
más placentera la lectura.
¿Qué tipo de incentivos?
En Oaxaca por ejemplo, se habla
de: “A leer todos”, se hacen programas en televisión, los programas están con
una línea que se llama: “Regazo literaria”, manda los libros de literatura,
están más abiertos a apoyar las ferias
de lectura, que por muchos años las hemos hecho autofinanciadas, hoy
parece ser que quieren financiar, nosotros planteamos en el año 96 que los
maestros se formaran en colectivos y que estos colectivos hicieran
investigación. Hoy el gobierno de Oaxaca
quiere ahora capacitación y están abiertos porque se han dado cuenta que
han habido muchos fracasos, le han metido muchos millones a la formación de
maestros y se han olvidado de los maestros, les mandan programas, libros, les
mandan un curso al año (que es imposible).
La idea de los colectivos, los
maestros y las redes es que los maestros se autoformen, que haya más recursos,
que el maestro decida cómo y cuándo utilizarse, eso fue por lo menos una lucha
de 20 años y ahora vemos que están ocupando nuestros materiales, nos invitan a
ver que se han hecho en las ferias de los pueblos. Ahora vamos a hacer una
feria en la Mixteca (en Oaxaca) conjunta con el gobierno y con una fundación,
con las redes de maestros y la propia universidad a ver como nos funciona y
estaban planeadas 10 ferias, se intentan recuperar los proyectos que hemos
trabajado.
¿Cómo conforman las redes?
C. R. No es fácil generarlas a
raíz del proyecto que llevamos. Todos los maestros que formamos quedan muy sensibilizados, es decir, los
encuentros de niños, las ferias de los libros y sus lectores en las comunidades
rurales, son experiencias que los maestros no habían vivido, el ver la pobreza
y como el pueblo da todo lo que puede como hospedaje y alimentación a todos los
que vamos. Entonces el ver la capacidad
de entrega de las comunidades ha hecho de esto espacios muy formativos. Los
maestros que viven estas experiencias (a lo largo del 94) son maestros que por
voluntad propia han querido
participar y continuar en este proceso,
ellos son quienes conforman las redes.
¿Ustedes les plantean de origen la propuesta a los
maestros?
C. R. Si, nosotros inicialmente
empezamos trabajando la formación por
medio de los colectivos cuya intención era construir alternativas pedagógicas y
nos dimos cuenta de que todo se quedaba así, en colectivos, que no iba más allá.
Empezamos a reflexionar sobre la
formación de redes y esto fue gracias a
vínculos que tuvimos con maestros de Colombia. En Colombia desde los 80´s se
dio un movimiento pedagógico muy fuerte, actualmente sigue pero con una visión
muy distinta, ahora ha tenido una gran capacidad de organización de maestros que se conforman en redes, en
anillos, hay una gran variedad de
formación voluntaria. Esto nos dio luz sobre lo que estábamos pensando y seguir
trabajando en redes.
¿Cómo fue el contacto con Colombia?
R. P. Lo de las redes en América
Latina siempre ha estado muy presente. Nosotros trabajábamos políticamente en
los años 80´s, nos conectábamos con un movimiento pedagógico porque sabíamos
que en Colombia se gestaba eso. También en Perú, en Argentina. A principios de
los 90´s intentamos un vínculo pero no logramos contactarlo, fue hasta el año
92, 93, cuando voy a una feria.
Ya teníamos una organización de promotores de lectura
con Martha Asturias, Marisol Shurtz,
Gerardo Méndez y otros que nos juntábamos a principios de los 90´s. Se hacía
un programa en Guadalajara, éste estaba
conectado con grupos a nivel internacional
y los colombianos eran los más interesantes, ahí conocimos a Yolanda Reyes. Tuvimos un trabajo muy fuerte,
de hecho dimos el diplomado en Venezuela
con el Ministerio de Educación y
ya con la idea de formar más colectivos nos conectamos con Colombia invitamos a
Martha Cárdenas que había sido una dirigente
del movimiento pedagógico.
El trabajo sindical fue tan
fuerte como el pedagógico, en México no permitió mucho avance. Desde el 94 a la
fecha tenemos un contacto muy fuerte de hecho en octubre tenemos un congreso de
lectura en Oaxaca y vienen varios países, vienen muchos Colombianos (si logran
darles su visa), vendrán más de 100 maestros que trabajan en lectura en sus comunidades, de nosotros vendrán 300.
Hemos construido una concepción de red y decimos que pasa de una red de
telaraña a una red de pescador.
¿Cómo se construyen las redes?
R. P. Bueno la construcción es
bastante complicada porque es entre los sujetos
y nos ha costado muchos años, a finales de los 90´s principios del 2000 planteábamos una red sin
centros. Una red es el intercambio
de los sujetos a través de las
necesidades y de sus inquietudes, intercambiar con otros. Entonces un maestro
en una escuela no puede
intercambiar y no puede generar
propuestas porque no quieren cambiar,
porque quieren firmar, dar su clase e irse. El maestro que sí tiene
inquietudes, busca a otro maestro o nosotros buscamos que se vinculen (por
correo electrónico, seminarios, congresos o diplomado) para que intercambien
problemáticas y entonces los vamos relacionando a través del tipo de niños que tienen (sordo-ciegos, niños migrantes), en un
principio todas las redes se centralizaban en el Ajusco, todas dependían de
ahí.
Fuimos cuestionando eso como una
telaraña en donde se centraliza
todo, fuimos concibiendo en formar
pequeñas redes con nudos o nodos , lugares donde el maestro se juntan, 4 ó 5
grupos colectivos que se reúnen una o dos veces al mes, plantean
problemáticas, intercambian correspondencia de niños, se prestan libros, en fin
hacen cosas interesantes, hacen ferias y no tienen que pedirle permiso a nadie,
ni al director de la escuela, ni al supervisor , sólo a los padres de familia ,
a los maestros, para poder hacer
propuestas. Un maestro de Totoloapa por correo puede comunicarse con Brasil y
con Colombia, ahora tenemos contacto con Chile, estamos intentando hacer una “América para los americanos” en terreno
concreto.
¿Cada red tienen un nombre?
R. P. Sí, puede ser. Por ejemplo,
está la red de Totoloapa, la red de Totohuaz, la red de Monclava, es decir, se
van dando nombres a las redes dependiendo
de cómo se conforman. Se organizan en pequeños nodos donde se congregan,
ahora pueden estar en contacto maestros de aquí del D.F, de Iztapalapa, de
Oaxaca, de Brasil, intercambiando el mismo tema. Esta red, ya se concibe sin
centros, puede haber una gran cantidad de centros de innovación, de construcción, a este
encuentro en octubre le llamamos “Intercambio de Pensamientos”.
¿Y han ido desarrollando temas
específicos?
C. R. Hemos empujado mucho el
trabajo de la lectura en Oaxaca con los profesores, lo mismo hacemos en
Monclava, en Michoacán. Tenemos trabajo en Oaxaca y algunos maestros de estos ya trabajan en redes, es decir, un maestro no es
exclusivo de una sola red, puede estar
en varias. Hay maestros que están
también en una red de otros Estados que es la TBES (Transformación Básica desde la Escuela),
que abarca 6 ó 7 Estados y hay variedad de temáticas, la que está
tomando fuerza es la lectura porque ya somos
tres Estados que estamos
moviéndonos, pero hay quienes trabajan
matemáticas, historia.
En Zacatecas
institucionalizaron las redes, las
decretaron, han vivido otros procesos
distintos. En esta red hay diversidad de temas y aparte así como los de Oaxaca estamos vinculados a otra Red
Iberoamericana (que existe desde el 99)
en donde participa Colombia, Venezuela, Brasil, Perú, México y
España.
¿E s a través de un organismo?
C .R. No, y no es exclusivo de
lectura. Uno de los propósitos de ésta
perspectiva que implica todas las redes
es que los cambios los podemos hacer los
maestros desde las escuelas, del trabajo cotidiano y desde aquí se pueden
originar alternativas pedagógicas y que
los maestros a lo largo de su experiencia
y formación van construyendo saberes pedagógicos valiosos
parar generar esos cambios.
Entonces aquí hay una
reivindicación del maestro como sujeto
del saber y como sujeto político porque
en el momento en el que está generando
alternativas, está incidiendo
también en una política educativa
desde abajo. Esta Red Iberoamericana cada vez va tomando más fuerza.
¿Se opone el aparato formal de la
Secretaria a esto?
C .R. No, porque en esta red
participan maestros de forma voluntaria.
Por ejemplo, a Brasil fuimos una delegación de 20 maestros de México, de
Sinaloa, de Oaxaca, del Distrito Federal y del Estado de México, y la gran
mayoría se lo pagaron con sus recursos;
además fue en periodo vacacional.
¿Qué papel juega la revista?
R. P. Surge de esta perspectiva
del trabajo con profesores en donde planteamos
que los maestros son sujetos de saber y lo que empujamos mucho es a
que escriban sus experiencias, y estas
cobran sentido por medio de que otros maestros a través de leerlas logren
recuperar elementos para su propio trabajo.
De hecho, cuando un maestro lee una experiencia de otro maestro resultan textos altamente significativos porque está encontrando cosas que le da luz para trabajar
con los niños.
¿Qué encuentros y desencuentros
hay entre una zona de Oaxaca y una de Iztapalapa?
R. P. Hay diferencias culturales,
pero en el trabajo pedagógico hay mucha
identificación. Obviamente, no es lo mismo un maestro de una zona rural a un maestro que trabaja en la Ciudad, las
dinámicas de trabajo son otras. Pero las
problemáticas sindicales, laborales son muy parecidas. En América Latina
el salario de los maestros es casi el mismo en muchos países, nosotros que hemos tenido la oportunidad de tener contacto con
otros maestros de diferentes países lo
hemos visto. Por ejemplo, un maestro brasileño, colombiano, gana algo
parecido a un maestro mexicano. Es una política educativa laboral muy parecida
en los países, no es exclusiva de uno,
entonces sí hay estos encuentros que permiten
construir pensamientos y generan
identidad, construir
planteamientos pedagógicos.
¿Ustedes dirían que se desplaza
la inquietud política tradicional hacia
este tipo de inquietud política pedagógica?
C .R. Sí, creo que hay una parte
que tengo pendiente escribir, por ejemplo, en Totoloapa y en todos los lugares
hay una historia política por transformar porque los libros son transgresores. Porque nosotros a principios de los 90´s empezamos con los libros de literatura, los
niños se empezaban a parar y empezaban a opinar, a imaginar, a escribir cosas.
Entonces vimos que la primera reacción
era que transgredían las normas
escritas del aula, y el maestro
me dijo: “Yo tuve que ir con el terapeuta porque no sabía que hacer, me rompieron el esquema”, ya tenía 30 años de servicio, ya
se iba a jubilar y de pronto encuentra
que hay otras formas para que los niños
aprendan a leer y escribir y los niños encuentran que las puertas del salón se
abrían con los libros de literatura.
Hay que reconocer que el Fondo de
Cultura ha hecho una buena labor con los libros, para nosotros el Fondo antes
de que llegara Fox eran muy económicos
porque Eva Janovitz y Daniel Goldin daban los libros y nos apoyaron mucho
, nosotros dábamos al 40% y un libro de $15 , $16 , era posible. Hoy esta mucho
más complicado, pero buscamos formas para que los niños adquieran libros.
Entonces en las redes hay un proceso político interesante, tanto de política
tradicional o de grupos de maestros democráticos que están ahí abajo chocando
pero que la parte pedagógica se convierte en una propuesta que los puede
unificar. También puede ser el pretexto para dar el la torre al proyecto. Nos
hemos enfrentado, por ejemplo, a Totoloapa, que
era un proyecto donde los niños compraban muchos libros y leían, en fin,
llegó un supervisor con 50 años de
trabajo y trató de borrar el proyecto, no permitió más cosas, corrió a los
maestros, les cerró la posibilidad de que se reunieran, ahí siempre hay una
historia política.
Nos han dicho que nosotros
estamos generando un ejército de promotores de lectura. Es un trabajo
silencioso, poco salimos a hacer gritos, porque
nos absorbe mucho el trabajo en las comunidades.
El objetivo es hacer el trabajo
en donde se necesita, que los niños sean
lectores, que se roben los libros, que los lleven a sus casas y que gocen con
la lectura, por eso las toneladas de libros, porque tratamos de que vayan todos
los libreros, les damos de comer, les conseguimos novia, los enamoramos también
para que vayan y no les cueste el hospedaje y estén satisfechos y ganen unos
dos mil , tres mil pesos y que vean que en esas comunidades también puede haber
negocio, que se mire a esos lugares y que
la canasta básica pues les permite comprar un libro. Casi todos los
presidentes municipales son priistas y cuando hacemos una propuesta de lectura
la aceptan, porque es una propuesta muy avanzada, que los niños hablen, que
debatan al maestro que discutan las cosas y que a largo plazo también puedan
plantearse una nueva concepción a los padres, pero saben que la lectura es
importante (socialmente). Los grupos
sociales más atrasados dicen: “Oigan, hagan una feria de lectura aquí”,
aunque no se dan cuenta de que vamos a transgredir muchas de las relaciones
aquí.
A nosotros nos interesa que sepan
que estamos planteando nuevas relaciones que sabemos que se van a imponer y
después serán algo común, la posibilidad que los maestros se formen en redes
con más autonomía, con autofinanciamientos, que la escuela del siglo XIX se
rompa y proponer cosas nuevas. Nosotros como seres interesados en el cambio
social, como maestros universitarios, ponemos nuestro granito de arena y si nos centráramos por organizar a los maestros
políticamente (que ya lo hicimos) la parte pedagógica se queda muy rezagada y
es mucho más lenta. En cambio en la
parte pedagógica cuando logra instalarse en una comunidad, como una cultura en
la feria del libro, por ejemplo, en Iztapalapa las escuelas ya hacen su feria
cada año, saben que es un espacio importante para los niños, todavía hay
mezclas de la tradición, pero con el tiempo se darán cuenta de que los niños
pueden elegir el taller que quieren, o sea, es una educación muy fuerte porque
cuando el niño decide es un poder
grande. La literatura es un espacio interesante.
¿En términos pedagógicos fue un
avance?
R. P. Sí, es todo un recorrido,
no fue un rompimiento fuerte de estructuras. Hemos podido desarrollar la
capacidad de ser muy flexibles y de estar atentos a los procesos que se van
dando. Actualmente el proyecto ya cambio, cada vez que trabajamos con maestros
el proyecto se va innovando, se actualizan las actividades. Hay una
preocupación de estar al pendiente de lo que va saliendo con respecto a la
lectura y la producción de textos, con la formación de maestros.
¿Hay mucha información sobre la
problemática de la lectura?
C .R. Sí, de hecho me parece que
dentro de la Reforma Educativa, la lectura es una de las líneas que se están
trabajando fuertemente, de hecho México es uno de los pocos países que hacen
esto. Otros países se asombran que en México se haga eso, hay una intención de
la SEP de fortalecer este trabajo, es común de todos que en éste país estamos
muy mal en la lectura.
¿Circula la literatura de
discusión teórica?
C .R. Yo creo que hay muchas más
investigaciones que tratan la
lectura como un proceso cognitivo, se da
con más fuerza ésta perspectiva sociocultural de la lectura. Hemos visto que
experiencias como la nuestra no las hay,
caminamos sobre intuiciones, al principio no teníamos idea de lo que el
proyecto iba a generar, lo hemos ido construyendo con los maestros y cada que
trabajamos con ellos, las demandas van siendo mayores, estamos muy
abiertos a flexibilizar e ingresar cosas nuevas.
Lo que hacemos es enamorar a los
maestros. Es como nuestras historias de
lectores, cómo nos encontramos con la lectura y cómo creemos que cambia
nuestras vidas, es una apuesta a la democracia a la igualdad. Aunque la
Universidad aquí no nos da mucho apoyo
tampoco nos pone muchas trabas, entonces tenemos esa libertad.
Ir a las zonas rurales más pobres
que podemos acceder en Oaxaca o en Iztapalapa, las ferias se convierten en la
posibilidad de igualdad, de encuentro con los libros. En las comunidades
rurales no hay librerías, de hecho en la
Ciudad de Oaxaca hay muy pocas, entonces
se llevaban 30, 40 toneladas de libros
donde vivían 800 personas. Esa
cantidad de libros era porque la proveedora era una librería muy grande que fue
construida por un maestro que apoyaba
(hoy parece que ha cambiado un poco porque los hijos han entrado) haciendo
trípticos a los maestros, carteles. Él publicaba sus libros, es una librería típica, uno puede
encontrar ahí muchas producciones de campesinos, de investigaciones, de
antropólogos, de poesía regional, que en otras librerías no se haya (creo en
ninguna parte del país), se dedicó a estimular la producción de materiales muy
sencillos pero interesantes.
El maestro Erangelio que había
sido dirigente de la sección 22 y tenía muchos conectes, logra (cuando hacemos
ferias con él) decirle a los diferentes grupos políticos tanto del PAN, PRI,
PRD acerca de ésto y nos da camiones y camionetas, porque las ferias se
concentran en un lugar digamos 1,500 o 2,000 habitantes pero alrededor hay
muchas comunidades y los todos los niños que pueden vienen y entonces se hacen
ferias de tres mil personas.
Lo que se busca es romper con la
tradición escolar de que la lectura y la escritura sólo se pueden hacer en ése
templo. Y logramos romper con esa
concepción de la lectura y lo hacemos dentro y fuera de las escuelas. Se hacen
más de 50 talleres donde los niños
pueden optar por el que más les guste y el que está mejor pues ahí ves a los
niños formados. El maestro que hizo un taller no tan bueno, pues a la próxima
se prepara porque la presión de los niños es importante. Hay actividades de
obras de teatro, títeres, o sea, los libros se presentan en diferentes
contextos, en diferentes formas, inclusive puestos por los mismos niños, hay
obras armadas por niños y maestros que
son espacios verdaderamente construidos.
En Totoloapa generamos una
cultura de la compra (aún siendo muy pobres), los niños venden leña, naranjas, lo que tienen,
juntan 10 centavos, un peso y como la
feria la preparamos con meses, tienen la oportunidad de comprar el libro que les gusta porque les vamos acercando los libros en
diferentes formas y entonces ven un libro que es muy padre y dicen: “¡Ay!, yo
lo quiero tener”, aunque esté en la biblioteca de aula. Y uno puede ver cómo
los niños hacen sus propias producciones en una radio comunitaria y la maestra
los lleva a leer, se hacen propuestas por
los maestros y hemos podido generar una revista que la financia la
Universidad en donde los maestros escriben sus experiencias. A los niños les publicamos
sus producciones. Nosotros publicamos un libro en el 96 que se llama: “La letra
con gusto entra” y ahí publicamos los
textos tal como los niños lo escribían,
no lo arreglábamos, ni la maestra, ni el niño para dar cuenta de los procesos
que se viven con la escritura. Esto marcó como una nueva etapa inclusive en el
diseño en México porque ya sabes que hay que hacerle corrección de estilo, de
diseño, de ortografía, y les decíamos:
“No, porque en las aulas se dan cosas reales. Así escriben los niños”.
Nuestro trabajo está dirigido
básicamente a los maestros, pero siempre nos tocan los niños, siempre estamos
con ellos. Cuando visitamos las comunidades y estamos con los maestros
trabajando, damos un diplomado que dura dos años, los estudiantes pagan y
nosotros tratamos de regresarles todo lo que nos dan en talleristas, en
materiales y de ahí salen muchas cosas
para hacer las ferias. El Gobierno de pronto nos apoya, ahora ya está muy
sensibilizado y nos prometen que nos van a apoyar, pero la última Feria el
Gobierno de Oaxaca nos quedó a deber $40 mil. Nosotros hemos logrado generar un
Fondo con los maestros y con estas redes. Las Redes de Maestros Autónoma ha
generado sus propias iniciativas y ésto te permite no tener las trabas del
director, de los supervisores.
¿Sigue siendo una traba?
C .R. En Oaxaca es terrible la
cuestión sindical, o sea, hay un trabajo democrático entre el sindicato, pero
hay unas prácticas muy autoritarias generadas por la tradición precolombina y
colonial, toda esta forma priísta de esos 70 años, también hemos ido rompiendo
poco a poco esto por medio de los niños y los padres (que al principio se
oponían y querían que los niños hicieran
planas, que los pusieran a sumar, que les hicieran dictado). Las zonas que
hemos trabajado han sido difíciles para cambiar esta concepción, pero ahora ya
han cambiado los programas y hay muchos incentivos del gobierno para hacer
más placentera la lectura.
¿Qué tipo de incentivos?
C .R. En Oaxaca por ejemplo, se
habla de: “A leer todos”, se hacen programas en televisión, los programas están
con una línea que se llama: “Regazo literaria”, manda los libros de literatura,
están más abiertos a apoyar las ferias
de lectura, que por muchos años las hemos hecho autofinanciadas, hoy
parece ser que quieren financiar, nosotros planteamos en el año 96 que los
maestros se formaran en colectivos y que estos colectivos hicieran
investigación. Hoy el gobierno de Oaxaca
quiere ahora capacitación y están abiertos porque se han dado cuenta que
han habido muchos fracasos, le han metido muchos millones a la formación de
maestros y se han olvidado de los maestros, les mandan programas, libros, les
mandan un curso al año (que es imposible).
La idea de los colectivos, los
maestros y las redes es que los maestros se autoformen, que haya más recursos,
que el maestro decida cómo y cuándo utilizarse, eso fue por lo menos una lucha
de 20 años y ahora vemos que están ocupando nuestros materiales, nos invitan a
ver que se han hecho en las ferias de los pueblos. Ahora vamos a hacer una
feria en la Mixteca (en Oaxaca) conjunta con el gobierno y con una fundación,
con las redes de maestros y la propia universidad a ver como nos funciona y
estaban planeadas 10 ferias, se intentan recuperar los proyectos que hemos
trabajado.
¿Cómo conforman las redes?
C .R. No es fácil generarlas a
raíz del proyecto que llevamos. Todos los maestros que formamos quedan muy sensibilizados, es decir, los
encuentros de niños, las ferias de los libros y sus lectores en las comunidades
rurales, son experiencias que los maestros no habían vivido, el ver la pobreza
y como el pueblo da todo lo que puede como hospedaje y alimentación a todos los
que vamos. Entonces el ver la capacidad
de entrega de las comunidades ha hecho de esto espacios muy formativos. Los
maestros que viven estas experiencias (a lo largo del 94) son maestros que por
voluntad propia han querido
participar y continuar en este proceso,
ellos son quienes conforman las redes.
¿Ustedes les plantean de origen
la propuesta a los maestros?
Si, nosotros inicialmente
empezamos trabajando la formación por medio de los colectivos, cuya intención
era construir alternativas pedagógicas y nos dimos cuenta de que todo se
quedaba así, en colectivos, que no iba más allá. Empezamos a reflexionar sobre la formación de redes
y esto fue gracias a vínculos que
tuvimos con maestros de Colombia. En Colombia desde los 80´s se dio un
movimiento pedagógico muy fuerte, actualmente sigue pero con una visión muy
distinta, ahora ha tenido una gran capacidad de organización de maestros que se conforman en redes, en
anillos, hay una gran variedad de
formación voluntaria. Esto nos dio luz sobre lo que estábamos pensando y seguir
trabajando en redes.
_
_
_
_
_ González, Jorge A, “Algunas
ideas para apoyar al libro”, Vuelta, num. 235, México, p.26.
_ Las dos décadas están plagas de
declaraciones en este sentido. Los dos volúmenes de Senderos de la Letura, por
ejemplo, abundan en ellas.
_ Garrido, op. cit., pp.119-120.
_ Zúñiga, Angélica R., “Pensar en
la lectura de otra manera”, Cero en conducta, num.29-30, México, citado por
Garrido, op. cit., p.123.
_ INEGI, página internet, “xxx
aptitud para leer y escribir, XXXXX”
_
_ En Garrido
_ INEA, etc. BUSCAR.
_ Acevedo, Marta, “El proyecto
Rincones de lectura en las escuelas públicas de México, Senderos de la lectura.
I, p.266.
_ Yo.
_
_ Inegi
_ Compu
_ Comp. 2.75%, 1.23%, 0.19%, en
secundaria, y 3.94, 2.89, 1.04 en educación media superior…
_
_ (González y Monterrubio, 1993:
171)
_ Inegi
_ Ibid.
_ Amancio, op. cit., p.26.
_ Ibid.
_ Inegi
_ Cámara
_ Inegi
_ Inegi
_
_ CITAR TRABAJO
_
_
_ Guía para promotores de
lectura, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/ INBA, México, 1990.
_ Programa Nacional de Lectura.
Prolectura, p.3, INBA-CNCA, México, 1990.
_ Espacios para la lectura, Año
I, números 2 y 3, p.
_ Entrevista a Gerardo Ciriani,
13 de abril de 2005.
_ Ibid.
_ Hernández Zamora, Gregorio, “Un
debate inexistente en México/¿Quién define lo que es leer?, Masiosare,
suplemento de La jornada, México, 1 de septiembre de 2002.
_ Ibid.
_ Ibid.
_ Garrido, Felipe, “Epílogo. Cómo
aprendí a leer”, El buen lector…, pp.117-118.
_ Garrido, Felipe, “Simulación y
lectura”, El buen lector…, p.101, cf.
_ Ibid.
_ Ibid., pp.120-121.
_
_
_
_
_ Xxxxxx, MAGALONI
_ Garrido, op. cit., p.93,
ejemplifica este tipo de críticas.
_ Libro Club, Educación y
Bibliotecas, No.111-2000, p.5.
_ Ibid.
_ Dubovoy, Silvia, Juguemos a
leer, McGraw Hill, México, 1995.
_ Rey
_ www CNCA
_ Ibid.
_ Ibid, “Xxxxxx”.
_ Ibid, p.8.
_ Ventura, Antonio, “Entrevista a
Daniel Goldin, editor del Fondo de Cultura Económica de México, Babar, Madrid,
n° 23, septiembre de 1998, citado por, Xxxxxxxxx.
_ Salaberria, Ramón, Daniel
Goldin. editor de libros para niños y jóvenes, Educación y Biblioteca, Núm.X,
p.10
_ Entrevista a Daniel Goldin, 17
de abril de 2005.
_ Ventura, Antonio, op. cit.
_ Salaberria, Daniel Goldin…,
p.11.
_ Ibid.
_
_
_ DGP de CONACULTA Leer para ser
mejores, p.60.
_ Ibid., p.58.
_ Publicaciones Especiales,
Programa Nacional Salas de Lectura, mecanografiado, de la DGP de CONACULTA,
p.1. s.f.
_ CONACULTA, Hacia un País de
Lectores, Programa Nacional Salas de Lectura, mecanografiado, sin página, s.f.
_ Publicaciones Especiales, op.
cit., p.1. .
_ Programa Nacional Salas de
Lectura, Librería Mexicana s.n., s.f., p.3
_ CONACULTA, Hacia un País….,
s.p.
_ Ibid.
_ Ibid.
_ Ibid.
_ _ Publicaciones Especiales, op.
cit., pp.2-5.
_ Programa Nacional Salas de
Lectura, Librería Mexicana s.n., s.f., p.23
_ Ibid.
_ Ibid.
_ Ibid., pp.4-5.
_ Ibid., pp.25-31
_ Libro Club, p.5.
_ Ibid..
_ Ibid.
_ Ibid.
_ Ibid., pp.6-7.
_ Ibid., p.7.
_ Decimos quizá, porque la
información en la cual nos basamos es la proporcionada en 2003 por la
Secretaría de Cultura de la ciudad, al salir al paso de las críticas por un
recorte substancial en el presupuesto destinado al programa. En ella se afirma
que de esos 800 espacios registrados, sólo la mitad se conservan, en términos
reales.
_ Programa nacional año de la
lectura 1999/2000. Leer para ser mejores, …,, SEP-CONACULTA, s.f., p.5.
_ Ibid. Pp.5-6.
_ Ibid., p.45.
_ Ibid., pp.45-46.
_ Ibid., pp.48-49.
_ Ibid. P.53.
_ Ibid., p.54
_ Ibid., p.56.
_ Ibid., p.57.
_ Ibid., p.58.
_ Ibid., pp. 57.
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la Lectura del Fondo de Cultura Económica: Caminos Diversos para la Formación
de Lectores: Por un Optimismo Razonado
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lectura…, pp.7-8.
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_ Asociación Mexicana para el
Fomento del Libro Infantil y Juvenil, A.C. Bunkos, Bibliotecas Comunitarias,
ponencia presentada al Primer Congreso de la Red de Animación a la Lectura…
_ Gallo, Mariluz C. de Leer en la
"Corre", ponencia presentada al Primer Congreso de la Red de
Animación a la Lectura…
_ Talleres de lectura para
bebés en la biblioteca infantil bunko
Papalote, ponencia presentada al Primer Congreso de la Red de Animación a la
Lectura…
_ Avila Lara, María Magdalena, La
lectura como espacio de recreación en el CPPSTUNAM, ponencia presentada al
Primer Congreso de la Red de Animación a la Lectura…
_ Cuerpo y alma: la lectura, el
libro y el niño hospitalizado, ponencia presentada al Primer Congreso de la Red
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Prodigio en la azotea, II Premio Nacional de la Lectura, 1999
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_ Pulido Ochoa, op.cit.
_ La red de maestros animadores
de la lectura, p.90.
_ Ibid., pp.90-91.
_ Ibid., pp.91-95
_ Ibid., pp.95-96.
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_ Salazar Duque, Alfredo, “Homo
videns: La sociedad teledirija”, Legere, Año 1, número4, otoño 1999.
_ Entre otras muchas cosas puede
mencionarse el programa conjunto SEP-CERLALC, del cual hablamos en el aparto
que se dedica al sistema escolarizado, o la celebración del Primer Congreso
Internacional de IRA, en la ciudad de Guadalajara.
_ MEMORIA RINCONES 1986-1996,
p.6.
_ Garrido, op.ci.t., p.124.
_ Savedra, op.ci., p.71.
_ BUSCAR EN INTERNET.
_ Ibid., pp.23-26
_ Ibid., ppp-23-26.
_ Ibid., pp.33-37.
_ Entrevistas a Gerardo Cirianni,
Eva Janovitz y Marta Acevedo y consultas a las páginas de ARGENTINA, COLOMBIA, BRASIL Y VENEZUELA..
_ 1er. Encuentro Nacional de
Equipos Estatales de Capacitación del Programa Rincones de Lectural, original
mecanografiado, p.1
_ Unidad de Publicaciones
Educativas, Memoria 1986-1996. Libros del Rincón SEP, Secretaría de Educación
Pública, Subsecretaría de Educación Básica y Normal, México sf. Cuadro VI.1.
_ Unidad de Publicaciones
Educativas, Memoria 1986-1999, junio. Libros del Rincón SEP, Secretaría de
Educación Pública, Subsecretaría de Educación Básica y Normal, México sf. P.8..
_ Ibid.
_ Tomando en cuenta el promedio
de alumnos por maestro, al cual hemos hecho referencia.
_ Unidad de Publicaciones
Educativas, Memoria 1986-1999…, Cuadro III.2.
_ 1er. Encuentro Nacional de
Equipos Estatales…, pp.1-3.
_ Equipos estatales de
capacitación de Rincones de lectura, original mecanografiado., p.3.
_ Ibid.
_ Gutiérrez Santiago, Eloisa y
Andrén Esusebio Cortés Reyes, “Leer ¿sin leer”, Entre Maestros, Vol.1, Año
1, Universidad Pedagógica Nacional,
México, 2000
_ López Santiago, Adán, “La
biblioteca, sus libros y sus personajes”, Entre Maestros, Vol.1, Año 1…,
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_ Altamirano Díaz, René. “Ahora
ya no me enojo, me asombro”, Entre Maestros, Vol.1, Año 1…, pp.25-28.
_ Acevedo, Marta, original
mecanografiado, pp.11-15.
_ Millán, Luz Stella, ¡Extra!
¡Extra! Extra! “Sin cinco, los cinco horribles, Espacios para la Lectura, Año
I, número 2, primavera de 1996, p.18.
_ UPE-SEP y CERLALC, “¡Manos a
los libros!”, Espacios para la Lectura, Año II, números 3 y 4, p25..
_ Unidad de Publicaciones
Educativas, Memoria 1986-1999…, p.9.
_ Emilia Ferreiro, psicóloga
experta en alfabetización. “Los niños tienen la pésima costumbre de o pedir
permiso para empezar a aprender”, Educación y Biblioteca, Num..82, 1997,
pp.7-8.