sábado, 30 de mayo de 2020

Historias

Soy Jorge Belarmino, de..., para proponerles una serie de acercamientos a la historia sin discursos teóricos, con frecuencia tratados narrativamente, sobre los muchos temas que he trabajado.
Empiezo leyéndoles una viñeta. Se llama Utopía. Modelo Urbano 1959-2004, cuyo título aclararé después. 
De plúmbago, sin amenazas, las nubes casi al alcance de la mano corren rápidas en el día que suda sobre el caserío, donde la sal de mar hace cuatro siglos estampa su huella. Por la vía del tren, entre un millar de paisanos  en alharaca, dos costeñas maduras, firmes, desparpajadas, se regodean en los gritos:
-¡Huevo de gallina, no de granja! ¡En Espinal hay hombres, no chingaderas! -refiriéndose al hombre pequeñito, de voz aflautada que acaba de salir de prisión y encabeza la marcha: Demetrio Vallejo.
Es el sábado 12 de mayo de 1972 y cuantos hay allí llevan un mucho acunadas y otro mucho a cuestas dos o tres décadas de trabajos por Utopia, que no está en el santoral ni tiene altares en la Iglesia de Salinas Cruz, cuya torre domina la vista, ni en ninguna más del Istmo de Tehuantepec, del resto del estado de Oaxaca o donde sea en el México de tercos rezos por ella apenas Hernán Cortés terminó su obra. A comienzos de 1959 ese par de mujeres sin duda estaba entre quienes defendían del ejército el local del sindicato ferrocarrilero, cabeza del gran esfuerzo de trabajadores y trabajadoras por deshacerse del monstruoso aparato corporativo construido para ellos.
- 0 -
Una mañana de otoño de 2009, en Saltillo comparto un cuarto de hotel con Alfredo, un antiguo trabajador de la metalmecánica que lleva medio siglo organizando luchas sindicales. Sin duda sabe cuánto lo respeto desde hace casi cuarenta años y mientras nos vestimos vuelvo a dar gracias por la oportunidad de estar de nuevo con él y su gente.
Le hablo del desbordado optimismo que vino el día anterior en la conmemoración de treinta y cinco años de la ejemplar lucha de CINSA-CIFUNSA en esta ciudad, y de las charlas con Nelly Herrera, con María, su hermana y la hermana de Isaías.
-Almirante -le digo-, esas mujeres parecen cristianas primitivas. Ni su abuela las detendrá jamás en la búsqueda de la utopía.
Él sonríe de esa especial, como misteriosa manera qué tiene y suelta una de sus geniales frases:
-Llegará un día en que los cristianos se coman a los leones.
 

-0-
Con esa viñeta inició un trabajo que debía hace mucho. Entre otras cosas, propongo allí una periodización distinta a la acostumbrada, sobre nuestros movimientos sociales a partir de 1959, que como ustedes saben fue el año en que la represión a los ferrocarileros democráticos pareció terminar con toda forma de protesta durante una década.
No fue así, observando que justo entonces nacen tres grandes impusos. Primero, la Asociación Cívica Guerrenese dirigida por Génaro Vázquez, luego convertida en Partido de los Pobres, cuya liderazgo compartió con Lucio Cabañas.
Segundo, el surgimiento del Frente Auténtico del Trabajo, de origen social cristiano, que cubriendo gran parte del país en múltiples sectores, preparaba el auge obrero de los años 1970, concentrando por primera vez la atención en la rapiñosa nueva empresa privada. 
Y tercero, la aparición del Sindicato de Trabajadores Electricistas, que encabezaría aquél mismo auge.
Enseguida vendría el movimiento médico de 1964, ejemplo en varios sentidos para el 68 estudiantil.
Estimaremos así el extraordinario empuje social en que está sustentado el presente. 
A LAS NUEVAS, YA MUCHAS GENERACIONES, LES HAN HECHO OLVIDAR ESAS LUCHAS CUYAS CONQUISTAS DISTARON MUCHO DE HACER JUSTICIA A LAS MAYORES, PERO QUE NO FUERON EN ABSOLUTO POCA COSA.
PODEMOS VERLO AHORA, DURANTE LA PROPIA PANDEMIA, EN QUE EL ACTUAL GOBIERNO PUEDE PERMITIRSE RECUPERAR AL MENOS PARTE DE LOS DERECHOS SOBRE SERVICIOS DE SALUD ANTES GUNOS DERECHOS VOLVER A ALGUNAS  DERECHOS